Los chequeos médicos que realmente necesitas
Ya no vamos al médico únicamente cuando tenemos un problema, sino también cuando estamos sanos, para asegurarnos de que todo va bien
Para disfrutar de una vida larga y saludable, además de adoptar unos buenos hábitos de vida, es necesario someterse de forma periódica a una serie de chequeos preventivos con la frecuencia que exija nuestro estado de salud, sexo y edad.
¡Revisa todos los chequeos médicos a continuación!
¿Qué tipos de chequeos médicos existen?
Se tratan de pruebas muy sencillas que nos permitirán detectar cualquier síntoma sospechoso de forma precoz y, de esta manera, tener mayores garantías de curación.
1. Revisión general
A partir de los 30-40 años siempre es aconsejable someterse, aunque no hayamos sufrido ningún problema importante, a un chequeo para valorar nuestro estado de salud general.
Aunque dependerá del centro donde se haga, lo habitual es que se lleve a cabo una exploración física (talla, peso, tensión arterial...), un análisis de sangre y orina, un electrocardiograma, y un chequeo de la vista y el oído. En algunos casos, se efectúa una espirometría (para valorar la capacidad pulmonar) y una ecografía abdominal.
Se recomienda someterse al menos a una revisión antes de los 40 años. A partir de esta edad, es conveniente hacerlo cada 3-5 años y, a partir de los 50, de forma anual.
2. Examen dermatológico
Las personas con muchas pecas en su cuerpo y, en general, todos los mayores de 50 años tienen un riesgo mayor de sufrir cáncer de piel. Por esta razón, deben acudir al dermatólogo con mayor regularidad.
Se trata simplemente de examinar la piel de todo el cuerpo. Si es preciso, se realizará con una lente de aumento que detecte lesiones sospechosas que normalmente no se ven a simple vista.
Es recomendable examinarse anualmente quienes estén dentro del grupo de riesgo. También es conveniente consultar cuando aparece una mancha sospechosa o cuando un lunar cambia de forma, tamaño, grosor, etc.
3. Vigilancia ginecológica
Todas las mujeres deben acudir de forma periódica al ginecólogo para valorar el estado de las mamas y del aparato reproductor.
El especialista realizará una exploración de los senos para detectar la posible presencia de bultos o de cualquier otra anomalía. También llevará a cabo una citología para descartar posibles infecciones o presencia de células precancerosas.
Según la edad, se practicará una mamografía para detectar posibles tumores y un ecografía pélvica para valorar el estado del útero y de los ovarios.
Las mujeres menores de 25 años con una vida sexualmente activa deben acudir cada uno o dos años para someterse a una citología. A partir de esta edad, la frecuencia será anual. Se aconseja efectuar una mamografía de referencia antes de los 40 años y, una vez rebasada esta edad, repetirla con una frecuencia de uno o dos años.
4. Chequeo cardiovascular
Una buena parte de las enfermedades coronarias cursan sin mostrar apenas síntomas y no delatan su presencia hasta que se presenta un accidente cardiovascular.
Según la edad, será necesario realizar un electrocardiograma para descartar arritmias, bloqueos, etc.; un ecocardiograma para observar las válvulas cardíacas, y una ergometría (prueba de esfuerzo), que consiste en realizar ejercicio (correr en la cinta, ir en bicicleta...), para valorar la reacción del corazón.
Entre los 40 y los 50 años, es recomendable efectuar una visita al cardiólogo y someterse a las pruebas que considere pertinentes. Las mujeres que han entrado en la menopausia deberían hacerse este tipo de chequeos con mayor regularidad.
5. Sistema digestivo
En este caso, las pruebas más importantes son las que se llevan a cabo para detectar el cáncer de colon, una de las dolencias oncológicas más frecuentes en hombres y mujeres.
En primera instancia se puede efectuar un test de sangre oculta en las heces. Si este análisis resulta positivo, se hará una colonoscopia, la prueba más fiable a la hora de detectar la presencia de cáncer de colon o bien de póipos que podrían causarlo.
Entre los 40 y los 50 años, si se tienen familiares directos que hayan sufrido esta dolencia y con una frecuencia de dos o tres años. Cuando no hay antecedentes, a partir de los 50 años se puede efectuar un test de sangre oculta en las heces cada 1-2 años.
6. Análisis de próstata
Una vez entrados en los 50 años, aumenta en un 50% las probabilidades de experimentar un crecimiento de esta glándula. Por esta razón, todos los hombres de esta edad deberían someterse a una revisión para valorar su estado.
El primer paso será llevar a cabo un análisis de sangre para detectar el antígeno prostático específico (PSA), un valor que indica el riesgo de sufrir algún trastorno relacionado con esta glándula.
Si la concentración de PSA es alta, lo más probable es que el especialista efectúe un examen digital del recto para detectar una protuberancia sospechosa.
Si hay antecedentes familiares, se aconseja someterse a un examen de control a partir de los 40. En los demás casos, los chequeos se realizarán de los 50 en adelante con una frecuencia anual.
7. Otras pruebas importantes
Aparato circulatorio. Se trata de una revisión que puede detectar numerosos trastornos, desde varices al riesgo de sufrir un ictus. Consiste en realizar una prueba llamada eco-doppler, una ecografía que permite observar el estado de las venas y de las arterias. Se recomienda efectuarla a partir de los 50 años.
Densitometría. Durante la menopausia, los huesos se vuelven más porosos y aumenta el riesgo de sufrir fracturas. Todas las mujeres deben someterse a una densitometría de referencia (una prueba indolora que mide la densidad ósea) cuando lleguen a esta época de la vida y, a partir de los 60 años, repetirla de forma anual.
Test neurológico. Su objetivo es detectar la demencia precoz. Consiste en realizar una resonancia magnética, un test neuropsicológico y, según el caso, un estudio del líquido cefalorraquídeo. Sólo se lleva a cabo cuando hay síntomas.
Fondo del ojo. Es una prueba muy completa, ya que nos ofrece información sobre el estado de la retina y el nervio óptico y, además, puede avisarnos de un problema de diabetes o de hipertensión. Se aconseja hacerlo cuando se dé algún indicio de problema ocular.
Revisión dental. Una vez al año como mínimo, es conveniente acudir al dentista para que valore el estado de nuestros dientes, además de llevar a cabo una limpieza completa y, si es necesario, algún tipo de tratamiento (empaste, curetaje, etc.).
Hormonas tiroideas. Importante para prevenir el hiper y el hipotiroidismo, consiste simplemente en tomar una muestra de sangre para controlar los niveles de estas hormonas en la sangre. Se recomienda en el caso de sufrir algún síntoma que pueda hacer sospechar la existencia de estas alteraciones.
Citas imprescindibles, ¡apúntatelas en la agenda!
A partir de los 20 años
Toma de la tensión (cada 3 años), análisis completo de sangre y de orina (uno como mínimo). Mujer: citología (cada 1-2 años).
A partir de los 30 años
Toma de la tensión (cada 2 años), análisis completo de sangre y de orina (uno como mínimo), electrocardiograma (uno como mínimo). Mujer: citología anual.
A partir de los 40 años
Toma de la tensión (anual), análisis completo de sangre y de orina (cada 3-5 años), electrocardiograma (anual). Mujer: citología anual y mamografía (cada 1-2 años).
A partir de los 50 años
Toma de la tensión (anual), análisis completo de sangre y de orina (cada 2-3 años), electrocardiograma (anual), sangre oculta en las heces (cada 1-2 años). Mujer: citología (anual), mamografía (anual) y densitometría (con una frecuencia a valorar por el especialista). Hombre: revisión de la próstata (PSA) (anual).