Alfredo Landa: la intensa vida de uno de los grandes actores del cine español
El joven que soñó con ser intérprete, terminó teniendo un término propio en el cine, el 'landismo', del que se sentía muy orgulloso
Imagen del actor Alfredo Landa y el director de cine Juan Antonio Bardem durante el rodaje de la película "El puente".
Cuando cursaba sexto de bachiller pertenecía a una asociación juvenil que tenía su propia compañía de teatro aficionado. Montaron 'El verdugo de Sevilla' y le ofrecieron a Landa, que sabía hablar catalán, interpretar el papel de un personaje catalán. Landa aceptó y revivió la emoción de subirse a un escenario.
Perdió a su padre cuando tenía 17 años
En 1950, cuando Alfredo tenía 17 años, vivió la tragedia de perder a su padre, un hombre con el que siempre había mantenido una excelente relación. Falleció de un cáncer de garganta cuando tenía sólo 47 años. Presionado por su madre, Landa se matriculó en Derecho aunque tenía claro que su vocación era la interpretación.
En la facultad, con otros compañeros, fundó el Teatro Universitario de la capital guipuzcoana, con el que hicieron más de 40 comedias, en especial de Mihura, Jardiel Poncela y Truman Capote.
Un día, después de muchas veces de haberle pedido que le dejara ir a Madrid para probar suerte en el mundo del teatro, su madre finalmente accedió y Landa dejó sus estudios de derecho para seguir su pasión por la actuación.
Trabajó, durante 10 años, con un carnet falsificado
Fotograma de la película "Los subdesarrollados" con Alfredo Landa, Tony Leblanc y Laura Valenzuela.
Landa tomó 7.000 pesetas que había ahorrado, dos trajes, tres camisas, dos mudas y un par de zapatos, y llegó a la estación de Chamartín en Madrid en la fría mañana del 8 de octubre de 1958.
En la capital española solo conocía a Ángel Baltamar, un amigo suyo de San Sebastián, que trabajaba como doblador. Al cabo de un mes, Ángel le consiguió una prueba como actor de doblaje.
"Llegué a los Estudios Oro Films más contento que unas Pascuas y Ángel me explicó un poco por encima cómo era la cosa del doblaje, cómo había que encajar la voz. Me metieron en el estudio, junto al micrófono, frente a la pantalla y sucedió que coloqué las frases a la primera", explicaba en una entrevista, asegurando que se quedaron tan extrañados que se lo hicieron repetir dos veces para ver que no se trataba de una casualidad.
Orgulloso padre de tres exitosos hijos
Imagen del actor Alfredo Landa y el director de cine Jose Luis Garci.
Le contrataron, pero Landa siempre recuerda que temblaba cuando, para firmar el contrato, tuvo que mostrar el carnet del Sindicato del Espectáculo que entonces se exigía para trabajar. En realidad, se trataba de una burda falsificación del carnet de un actor fallecido que le había hecho su amigo. "De ésta, voy a la cárcel", pensaba él cuando lo presentó.
Pero, coló y durante 10 años estuvo trabajando con aquel carnet falsificado. En 1959, debutó en el Colegio Mayor Guadalupe con una función de Agustín Gómez Arcos. Allí le vio el productor Jesús Campos, que le llamó para una función titulada. 'Nacida ayer', estrenada en el Teatro Recoletos el 1 de septiembre de 1960.
La gran oportunidad le llegó de la mano de Alonso Millán con la obra 'La felicidad no lleva impuesto de lujo', que le abrió la puerta del éxito y del trabajo continuo. Al año siguiente, el 23 de septiembre de 1961, se casó con Maite Imaz, titulada en Filología Hispánica, a la que había conocido en el TEU de San Sebastián.
"Me enamoré de ella nada más verla. En aquel tiempo, Maite tenía un novio, que además era amigo mío, y tuve que esperar a que lo dejara". La boda se celebró un sábado en San Sebastián y el lunes Landa y su esposa ya estaban en Madrid, donde él tenía ensayo.
Maite se convirtió en el más firme apoyo de la carrera del actor. Poco después, Maite quedó embarazada de gemelos. Desafortunadamente, sufrió un parto prematuro y perdió a los bebés. En 1964, nació Idoia. Luego nacieron Alfredo y Ainoa, la pequeña. La mayor es antropóloga, el segundo estudió Químicas y la pequeña se licenció en Bellas Artes.
"Atraco a las tres", su primera película
Con los actores de 'Las leandras'.
Landa estaba actuando en el Teatro María Guerrero en 'Eloísa está debajo de un almendro' cuando una noche Pedro Masó y José María Forqué, quienes preparaban una película titulada 'Atraco a las tres', fueron a ver su función. No habían asignado aún el papel del cajero del banco y, después de verlo actuar, decidieron ofrecérselo a Landa. Así fue como en 1962 debutó en el cine. Cobró 10.000 pesetas por ese trabajo.
Al año siguiente, consiguió un pequeño papel en 'El verdugo' (1963), de Luis García Berlanga. Allí, el gran Pepe Isbert le dijo algo que siempre ha tenido muy presente: "Mira Alfredo, en esta profesión hay que ser tres cosas: humilde, porque el éxito no es nada. Paciente, porque a veces, el guión que esperas tarda y tarda. Y eso sí, cuando llegue, ir a por todas".
También tuvo un papel en 'Historias de la televisión' (1965), de José Luis Sáenz de Heredia, y en 'Ninette y un señor de Murcia' (1965), adaptación de la obra de Mihura realizada por el polifacético Fernando Fernán Gómez.
Protagonista de las 'españoladas' del tiempo del franquismo
Fotograma de la película 'Fin de semana al desnudo' protagonizada por Alfredo Landa y Lina Morgan.
Durante esos años, alternó el cine con obras de teatro en el Teatro María Guerrero. Pero, quizás debido a su físico y su vis cómica, Landa comenzó a hacer comedias de corte fácil, las llamadas 'españoladas' del tiempo del franquismo.
Durante buena parte de las décadas de los 60 y los 70, Landa interpretó el estereotipo del español de clase media, catetillo o reprimido, conservador y más bien casposo.
Nació entonces el llamado 'landismo', un término que, según el actor, se acuñó por parte de algunos críticos para atacarlo, pero que a él nunca le afectó negativamente. "No me arrepiento de nada de lo que he hecho. He hecho muchas escenas de cama típicas del reprimido español, pero no me pesan", afirmó este hombre.
Un premio en el Festival de Cannes y dos Goyas
Imagen de Alfredo Landa con un premio Goya.
Aparte de las españoladas –'Cateto a babor', 'No desearás al vecino del quinto' o 'Mayordomo para todo', serían tres muestras de una larga lista– que protagonizó du-ante años, en 1976 llegó un papel que le permitió a Landa sacar el excelente registro interpretativo que llevaba dentro.
Su interpretación en 'El puente', de Juan Antonio Bardem, supuso un punto y aparte en su carrera. Como cuando en la prueba para actor de doblaje, no se trató de una casualidad y Alfredo Landa revalidó su condición de gran actor con 'Las verdes praderas' (1979), de José Luis Garci, director que volvió a llamarlo en 1981 para protagonizar un thriller titulado 'El crack' y, dos años más tarde, la segunda parte de éste, 'El crack II'.
Fotograma de la película "Los santos inocentes" con Alfredo Landa y Terele Pavez.
El reconocimiento internacional a su buen hacer interpretativo llegó en 1984 cuando ganó (compartido con Paco Rabal, otro gran actor de la escena española) la Palma de Oro al Mejor Actor de Cannes por 'Los santos inocentes', una de las mejores películas dramáticas que ha dado el cine español.
'El bosque animado' (1987) y 'La marrana' (1992), ambas de José Luis Cuerda, le valieron sendos premios Goya. Previamente había intervenido en 'La vaquilla' (1985), de Berlanga, y en 'Tata mía' (1986), de José Luis Borau. Ese mismo año hizo para televisión la serie 'Tristeza de amor'.
Alfredo Landa fue Sancho Panza en la serie 'Don Quijote'
En la mítica serie 'El Quijote', junto a Fernando Rey.
Volvería a la pequeña pantalla en 1992 con 'Don Quijote', donde interpretaba a Sancho Panza en compañía de Fernando Rey como Don Quijote. A continuación, trabajó en varias producciones para televisión como 'Lleno, por favor' (Antena 3), 'Por fin solos' y 'En plena forma' (1997). Su último trabajo para televisión fue en la serie 'Los Serrano'.
Pasó sus últimos años alejado de los medios
Imagen de la serie " Lleno por favor ".
El actor Alfredo Landa y la Belén Rueda, en la serie Los Serrano.T5
Además, tuvo una estrecha relación laboral con el director José Luis Garci, con quien trabajó en varias películas como 'Canción de cuna' (1994), 'Historia de un beso' (2002), 'Tiovivo C.1950' (2003) y 'Luz del domingo' (2007). También fue dirigido por Miguel Hermoso en 'La luz prodigiosa' (2003) y Jesús Bonilla en 'El oro de Moscú' (2003).
Con más de 130 películas en su filmografía y a los 74 años, Alfredo Landa sorprendió anunciando su retirada del cine, a pesar de seguir recibiendo ofertas.
Sin problemas económicos gracias a su espíritu ahorrador y trabajador, y con una esposa de la que siguió siempre muy enamorado, el actor pasó sus últimos años disfrutando de pasatiempos como el mus, tocar la guitarra y charlar con amigos hasta altas horas.
Tras superar un cáncer de colon, Landa se reservó los años que le quedaban para protagonizar su mejor película: la de su vida. El 9 de mayo de 2013, dos meses después de cumplir los 80 años, el artista fallecía en una residencia cercana a su casa madrileña.