James Dean, el mito rebelde de Hollywood
Adéntrate en la vida de James Dean, el mito rebelde que capturó la imaginación de Hollywood y dejó una huella imborrable. Descubre cómo este icono cinematográfico rompió moldes y se convirtió en símbolo de rebeldía

James Byron Dean nació el 8 de febrero de 1931 en Marion (Indiana). Fue el único hijo de Mildred Winslow, un ama de casa que se casó estando embarazada, y Winton Dean, un mecánico dentista incapaz de mostrar el más mínimo afecto por su hijo.
Cuando tenía 6 años, la familia se mudó a Los Ángeles, donde el futuro actor estudió primaria en la escuela pública de Brentwood. Aquellos años de colegio no le dejaron un buen recuerdo. James era un niño tímido y sus compañeros se burlaban de él por su miopía, su carácter sensible y porque iba a clases de violín y de ballet, actividades consideradas poco masculinas.

A los 9 años, en julio de 1940, sufrió un duro golpe del que jamás se recuperaría: la muerte de su madre por un cáncer. Esa pérdida supuso un giro radical en su vida, ya que su padre no supo, o no pudo, hacerse cargo de él. Por eso, tras el fallecimiento de su esposa, lo envió a casa de su hermana, Hortense, que lo crió con su marido, Marcus, en Fairmount (Indiana).
Para James, al drama de haber perdido a su madre, la única persona del mundo que le comprendía, se le unió el de verse obligado a vivir lejos de su padre, que, de forma cruel, no fue al funeral por su esposa ni le acompañó en el viaje a su nuevo hogar. Allí, cuando no estaba en la escuela, James trabajaba la tierra, montaba a caballo y cazaba. "También me gustaba salir a asustar a las vacas con la moto. Echaban a correr, con las ubres meándose y perdían un litro de leche", contó en una ocasión Dean.

El joven hizo todo lo posible por integrarse en su entorno y ni su miopía ni su dificultad para relacionarse le impidieron formar parte de los equipos de baloncesto, béisbol y atletismo del instituto. No fue el deporte, sin embargo, lo que marcó sus años de adolescencia, sino el hecho de conocer al pastor metodista James DeWeerd, que lo tomó bajo su protección. Le recomendó lecturas, lo acercó a la música clásica y al arte, lo llevó a museos y le contagió su pasión por las motos y la velocidad. También le dejó películas de sus viajes por el mundo y de espectáculos tan alejados de su cultura como las corridas de toros de México, a las que Dean se aficionó (el actor siempre tuvo un capote colgado en una de las paredes de su casa). Además de todo esto, se cree que fue DeWeerd quien lo inició en el sexo.
Debutó ante las cámaras con un anuncio de Pepsi

En 1949, con 18 años, se matriculó en la Universidad de California (UCLA) para estudiar interpretación y en diciembre de 1950 debutó en TV con un anuncio de Pepsi Cola, su primer trabajo remunerado. En 1951, dejó Los Ángeles, donde había estado viviendo con el director radiofónico Rogers Brackett, un hombre muy influyente que le ayudó a conseguir algunos papeles, para irse a Nueva York. La ciudad de los rascacielos impresionó mucho al actor, que luego diría: "Me sobrecogió. Pasé las primeras semanas tan confuso que me limité a pasear por las dos manzanas más próximas a mi hotel. Veía tres películas al día para escapar de la soledad y la depresión".
En la Gran Manzana conoció a la agente Jane Deacy, que le consiguió trabajo en series de televisión como "Family Theater", "Trouble with Father", "Tales of Tomorrow", "Omnibus" y "The Bigelow Theater".

En 1952, James tomó una decisión que cambiaría su futuro: se matriculó en el Actor's Studio y aquello fue su primer paso hacia la fama ya que, gracias a esa escuela de intérpretes, pudo trabajar en obras vanguardistas como "El inmoralista", del Nobel de Literatura francés André Gide, que le permitieron hacerse un hueco en los teatros de Broadway.
Pero más importante para su carrera fue que Elia Kazan, uno de los fundadores del Actor's, se fijara en él y lo propusiera, en 1954, para el papel de Cal Trask, el hijo repudiado y solitario de la película "Al este del Edén". Kazan se dio cuenta de que Dean encarnaba a la perfección al adolescente atormentado, ingenuo y sensible.
Durante el rodaje, James conoció a Anna Maria Pier Angeli, una joven actriz italiana recién llegada a Hollywood con la que entabló una relación especial, que sólo duró unos meses. Finalmente, al ver que James no se decidía a casarse, Anna Maria rompió con él. Al poco tiempo, ella contrajo matrimonio con el actor Vic Damone y el día de su boda, un Dean despechado estuvo a la puerta de la iglesia acelerando ruidosamente su moto durante toda la ceremonia.
Pier Angeli se suicidaría en 1971, tras dejar una nota donde decía que jamás le había podido olvidar. Posteriormente, se dijo que el actor vivió un idilio con Ursula Andress.
Homosexualidad y tendencias masoquistas

Su papel en "Al este del Edén" le valió una nominación al Oscar y le hizo famoso. Pero ni el éxito ni el dinero convirtieron a James Dean en una persona de fácil trato. "En este negocio no te ayuda nadie. Puedes estar agradecido a alguien por abrirte los ojos a ciertas cosas y, en correspondencia, tú puedes abrírselos a otro. Pero todo lo consigues sólo por ti mismo", declaró Dean en una ocasión.
En algunos ambientes de Hollywood se empezó a hablar de las tendencias homosexuales y sadomasoquistas de James, que la productora se encargó de tapar para no perder a sus miles de fans. Esos rumores acabarían confirmándose tras su muerte con las declaraciones de varios jóvenes que aseguraron haber tenido relaciones íntimas con él.
En marzo de 1955, James comenzó a rodar junto con Natalie Wood y Sal Mineo "Rebelde sin causa", un proyecto que Marlon Brando había abandonado poco antes y que le consagró definitivamente como actor y como joven inconformista. Poco después, actuó en "Gigante", que protagonizó con Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Sería su última película y obtuvo una nominación póstuma por ella a los Oscar.

El 30 de septiembre de 1955, cuando iba con su flamante y plateado Porsche 550 Spyder, al que había bautizado como "Pequeño bastardo" (lo que él se consideraba), perdió la vida en un fatal accidente. Había acabado el rodaje de "Gigante" y quería ir con su amigo, el mecánico Rolf Wütherich, a una carrera que se celebraba en Salinas, cerca de San Francisco.
Mientras se dirigían hacia allí, y de manera premonitoria, un policía de tráfico les había detenido por exceso de velocidad. No los multó, pero les recomendó ir más despacio. Dean no hizo ningún caso y, poco después, en un cruce, chocó contra un Ford Tudor conducido por un estudiante. Se cree que los dos iban demasiado rápido, aunque nunca se ha esclarecido quién fue el culpable del siniestro.
James tenía 24 años y las heridas que sufrió le provocaron la muerte de camino al War Memorial Hospital, de Paso Robles. El conductor del Ford y su amigo Rolf tuvieron más suerte y sobrevivieron al accidente.
Paradójicamente, semanas antes había hecho un anuncio publicitario en el que recomendaba a los jóvenes conducir con prudencia. "Ten cuidado al volante. La vida que puedes salvar podría ser la mía", dijo ante las cámaras.
Su muerte dio lugar al nacimiento de un mito

Al conocerse la noticia de su fallecimiento, hubo un ataque de histeria colectiva entre los jóvenes, para quienes James Dean era, además de actor, una forma de entender la vida. El cóctel de fama, juventud, carácter inconformista y una muerte tan precoz dieron como resultado el nacimiento de un mito. Con su trágico final, se había cumplido una de las frases que se le atribuyen: "Vive rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver".