Estrategias para prolongar el bronceado y renovar su luminosidad
Si quieres mantener un bonito tono dorado tras el verano, debes empezar ya.
Estas medidas pondrán a salvo tu moreno y lograrán que tu piel muestre su mejor versión
Tras unos días o semanas de exposición al sol has logrado por fin un bonito tono dorado en tu piel, que le da un aspecto más firme y tonificado y hasta te hace parecer más delgada y disimula la celulitis. Por eso, no es de extrañar que entre tus objetivos esté prolongar el bronceado tanto tiempo como sea posible.
Rutinas que aseguran el éxito
Lo primero, exfoliar. Aunque creas que eliminas el bronceado, en realidad sucede justo al revés. Es más, resulta imprescindible tanto antes –para lograr un tono uniforme– como después –para mantenerlo–. Una de las razones es que los filtros solares son difíciles de eliminar y la exfoliación lo logra, de modo que la piel respira, recupera luminosidad y los activos hidratantes penetran mejor.
La ducha, con agua fría. Esta rutina diaria puede marcar una gran diferencia en tu bronceado. Se trata de evitar a toda costa el agua caliente, que apaga la piel y favorece las arrugas. En cambio, el agua fría le aportará firmeza y luz de forma inmediata.
Hidrata en profundidad. La radiación solar provoca una gran pérdida de agua y la acción del viento, el agua del mar o los cambios de temperatura por el aire acondicionado también favorecen la deshidratación y, por tanto, que la piel luzca más apagada. Hidrata mañana y noche con fórmulas que incluyan, por ejemplo, vitamina C, por sus propiedades iluminadoras, antiedad y para igualar el tono al combatir daños solares, como las manchas.
Siempre con protección. Estar bronceada no te exime de usar protección, de hecho es la única manera de mantener el bronceado sin riesgos, prevenir las manchas y arrugas y asegurar la luminosidad. Si tu piel ya luce un bonito color –¡y no te expones entre las 12 y las 16 horas!– puedes disminuir progresivamente el fotoprotector hasta un factor 30, pero nunca por debajo.
Cosméticos específicos: más efectivos
Aftersun. El sol deshidrata la piel (y tiene este efecto hasta cuatro horas después de la exposición). El aftersun ofrece más ventajas que las cremas hidratantes, ya que se dirige específicamente a prevenir el daño causado por el sol y también incluye principios que logran «fijar» el bronceado. ¡Palabrita de los expertos!
Aceite iluminador. Te seducirá su efecto glow: además de hidratar y de los beneficios del aceite en cuestión (argán, sésamo, rosa mosqueta, etc.), aporta reflejos dorados o nacarados a la piel, que resaltan el moreno.
Aceleradores del bronceado. Hay fórmulas que intensifican la pigmentación a la vez que combaten el fotoenvejecimiento. Aceites, cremas, bebidas o cápsulas logran potenciar la producción de melanina, y así ponen en modo on tu moreno. A diferencia de los autobronceadores, necesitan que te expongas al sol, aunque por poco tiempo, y deben utilizarse con protección solar.
La dieta, tu aliada perfecta
Betacarotenos. Todos los vegetales de color amarillo o naranja (zanahorias, tomates, melón, melocotones...) contienen esta sustancia antioxidante, que ayuda tanto a broncearse, como a mantener el tono durante más tiempo y previene la aparición de manchas y arrugas.
Vitamina C. Además de emplear cosméticos que contengan este activo, es importante incluirlo en tu dieta, ya que aporta luz a la piel. Recuerda que tomates, pimientos, calabacín o arándanos contienen esta vitamina y ¡están en plena temporada!
Frutos secos. Tomados en pequeñas raciones diarias –para no pasarte con las calorías–, te pueden ayudar a mantener la piel luminosa y elástica por su riqueza en vitamina E. También son ricos en manganeso, que ayuda a la pigmentación y así es como contribuyen a prolongar tu moreno. ¡Lo tienen todo!
Hábitos saludables que suben el tono y la belleza de tu piel
DEPORTE: AL AIRE LIBRE, DOBLE BENEFICIO. Activa la circulación, elimina toxinas a través del sudor y oxigena la piel, lo que da a ésta firmeza y luminosidad. Si, además, haces deporte en el exterior, lograrás mantener un bonito color todo el año. Eso sí, no te olvides la protección solar y limita la exposición a 20-30 minutos al día.
BEBER AGUA. Ningún producto hará tanto por la hidratación y la luminosidad de tu piel a cambio de tan poco. La recomendación es beber unos ocho vasos de agua al día, pero también puedes optar por infusiones, como el té verde (sin añadirle azúcar), cuyos antioxidantes protegen y favorecen una piel más firme y con un tono uniforme.