Los mejores trucos para hacer croquetas
¿No le pillas el punto a tu masa de croquetas? Puede que te falten solo unos detalles y, después de leer este post, serás un auténtico maestro. ¡No te pierdas estos consejos!
La gastronomía española tiene muchas influencias, y eso es lo que la hace tan rica y variada. Marruecos, Italia y Francia son algunas de las culturas que más nos han influido en la cocina, y es precisamente uno de estos países vecinos el que nos ha inspirado para hacer esta receta tan típica española.
La receta original de las croquetas viene de Francia, y es que este delicioso plato del que disfrutamos en todos los bares nació, como muchos otros, de la cocina de aprovechamiento. Las posibilidades de mezclar la bechamel con cualquier tipo de relleno salado hacen de este plato una delicia muy versátil y económica.
En los trucos para hacer croquetas de hoy te vamos a enseñar los pasos básicos que debes seguir para conseguir una masa riquísima, cremosa por fuera y crujiente por dentro. ¿Te apuntas a esta aventura de hacer la croqueta perfecta?
Truco 1: La bechamel para croquetas, mejor con mantequilla que con aceite
La receta de la bechamel original procede del país galo, aunque también se vinculan sus orígenes a Italia. En ambos países, la receta de bechamel está hecha con mantequilla. El sabor de esta grasa es uno de los elementos que diferenciará la base que utilizarás para hacer tus croquetas. ¡El gusto que deja es exquisito!
Para conseguir una textura perfecta, la bechamel no tiene que quedar muy líquida, puesto que no podrás formar tus croquetas, ni tampoco muy espesa, ya que así perderíamos la cremosidad de nuestros bocados.
Para conseguir una croqueta cremosa y crujiente, podemos guiarnos de una sencilla fórmula: para medio litro de leche, añade la misma cantidad de harina que mantequilla o aceite, si decides usar esta grasa. Aproximadamente necesitarás 50 gramos de cada uno para lograr una consistencia cremosa y con cuerpo.
Si notas que tu masa ha quedado demasiado líquida, puedes disolver una cucharada de harina fina de maíz en un cuarto de vaso de agua o leche, e ir añadiendo poco a poco, sin dejar de remover, hasta que tu bechamel quede en el punto que quieres. Llegados a este punto, dejaremos enfriar.
Truco 2: Deja reposar la masa, mejor de un día para otro
El reposo de nuestra bechamel sirve para que los sabores se mezclen: jamón, setas, cocido, pollo... Para que nuestra bechamel agarre el sabor de ese fantástico relleno, estas horas de reposo serán fundamentales. El relleno lo habrás añadido durante la cocción de la salsa, y sino, al final, cuando la salsa ya estuviera espesa. En este caso, para agregar más sabor, es conveniente sustituir parte de la leche por caldo.
Para que la masa se enfríe rápido y puedas meterla cuanto antes en la nevera, te recomendamos distribuirla en más de una bandeja o plato, según la cantidad de croquetas que vayas a hacer. Este truco también te ayudará a formar las bolitas más tarde.
Truco 3: consigue un rebozado tradicional perfecto
El rebozado de las croquetas no debe ser muy fino, ya que le quitaríamos la gracia a este plato crujiente, pero tampoco conviene que sea muy grueso, ya que el relleno es el verdadero protagonista.
Para un rebozado de croquetas tradicional e infalible, utiliza un par de huevos y pan rallado que puedes hacer en casa o comprar en el supermercado. En principio, a nuestro rebozado para croquetas no le hace falta nada más, aunque también puedes cubrir antes cada bolita de masa con un poco de harina para dar más consistencia. Eso sí, mejor si es una capa fina.
¿Cuántas capas de pan hacen falta? Cuantas menos, mejor. Como hemos dicho, lo importante es degustar el interior de la croqueta, pero el rebozado debe acompañar a que la experiencia de comérsela sea un disfrute, y esto se consigue con una única capa o dos de pan. ¡Recuerda que esto no es un cachopo!
Una vez rebozadas todas nuestras croquetas, es conveniente volver a llevar nuestras bandejas a la nevera para que acaben de coger cuerpo antes de ponerlas a freír. Con 30 minutos será suficiente, pero si puedes dejarlas unas horas, su textura será incluso mejor.
Truco 4: Freír, el último paso decisivo para unas croquetas perfectas
Si has conseguido llegar hasta aquí con una masa de croquetas con buena consistencia, aspecto y sabor, sabrás lo importante que es acabar de hacer la faena sin ningún error. Tranquila, porque sabemos que, después de leer el siguiente párrafo, ¡lo harás perfecto! La temperatura, el tipo y la cantidad de aceite que uses serán clave.
Para freír croquetas, debes tener en cuenta que la temperatura del aceite no debe superar los 180º. Si tienes un termómetro de cocina, mejor que mejor. Para mantener la temperatura durante todo el proceso, has de freír en tandas pequeñas a fuego medio alto, ya que de lo contrario, tus croquetas empezarán a absorber mucho aceite y podrían incluso desmoronarse.
No debes olvidar que el aceite debe cubrir por completo nuestras croquetas, por lo que es preferible usar un cazo o una sartén con fondo estrecho para no usar más grasa de la necesaria. Aunque por coste, muchas personas suelen freír las croquetas en aceite de girasol, la mejor opción siempre será la del aceite de oliva.
Truco 5: No te olvides de escurrir bien las croquetas
Aunque a muchos les resulte obvio, hay personas que olvidan este paso, pero es fundamental para conseguir unas croquetas que, además de crujientes, no queden aceitosas. Coloca una capa o dos de papel absorbente de cocina y ve poniendo tus croquetas ya fritas encima.
Este paso sirve para retirar el exceso de aceite, un paso básico para que tú y tus comensales queráis repetir y os las comáis muy a gusto, disfrutando al máximo del riquísimo interior.
Después de leer estos trucos de cocina, ¿dirías que le has perdido el miedo a la receta de croquetas? Esperamos que la respuesta sea un sí gigante, y que ya estés pensando en pasar un ratito en la cocina haciendo alguna de nuestras propuestas. ¿Cuál vas a preparar primero?