Perder a su padre, el pasado 11 de diciembre, ha supuesto uno de los golpes más duros de su vida, pero Miguel Ángel Silvestre es un hombre positivo y animoso que sabe que hay que seguir adelante porque es lo que su padre siempre le inculcó.
Quizá por eso, el actor no sólo no anuló la cita que tenía con sus amigos para recibir el Año Nuevo en Cádiz, su paraíso particular, sino que trató de disfrutar de esos días como nunca. Con él estaban su madre, María Lidón; y la preciosa Maya Aviezer, una atleta de origen israelí a la que el de Castellón conoció durante su estancia en Los Ángeles y con la que se lleva de maravilla.
Les hemos visto paseando juntos en bici, haciendo «running» y hasta compartiendo coche con la madre del actor. Señal de que Maya tiene el visto bueno de mamá.