Arroz meloso con calamar
Descubre el secreto para hacer que tu arroz meloso con calamar quede perfectamente suave y lleno de sabor
El arroz meloso con calamar es un plato que destaca por su balance nutricional y su sabor intenso y marino. Es una opción saludable gracias a la ligereza del calamar, una fuente excelente de proteína baja en grasa y rica en minerales como el selenio y el yodo.
La preparación de este plato no es particularmente complicada, pero requiere atención en el punto de cocción del arroz y el calamar para alcanzar la textura melosa deseada. ¡Y vamos a ayudarte a que te quede exquisita!
- Ingredientes
- • 400 g de arroz redondo
• 500 g de calamares frescos
• 1 l de caldo de pescado
• 2 dientes de ajo
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• azafrán
• aceite
• sal
Tiempo Total30 minutos
Coste € € €
Dificultad
Segundo plato Tipo de plato
Vegetariana Tipo de dieta
Primavera Temporada
4 Porciones
La receta paso a paso de arroz meloso con calamar
Pasos
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01
Limpia bien los calamares y córtalos en anillas. Pela los dientes de ajo y pícalos. Pon a calentar el caldo de pescado en una olla.
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02
Calienta 2 cucharadas de aceite en una sartén, saltea los dientes de ajo picados y, cuando empiecen a dorarse, añade el calamar, ligeramente salado, y el azafrán. Sofríe durante unos minutos.
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03
Incorpora el arroz y rehógalo durante 2 minutos. A continuación, añade el pimentón dulce, mezcla con el arroz y vierte del caldo.
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04
Rectifica de sal y cuece 16-18 minutos. Deja reposar el arroz 5 minutos antes de servirlo.
El truco de cocina de Pronto
Para que el arroz te quede meloso y en su punto, pruébalo regularmente durante la cocción, sobre todo una vez se acerque al minuto de cocción sugerido en el paquete o en la receta. Busca una textura que sea tierna pero ligeramente firme al mordisco, la que conocemos como 'al dente', ya que el arroz continuará cocinándose un poco más con el calor residual incluso después de apagar el fuego.
Otra cosa a tener en cuenta es que, para que el arroz no te quede pegajoso, tienes que evitar removerlo de forma excesiva. Cuando lo removemos de forma constante, podemos romper los granos y liberar almidón, lo que resultará en una textura pastosa y pegajosa.