Isabel II: subastan 1 trozo de su tarta de bodas ¡de hace 47 años!
El trozo del pastel nupcial fue vendido por más de 2.600 euros, tras permanecer décadas oculto bajo una cama en Edimburgo

Isabel II.
La boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo, celebrada el 20 de noviembre de 1947, sigue despertando fascinación más de 75 años después. Uno de los objetos más sorprendentes relacionados con aquel día acaba de salir a la luz: un trozo de la tarta nupcial, que ha sido subastado recientemente por 2.643 euros. Este pequeño fragmento, conservado de manera casi milagrosa, se ha convertido en un objeto de deseo para coleccionistas de reliquias históricas.

Isabel y Felipe de Edimburgo el día de su boda.
La porción pertenecía a Marion Polson, una ama de llaves que trabajó en el Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo entre 1931 y 1969. Como agradecimiento por su impecable servicio, la futura reina Isabel II y su esposo le obsequiaron este trozo del pastel de bodas.

Polson, emocionada por el gesto, decidió no consumirlo y lo guardó cuidadosamente en su embalaje original. Junto al pastel, se incluía una emotiva carta personal escrita por Isabel, en la que agradecía el esfuerzo y dedicación de Marion.
Así se conservó el trozo de pastel de la boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo

Con un precio de salida de 500 euros, la pieza de tarta fue finalmente adjudicada a un comprador chino, que realizó la puja por teléfono y pagó más de cuatro veces la cifra inicial. El embalaje original y la carta personal de Isabel II añadieron un valor incalculable al lote, haciendo que los coleccionistas compitieran intensamente por esta reliquia histórica.

Nota que acompañaba el paquete.

Reproducción de la tarta original.

Contenido del paquete, con una carta adjunta.
Este peculiar trozo de tarta no solo recuerda la histórica boda de 1947, sino que también pone en valor los vínculos de gratitud y reconocimiento que Isabel II cultivaba con quienes la rodeaban. Una historia fascinante que demuestra cómo incluso los detalles más pequeños pueden convertirse en valiosas piezas de memoria histórica.

Estado de conservación del pedazo de tarta casi 80 años después.
No es la primera vez que una tarta de bodas de la familia real británica se subasta. En el pasado, porciones de las tartas de la boda de Carlos III y Lady Di o de la princesa Ana también han sido puestas a la venta, alcanzando precios similares. Estas piezas no solo son curiosidades culinarias, sino auténticos "pedazos" de historia que conectan a sus propietarios con momentos icónicos de la monarquía.