Gloria Fuertes, gran poetisa española
Descubre la vida y obra de Gloria Fuertes, una destacada poetisa española cuya pluma y sensibilidad dejaron una marca indeleble en la literatura. Desde sus poesías infantiles hasta su compromiso social y feminista, exploraremos el legado de esta escritora que conquistó corazones con su poesía auténtica y cercana

Gloria Fuertes García nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño barrio de Lavapiés. Fue la cuarta de los cinco hijos de un portero de fincas señoriales y una sirvienta y costurera. Durante su infancia asistió a varios colegios, uno de ellos religioso en la calle Mesón de Paredes, "donde una monja larga me tiraba pellizcos porque en las letanías me quedaba dormida", escribió.
A sus años en la escuela corresponde una anécdota recuperada por Jorge de Cascante en "El libro de Gloria Fuertes", editado con motivo del centenario de su nacimiento. Al parecer, harta de que le pusieran ceros en el cole, decidió cambiar el sistema de calificaciones y convirtió las malas notas en buenas. Así, se autopuntuaba en sus cuadernos y diarios con una tabla de medir que iba desde el "0", que significaba "muy bien", hasta los "000", "excelente".
"Mi madre me pegaba cuando me veía leyendo"

La primera de las pasiones de su vida fue la relación con su madre, que, como ella misma relató, la dio a luz en "un parto muy laborioso en el que, si se descuida, muere para vivirme". Sobrevivió, pero no por mucho tiempo, ya que la mujer falleció cuando Gloria tenía 15 años, quizás en el momento en que más la odiaba y la necesitaba. Beata y conservadora, la señora quería que su hija fuera una chica convencional y la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde se diplomó en Taquigrafía, Mecanografía, Higiene y Puericultura.
Pero a ella lo que le interesaba era la lectura y los deportes, aficiones que su familia ni entendía ni compartía. "Cada vez que mi madre me veía con un libro, me pegaba", se quejaba. "Pero si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro", añadía esta mujer optimista por naturaleza.

A los 14 años escribió su primer poema, titulado "Niñez, juventud, vejez" y, mientras trabajaba como contable en la fábrica Talleres Metalúrgicos, siguió escribiendo para dar salida a una pulsión poética que nacía con fuerza ingobernable. Eran poemas con final feliz porque en su infancia había tenido pocas alegrías, salvo los juegos con su hermano pequeño, que fallecería en un bombardeo durante la Guerra Civil. Aquella contienda fratricida marcó la vida de Gloria que, según explicó, tuvo en los dos bandos a sus dos primeros amores. "El primero era un obrero. Me hubiera casado con él, pero le dieron por desaparecido en el 36", escribió. El segundo estuvo en el bando franquista. "Me influyó mucho, era superculto", dijo del médico Eugenio Rosado, fusilado en la cárcel por los milicianos republicanos.
En bicicleta por Madrid, vestida con corbata

Aunque sus lecturas de juventud fueron los poemas de Bécquer, Rubén Darío y Gabriel y Galán, las influencias en su poesía no fueron literarias, sino vitales. Con solo 17 años, escribió su primer libro de poemas, "Isla ignorada", que no se publicaría hasta 1950.
Mucho antes, en 1935, dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid y Radio España. En esa época se movía en bicicleta por Madrid vestida con chaleco, corbata y falda-pantalón. Porque Gloria Fuertes no era una fémina corriente. "Era una mujer nueva, que se enfrentaba con ternura a los hombres, tan brutos ellos. No era una maestrita repipi, era un compañero perteneciente a un tercer sexo divino que rompía con todo en aquella España de hierros y caspa y el resto la mirábamos fascinados ante su aspecto y sus palabras", decía Francisco Nieva, compañero suyo en el postismo, primer movimiento lírico tras la guerra.
En 1951, creó con Adelaida Lasantas el grupo Versos con Faldas, que hacía lecturas y recitales por bares y cafés. Paralelamente, fundó con Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal la revista "Arquero", que dirigió hasta 1954. Un año después empezó estudios de Biblioteconomía e Inglés en el Instituto Internacional, donde después entraría a trabajar como bibliotecaria.
Phyllis Turnbull, la mujer de su vida

En el capítulo personal, se dijo que había tenido devaneos con el humorista Miguel Gila, pero el gran amor de Gloria Fuertes fue una mujer: la hispanista Phyllis Turnbull, que fue su pareja hasta un año antes de su muerte, por un cáncer, en 1971. Gracias a ella recibió la beca Fulbright para impartir clases en la Universidad Bucknell (Pennsylvania). El plan inicial era que estuviera allí durante dos semestres, pero se quedó tres años, hasta 1964. "Fue la época más feliz de su vida porque encajaba perfectamente en el mundo de la contracultura. Recitaba sus poemas en bares y universidades y hasta llegó a ser telonera de Joan Báez", cuenta De Cascante en su libro.
La Gloria Fuertes poeta adulta se consolidó entre los años 50 y 60, pero la fama le llegó a partir de mediados de los 70 cuando empezó a colaborar en diversos programas infantiles de TVE, siendo "Un globo, dos globos, tres globos" y "La cometa blanca" los que la convirtieron en la poetisa de referencia de, por lo menos, dos generaciones de niños españoles.
En 1975, su libro "Cangura para todo" fue galardonado con el diploma de Honor del Premio Internacional de Literatura Infantil Hans Christian Andersen, lo que la situaba entre los grandes autores universales de la literatura infantil.
Dejó su fortuna a la Ciudad de los Muchachos

Esa faceta de su producción literaria marginó, sin embargo, su otra poesía hasta obviar detalles que daban idea de su relevancia como autora lírica, como que fue la única mujer en la colección Colliure. "Jaime Gil de Biedma la incluyó en la colección, que era muy elitista". Otros grandes de la literatura como Camilo José Cela y José Manuel CaballeroDejó su fortuna a la Ciudad de los Muchachos Bonald fueron fervientes admiradores de esta mujer a la que se recuerda trajeada siempre de forma masculina, fumando y con una voz ronca que la convirtió en objeto de parodias, siendo la más célebre la de Martes y Trece. Pero era la propia Gloria la primera en reírse de ella misma. Tampoco le importaba la opinión de sus colegas. "Desde siempre sintió un enorme despecho por el medio literario y lo aplicaba a rajatabla. Vivía apartada de camarillas y grupos, no le interesaban", ha dicho Luis Antonio de Villena.
Al entender de los que ahora la reivindican como la gran poetisa que fue, Fuertes tenía una versatilidad maravillosa para llevar la poesía a todos los públicos. Tocó asuntos tan espinosos como el hambre, el suicidio, el amor libre, la heroína, el feminismo o el ecologismo, aunque eludió la homosexualidad. Ella misma decía que no sabía si su poesía era "social, mística, rebelde, triste, graciosa o qué", pero aseguraba sentirse libre al escribir.
Vivió de forma austera, acompañada por sus libros, su tabaco y sus botellas de whisky, hasta que un cáncer de pulmón se la llevó el 27 de noviembre de 1998. En su testamento, dejó toda su fortuna (unos 100 millones de las antiguas pesetas) al orfanato Ciudad de los Muchachos, del padre Jesús Silva, mientras que la fundación que lleva su nombre gestiona su obra poética.