Isabel II: sale a la luz la terrible enfermedad que sufría antes de morir
El ex Primer Ministro británico Boris Johnson ha hablado por primer vez de la enfermedad que sufría la reina Isabel II, que falleció en septiembre de 2022

La reina Isabel II, en una imagen de archivo.
El próximo 10 de octubre saldrá a la venta 'Unleashed (Desatado)', el libro de memorias de Boris Johnson, el que fuera Primer Ministro británico entre julio de 2015 y septiembre de 2022.
Entre sus páginas, el exlíder del partido conservador aborda muchos temas de sus años en el cargo, pero sin duda el más llamativo es el de la muerte de Isabel II, el 8 de septiembre de 2022.
De hecho, es Boris Johson quien aborda por vez primera, y de manera pública, la enfermedad que sufría la reina, que falleció a los 96 años en el castillo de Balmoral (Escocia).
La reina Isabel II murió de cáncer de huesos, según Boris Johnson

Isabel II.
En sus memorias, Johson explica que la abuela del príncipe Guillermo murió de cáncer de huesos, enfermedad de la que ella misma era conocedora desde hacía un año.
En el certificado oficial de la muerte de Isabel II figuran "Causas naturales".

El funeral de Isabel II, en septiembre del 2022.
El último encuentro entre Boris Johnson e Isabel II tuvo lugar apenas 2 días antes de la muerte de la reina, cuando el que fuese Primer Ministro le informó de su renuncia al cargo.
A Boris lo sucedió en el puesto Liz Truss, cuyo encuentro con la reina pasará a la historia por ser las últimas imágenes en las que vimos a Isabel II.

Isabel II llevando un ramo de flores.
"Edward Young, su secretario privado, trató de prepararme", explica Johson en sus memorias, sobre la muerte de Isabel II. "Sabía desde hacía un año o más que tenía una patología de cáncer de huesos, y sus médicos estaban preocupados de que en cualquier momento pudiera entrar en un declive brusco", añade.
Isabel II sabía que se iba a morir

Isabel II, junto a Carlos III y el príncipe Guillermo.
Boris Johnson recalca que la última vez que vio a Isabel II "parecía pálida y más encorvada, y tenía moretones oscuros en las manos y las muñecas, probablemente de goteos o inyecciones, pero su mente estaba completamente intacta".
"Ella lo sabía todo sobre su enfermedad el verano que se iba a morir, pero estaba decidida a aguantar y cumplir con su último deber: supervisar la transición pacífica y ordenada de un gobierno al siguiente", sentencia el ex Primer Ministro.