Falta de deseo: las principales causas y las mejores soluciones
Se estima que entre un 22% y un 51% de mujeres, así como un 10-15% de hombres, tienen una libido baja, algo que puede ir acompañado de problemas físicos o emocionales
Sección coordinada por la doctora María José Peiró, especialista en Medicina Familiar, con más de 10 años de experiencia tanto en el ámbito público como privado. Máster en nutrición y dietética.
Es normal que las ganas de mantener una actividad sexual sean diferentes en cada persona y fluctúen en función de las circunstancias. Pero si el desinterés por el sexo –ya sea por tener relaciones, ya sea por masturbarse– permanece, hay que tratar la causa que puede haber tras este trastorno del deseo hipoactivo. Así la persona podrá disfrutar de su sexualidad, si así lo quiere, y mejorar su calidad de vida.
Cuando el origen es orgánico...
Desarreglos hormonales
Puede ser uno de los problemas, ya que el deseo sexual depende de estas hormonas.
Testosterona. El 70% de casos de pérdida de libido en el hombre se deben a la falta de esta hormona que desciende de forma progresiva a partir de los 30 años. Los niveles de testosterona también determinan el deseo sexual femenino.
Estrógenos. La brusca bajada de éstos en la menopausia es uno de los orígenes más frecuentes de la falta de apetencia sexual en la mujer en esta etapa. Además, suele acompañarse de sequedad vaginal y debilidad del suelo pélvico, lo que puede disminuir el placer durante las relaciones sexuales y, por tanto, el deseo. Las fluctuaciones hormonales del embarazo y la lactancia pueden afectar la libido.
Exponer la piel al sol aumenta los niveles de vitamina D, un nutriente que favorece la testosterona, el deseo sexual y la excitación.
Prolactina. Cuando esta hormona está elevada bloquea el deseo sexual en el hombre y en la mujer. Un 20-40% de mujeres registran un descenso de la libido con la toma de anticonceptivos, porque reducen los niveles de testosterona.
Enfermedades y fármacos
El 50% de hombres que padecen apnea del sueño experimentan un descenso de la libido, porque este trastorno afecta las fases del descanso en las que se produce un mantenimiento de la elasticidad de los cuerpos eréctiles del pene.
Enfermedades como la diabetes, la artritis, la hipertensión y la obesidad también pueden generar un déficit de testosterona. Además, tratamientos como los antidepresivos y los antihipertensivos pueden tener como efecto secundario una bajada de la libido.
Los factores emocionales que provocan falta de deseo
Estrés. Los problemas laborales, los económicos, el exceso de tareas que puede derivarse del cuidado de los hijos, etc. pueden influir en el deseo sexual.
Problemas de pareja. Las discusiones continuadas, un desequilibrio en las tareas del hogar, la falta de comunicación o unas relaciones sexuales rutinarias o poco satisfactorias son otros de los factores que pueden inhibir la apetencia sexual.
Pareja con falta de deseo.
Otros. Una historia de abusos, la falta de autoestima y los complejos corporales pueden afectar a la vida sexual.
Soluciones efectivas
Terapia hormonal. Ésta dependerá del origen del desarreglo hormonal. En la mujer, la administración de estrógenos puede darse como tratamiento contra el trastorno de deseo sexual hipoactivo. Asimismo, el especialista ha de evaluar las posibles consecuencias negativas, aunque en forma de cremas vaginales, supositorios o secretados mediante un anillo vaginal presentan pocos riesgos.
La DHEA producida de forma natural por las glándulas suprarrenales es la sustancia precursora de hormonas del deseo como los estrógenos y la testosterona. Sus niveles van descendiendo a partir de los 30 años y también a causa del estrés. Tanto en hombres como en mujeres pueden recetarse cápsulas, parches transdérmicos, tabletas o chicles ricos en ella con el fin de recuperar la libido.
En ambos sexos, si la inapetencia sexual se relaciona con un déficit de testosterona, ésta se puede administrar con parches que se colocan en la piel, inyecciones o pastillas.
Terapia sexual. Es adecuada si la falta de deseo se debe a problemas de pareja como la monotonía en las relaciones sexuales. El sexólogo da pautas para despertar el erotismo y mejorar la comunicación de pareja.
Fórmulas para despertar el erotismo
El deseo sexual es complejo y está influido por múltiples factores. Determinados hábitos de vida pueden alimentarlo y favorecerlo, así como la búsqueda de estímulos.
El ginseng es una raíz milenaria que mejora la circulación sanguínea, ayuda a estimular el sistema nervioso, aumenta la producción de testosterona y aviva el deseo sexual.
Haz ejercicios de fuerza. Realizar un entrenamiento muscular de forma regular estimula la producción de testosterona, una hormona cuyos niveles condicionan el deseo sexual.
Practica yoga. Distintos estudios concluyen que esta disciplina alivia el estrés –enemigo del deseo–, mejora la tonicidad del suelo pélvico y mantiene de forma natural la producción de DHEA con lo que incrementa la libido y la satisfacción sexual del hombre y de la mujer.
Descubre tus zonas erógenas. La piel entera es una de ellas, ya que tiene un millón y medio de receptores sensitivos que responden al tacto y pueden despertar el deseo sexual. Los genitales (clítoris, vulva, pene, testículos, perineo, etc.) se consideran zonas erógenas primarias al concentrar un gran número de terminaciones nerviosas. El clítoris tiene 10.000 y el pene, unas 6.000. Están también los labios, los pezones, el cuello, los pechos, la cara interna de los muslos e incluso el ombligo o el cuero cabelludo. Acarícialas y juega a explorarlas y a tocarlas de distintas formas (las manos, la lengua, una pluma, etc.).
Juega. En el sexo huye de las obligaciones, busca la diversión y rompe la monotonía introduciendo nuevas prácticas eróticas: enviar mensajes subidos de tono a tu pareja, dedicar tiempo a los preliminares, hacer un masaje con aceites, vestir una lencería sexy, etc.
Lee cuentos eróticos. Este tipo de literatura aumenta el imaginario erótico evocando en la mente escenas de contenido sexual que despiertan la libido e incrementan la excitación.
Piensa en el sexo. El cerebro es nuestro mayor órgano sexual. Por ello, pensar en escenas eróticas o tener fantasías relacionadas con el sexo estimula el apetito sexual. Además, compartir estos pensamientos con la pareja también lo logra.
Visita un sex-shop. Incorporar juguetes como vibradores, lubricantes y otro tipo de cosmética erótica que hace crecer las sensaciones puede romper la monotonía y enriquecer la sexualidad.
¿Verdadero o falso?
DORMIR BIEN INCREMENTA EL DESEO SEXUAL
Verdadero. Tanto en hombres como en mujeres de distintas edades, la falta de descanso –menos de 8 horas de sueño– disminuye la excitación sexual y, al contrario, dormir más aumenta la libido y las relaciones sexuales.
EL ALCOHOL FACILITA LA EXCITACIÓN SEXUAL
Falso. Lo cierto es que tomar bebidas alcohólicas, aunque desinhibe, dificulta la excitación sexual y el orgasmo. Además, propicia conductas de riesgo como tener coito sin protección.
UNA DIETA RICA EN GRASAS PERJUDICA LA LIBIDO
Verdadero. Cuando en la alimentación abundan los procesados, la bollería y otros alimentos ricos en grasas saturadas se generan desequilibrios hormonales –en la mujer, más estrógenos y en el hombre, menos testosterona– que afectan a la vida sexual.
LAS REDES SOCIALES Y EL MÓVIL INFLUYEN EN EL SEXO
Verdadero. Según una investigación de "The Journal of Sexual Medicine", el uso excesivo del smartphone y de las redes sociales se traduce en una menor excitación sexual. Otras investigaciones concluyen que el móvil es la causa de una disminución en la frecuencia de relaciones sexuales en la pareja y entre los jóvenes.
