El colaborador del programa de Iker Jiménez, «Cuarto Milenio», Javier Pérez Campos acaba de escribir un libro que habla de «entes que aparecen en los límites de la vida». Y añade, «cerca de nuestro último aliento, a veces son sólo una voz, otras una presencia, te guían, te ayudan y, luego, desaparecen. Son esos ángeles de la guarda que nos salvan».
–¿Estás plenamente convencido de que existen los ángeles de la guarda?
–Es una manera de explicar la imagen de los guardianes, esa especie de protectores que surgen en todas las culturas, independientemente de las religiones. Hay quien piensa que todos tenemos nuestro «ángel», pero que no todos somos capaces de escucharle.
–¿Tú los percibes?
–Sí, «siento» a mis abuelos y a mi tía.
–¿Existen «ángeles» malos?
–Por lo que he investigado, esos guardianes no son ni buenos ni malos.
–Entre todos los casos que reflejas en el libro, llama la atención el de algunos de los supervivientes del 11-S.
–Sí, por ejemplo, el de Ron de Francesco, el último hombre que salió vivo de la torre sur. Me contó que, estando en la planta 84, tras el impacto del avión, comenzó a subir hacia la 90. Ahí, la gente moría por los efectos del humo. Y Ron escuchó una voz extraña, muy nítida, que le fue indicando el camino que debía seguir para salvarse. Incluso le ordenaba que saltara columnas de fuego. Y salvó su vida. Nunca más la volvió a escuchar…
–Otro compañero de Ron vivió una situación parecida…
–Dice que sintió una especie de burbuja de oxígeno en un tramo dominado por el humo, que le permitió respirar durante unos minutos esenciales para sobrevivir.
–Al televisivo Miguel Ángel Tobías le ocurrió algo inusual en una montaña.
–Fue muy inquietante. Estaba perdido y comenzó a escuchar una voz y una presencia que le tocaba y alentaba, que le fue guiando por el camino hacia la salvación.
–Hay sueños que anuncian muertes…
–Y que no consiguen salvarte de ella. Es el caso de Juan María Jáuregui, que fue gobernador civil de Guipúzcoa. Una noche soñó que le iba a asesinar la ETA, y a la mañana siguiente le mataron a sangre fría.