Especial Todos Los Santos: las costumbres funerarias más curiosas del mundo
Con motivo del día de Todos los Santos, descubrimos los ritos más soprendentes
México
En el famoso Día de Muertos, los mexicanos limpian y decoran con flores y velas las tumbas de sus seres queridos, les hacen ofrendas de comida y alcohol y pasan la noche con ellos.
En México, son famosas las Catrinas.
Es una gran fiesta con música y desfiles de catrinas y calaveras.
Indonesia
La etnia toraya desentierra a sus fallecidos, los lavan y los visten con ropa limpia en un ritual llamado Ma’nene. Además, se hacen fotos con ellos y los llevan a visitar sus lugares favoritos. Es un día muy feliz.
Madagascar
En Madagascar, cada siete años se celebra la Famadihana, una fiesta en la que se pasea a los muertos envueltos en esteras o sábanas a ritmo de música.
Corea del sur
En Corea, se pueden someter las cenizas a un proceso que las convierte en joyas.
Filipinas
La Montaña es una provincia en la que cuelgan los ataúdes para que los fallecidos estén más cerca del cielo.
Ghana
Los ghaneses se entierran en divertidos ataúdes que hace referencia a sus gustos.
Ghana es famoso por los divertidos ataúdes en los que se entierran sus ciudadanos, pues toman la forma de algo muy apreciado para el finado, desde coches a peces o plátanos.
China
Durante el Festival de los Fantasmas Hambrientos, los ancestros salen del inframundo y visitan a los vivos. Éstos celebran banquetes en los que dejan sillas libres para los muertos y les sirven comida. Además, se quema incienso y dinero.
Irlanda
Recordar a un ser querido contando sus mejores anécdotas y brindando por él en el pub es común en países anglosajones.
Paz Padilla hizo algo parecido tras la muerte de su hermano Luis.
Bolivia
La Ñatitas son calaveras que sus familiares pasean decoradas con flores, gorros, gafas y, a veces, cigarrillos.
Tíbet
Los buitres se encargan de llevar al cielo a algunos tibetanos.
En el tíbet existen los llamados funerales celestiales, en los que los cadáveres son colocados en un prado o montaña para que los buitres se los coman y, con su vuelo, se los lleven de inmediato al cielo.