Alain Delon: la interesante vida del mito del cine francés
El rostro más impasible y atractivo del cine europeo acaba de fallecer después de una carrera artística plagada de éxitos y una existencia llena de romances y de polémica
Alain Delon y Romy Schnider
Delon junto a Romy Schnider en 'El asesinato de Trotsky'.
El debut de aquel mal actor al que la cámara amaba fue en 'Quand la femme s’en mele', del director Marc Allegret, que lo volvió a llamar para 'Una rubia peligrosa', protagonizada por Mylene Demongeot, con la que repetiría años después en 'Débiles mujeres', ya en calidad de protagonista. Para entonces, la prensa hablaba del guapo y malencarado Delon como “un James Dean francés". Fue también protagonista de 'Amoríos', película sin mayor atractivo que la presencia de Romy Schneider. Era 1959 y aquel joven "inconveniente y ordinario" no tardó en seducir a la famosa Sissí. Finalizado el rodaje, ella renunció a su carrera en Alemania y se quedó a vivir en París. Se convirtieron en la pareja de moda.
Dos películas con Lucchino Visconti
Fotograma de 'El gatopardo', con Claudia Cardinale.
Las cuatro películas que hizo en los años siguientes demostraron que Alain Delon podía ser, además de guapo, un buen actor. Fue excelente su actuación en 'A pleno sol', del director René Clement, y la de 'El eclipse', de Michelangelo Antonioni, pero destacó sobre todo en 'Rocco y sus hermanos' y 'El gatopardo', dirigidas por Lucchino Visconti. El director italiano estaba encantado con Delon y éste fascinado por la cultura, la inteligencia y las formas exquisitas del aristócrata de izquierdas.
El principio del fin de la relación con Romy
Delon junto a Renato Salvatori en 'Rocco y sus hermanos'.
A principios de los 60, Delon estaba en la cumbre del estrellato europeo. Visconti le propuso protagonizar una obra de teatro de John Ford, 'Lástima que sea una puta', y Delon le pidió que Romy también estuviera. El rotundo éxito de la obra fue providencial para la carrera profesional de Schneider, pero supuso el principio del fin de la vida en común de la pareja. Más segura de ella misma, aceptó las propuestas de hacer cine en Hollywood. Mientras ella estaba en Beverly Hills, Delon empezó a salir en París con una modelo llamada Natalie Barthélémy, que le acompañó a España para el rodaje de 'El tulipán negro'.
Anthony, el primer hijo de Delon
Delon junto a Luchino Visconti i a Romy Schnider en un ensayo de teatro.
A principios de 1964, Delon rompió su relación con Schneider de una forma fría y cobarde: dejándole una nota en su piso de París. En agosto de ese mismo año, se casó con Natalie y la pareja se trasladó a Hollywood, donde nació su hijo Anthony. La aventura americana de Alain no tuvo la envergadura que él esperaba: en 'El Rolls-Royce amarillo' fue el gigoló que cortejaba a Shirley MacLaine, quien dijo de él que era "la cosa más maravillosa después de Marilyn Monroe"; hizo de delincuente en 'El último homicidio', mediocre producción sin más interés que ver a Ann-Margret; de mercenario en 'Mando perdido' y de líder de la Resistencia en '¿Arde París?'.
Encasillado en papeles de hombre duro
Delon y Romy cuando aun estaban juntos.
En 1967, volvió a Francia buscando mejores películas. 'Tres aventureros', historia de amistad entre dos hombres y una mujer, fue el primer trabajo de esta nueva etapa. Después rodó la que para muchos ha sido su mejor película: 'El silencio de un hombre', donde debutó su esposa, Natalie.
En este soberbio filme policíaco de Jean-Pierre Melville, Delon dio lo mejor de sí mismo creando el personaje de un asesino a sueldo de rostro impasible y extrema dureza que, desde entonces, se convirtió en su imagen de marca. Tras protagonizar, en 1968, 'La piscina' con Romy Schneider, con la que siempre conservó una buena amistad, Delon se enamoró de Mireille Darc, su "copartenaire" en 'Jeff', una película de gángsters producida por él mismo. Estuvieron juntos 13 años, pero no llegaron a casarse.
Implicado en un asesinato, la época más oscura del actor
Delon con otra de sus exmujeres, Nathalie.
Antes, el escándalo Marcovic vino a acentuar su reputación de duro en la vida real. Stefan Marcovic, chófer del actor, apareció un día de septiembre de 1968 asesinado en una cloaca, amordazado y metido en un saco. Una nota del muerto incriminando a los esposos Delon motivó un larguísimo interrogatorio policial por lo que, según el actor, fue "un complot fraguado por muchas personas importantes". Pero no era ningún secreto que Alain Delon, con un ideario político de extrema derecha, mantenía amistades peligrosas con la mafia y regía negocios más que subterráneos. Tras el escándalo, Delon se negó durante mucho tiempo a ser entrevistado. Volvió al cine protagonizando 'El clan de los sicilianos' junto a Jean Gabin y Lino Ventura, que fue un total éxito en Francia.
'Borsalino', su primer éxito como productor
Delon junto a Jean Paul Belmondo en 'Borsalino'.
Además de una cara bonita del cine, Delon era promotor en el mundo del boxeo, coleccionista de arte, dueño de una cuadra de caballos de carreras, socio de una fábrica de helicópteros, de otra de muebles en Italia y tenía su propia productora, la Adel Productions, que le permitió controlar al milímetro la evolución de su carrera. Su primer éxito como tal fue 'Borsalino', proyecto para el que contrató a Jean Paul Belmondo, su máximo rival en la taquilla y otro duro con mucho encanto. El contrato de esta película que impuso una "moda Borsalino para caballero" especificaba el mismo número de primeros planos y de golpes por pelea para cada uno de los divos.
Delon con Nathalie y su hijo en común, Anthony.
Tras otro excelente trabajo con Jean-Pierre Melville, 'Círculo rojo', Delon produjo dos comedias fracasadas: 'Madly', con Mireille Darc, y 'La dulce hembra', con Natalie, de la que se había separado en 1969, quedándose él con la custodia del hijo. Delon dio prioridad a películas (unas buenas, otras no tanto) donde aparecía como un hombre solitario, de pocas palabras y amante de la acción. También trabajó con grandes directores como Jean Luc Godard o Joseph Losey. En 1974, Delon protagonizó 'El Zorro', con la que rompió su línea de filmes violentos para volver a la idílica ficción del justiciero romántico.
Abandonado por su última mujer
Con Rosalie y sus hijos menores, Anouchka y Alain-Fabien.
Instalado desde 1985 en su finca de Douchy (Suiza), vivió un corto romance con Catherine Pironi, pero al poco el seductor cayó seducido por la joven modelo holandesa Rosalie van Bremen. No se casaron pero tuvieron dos hijos: Anouchka (1991) y Alain-Fabien (1994).
En 2001 saltó la información de que Alain Delon tenía un hijo secreto de 38 años.
En el 2001, trascendió a la opinión pública que el veterano actor, ya retirado de las pantallas y abuelo de dos nietas, tenía un hijo secreto de 38 años. Ari Boulogne había sido, al parecer, fruto de una noche de amor del actor con Nico, una modelo francesa ligada a la Factoría de Andy Warhol. Delon no lo reconoció, pero sí los padres de éste que le dieron su apellido y le criaron. Un año después, Delon se sumió en la desesperación cuando su compañera le dejó por otro. Tras superar una crisis cardíaca, Delon acaba de cumplir 70 años, solo y esperando un nuevo amor.
Polémicas y reconocimientos
Delon recibiendo la Palma de Oro honorífica en el Festival de Cannes de 2019.
Desde 2004, Delon ha enfrentado diversas controversias que han matizado su legado, incluyendo declaraciones políticas polémicas y enfrentamientos legales con su familia. Sin embargo, el actor no ha dejado de recibir homenajes a su carrera, destacando la Palma de Oro honorífica que recibió en el Festival de Cannes de 2019, reconocimiento que subraya su inmenso aporte al séptimo arte.
Delon en una foto reciente junto a su hija Anouchka.
En el plano personal, los últimos años han sido de altibajos para Delon. Tras enfrentar serios problemas de salud, incluido un derrame cerebral en 2019 que le llevó a un periodo de recuperación alejado de los reflectores, Delon ha mostrado una resilencia admirable. Su vida personal, marcada por disputas familiares y reconciliaciones, especialmente con sus hijos, refleja la complejidad de su carácter y la intensidad de su vida fuera de las pantallas. A pesar de los desafíos, Alain Delon permanece como un símbolo perdurable de elegancia y conflicto, cuya figura sigue despertando admiración y debate en igual medida.