Leche: ¿saludable o perjudicial?
Descubre los beneficios del rey de los lácteos: ¡la leche! Te contamos todo lo que necesitas saber, las alternativas y quién no puede consumirla
La leche es un alimento muy completo y apto para todas las edades. Tan sólo las personas con intolerancia a la lactosa o con alergia a su proteína deben evitarlo. Para el resto de la población, el consumo moderado de leche no aporta más que ventajas.
Es uno de los alimentos con más valor nutritivo que existe y, sin embargo, en los últimos tiempos hay una cierta controversia sobre su consumo. ¿Es cierto que la leche puede resultar perjudicial en algunos casos? ¿Cuándo debemos evitar o restringir su consumo?
Un alimento muy completo
La mejor baza con la que cuenta este alimento es la equilibrada combinación de sus nutrientes. Contiene proteínas de alto valor biológico, además de grasas, hidratos de carbono, vitaminas A, D, B2, B12, entre otras, y minerales como el calcio, el potasio y el fósforo. Por todo ello, su consumo resulta muy beneficioso para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Fortalece los huesos
Por su contenido en calcio, la leche es un alimento imprescindible para el mantenimiento de la densidad ósea y resulta de gran ayuda a la hora de prevenir dolencias como la osteoporosis, el raquitismo y otros problemas relacionados con los huesos.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que para que el organismo pueda absorber correctamente este mineral debemos tener un buen aporte de vitamina D, un nutriente que se asimila principalmente a través de la exposición moderada al sol, aunque también está presente en alimentos como el pescado azul, los huevos y las setas.
Favorece el crecimiento en los niños
El consumo habitual de leche estimula la formación de nuevos tejidos en el organismo. Por eso es tan importante no sólo durante la infancia y la adolescencia, sino en etapas como el embarazo o las convalecencias (tras una operación, tras sufrir una fractura, etc.).
Previene la gastritis y la úlcera estomacal
La leche ayuda a evitar la irritación crónica de la mucosa del estómago, ya que neutraliza el exceso de acidez. Si ya se sufre una úlcera, su consumo habitual ayuda a calmar las molestias esporádicas.
Reduce el nivel de ácido úrico
Debido a su bajo contenido en purinas (unas sustancias que se encuentran en algunos alimentos y que, al absorberlas el organismo, dejan ácido úrico), disminuye el riesgo de sufrir gota.
Cantidad de lácteos que podemos consumir al día
Para obtener la cantidad necesaria de calcio, se recomienda consumir de dos a tres raciones de lácteos al día. Una ración de calcio equivale a un vaso de leche, dos yogures, 40 gramos de queso curado o 60 de queso fresco.
Estos requerimientos variarán, sin embargo, dependiendo de las circunstancias de cada persona. Por ejemplo, las mujeres embarazadas y en período de lactancia y los niños necesitan más calcio, por lo que deben aumentar la ingesta de lácteos de tres a cuatro raciones diarias.
Quién no puede tomarla
A pesar de sus beneficios para la salud, hay personas para las que la leche puede resultar perjudicial y se aconseja no ingerirla.
Intolerantes a la lactosa
Para poder digerir este alimento se necesita lactasa, una enzima que descompone la lactosa (el azúcar de la leche). Hay personas (un 34% de la población) que carecen o no producen la cantidad necesaria de esta enzima, por lo que, cuando beben leche, pueden sufrir síntomas como diarrea, hinchazón abdominal, gases, náuseas y vómitos.
En estos casos, se puede optar por la leche sin lactosa o, si la intolerancia no es muy acusada, tomar yogur, que contiene menos lactosa que la leche.
Alérgicos a la proteína de la leche
Es una dolencia poco habitual (afecta a menos del 1% de la población) y, por regla general, suele aparecer de repente y desaparecer más tarde. Es más frecuente en la infancia, sobre todo durante el período de lactancia. Los síntomas suelen ser de tipo cutáneo (enrojecimiento, irritación, etc.) y digestivos (náuseas, vómitos, hinchazón abdominal...).
Personas con niveles altos de colesterol
La leche entera contiene entre un 3,5% y un 5% de grasa saturada. Por esta razón, las personas con hipercolesterolemia deben sustituir su consumo por variedades semidesnatadas (tienen entre un 1,5% y un 1,8% de grasa) o desnatadas (menos del 0,5%).
Alternativas a la leche de bebidas saludables
Bebida de soja: Contiene lecitina, una sustancia que ayuda a reducir los niveles de colesterol y que, por lo tanto, disminuye el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. Otro de sus componentes principales son las isoflavonas, estrógenos vegetales que pueden aliviar los síntomas de la menopausia.
Bebida de avena: Tiene un alto contenido en fibra, por lo que resulta ideal para prevenir el estreñimiento. También es útil para prevenir la diabetes de tipo 2 y, por su riqueza en Omega 3, resulta muy beneficiosa para combatir los problemas cutáneos (sobre todo, en el caso de eccema atópico).
Bebida de almendras
Reduce los niveles altos de glucosa y colesterol, alivia los síntomas de la gastritis y es rica en fibra. Su contenido calórico es superior al de las otras bebidas vegetales, por lo que las personas con sobrepeso deben consumirla con prudencia.
Bebida de arroz: Es muy ligera y digestiva. También regula el colesterol y ayuda a adelgazar. Resulta muy adecuada para personas con problemas de colon irritable, enfermedad de Crohn o enfermedad inflamatoria intestinal.
Esperamos que te hayas hecho una idea general sobre este alimento apto para toda la familia, y que tengas en cuenta que hay alternativas saludables a la leche. Si sientes alguna molestia al consumir leche, no olvides comentárselo a tu médico para que pueda hacer un diagnóstico acertado.