Demi Moore: su durísima dieta para estar espectacular a los 61 años
La actriz realizó un cambio de hábitos con el que ha logrado mantener su espectacular cuerpo
Demi Moore, un ejemplo a seguir
Demi Moore, preciosa con un vestido semi transparente que deja ver su cuerpo en forma.
La intérprete se ha convertido en un ejemplo a seguir para las mujeres de más de 60 años y según ella, el éxito de ese espíritu y cuerpo es la alimentación a base de alimentos crudos.
Todo empezó en la década de los 90 cuando cosechó grandes éxitos con sus trabajos en ‘Ghost’, junto a Whoopi Goldberg, o ‘Los ángeles de Charlie’. Para mantenerse atlética y en forma, implementó una alimentación cruda que consiste en comer frutas, verduras, granos, frutos secos, cereales y legumbres germinadas sin ningún proceso de cocción.
Los partidarios de esta dieta creen que cocinar la comida produce una pérdida de nutrientes que son necesarios para cuidar del cuerpo. También prestan especial atención al tipo de alimentos que compran, suelen ser orgánicos.
Una dieta estricta cuyas ventajas son visibles
Demi está radiante y el deporte y su dieta la ayudan a mantenerse joven.
Los seguidores a esta dieta apuntan que este tipo de alimentación les aporta mayor energía y pueden combatir la fatiga. Demi se convirtió en modelo de su propia línea de baño y sigue manteniendo un estilo de vida muy activo.
Otra de las ventajas de la dieta de Moore es que no necesita líquido para cocinar los alimentos, por lo que se evita la deshidratación y permite incorporar mejor las vitaminas y la producción de colágeno, que ayudan a mantener una piel sana y sin arrugas.
Una dieta no apta a largo tiempo
Demi Moore luce una piel fantástica.
Algunos expertos sugieren que practicar este tipo de dieta a largo tiempo puede traer consecuencias en el desarrollo físico y en el funcionamiento del organismo. El cuerpo que se acostumbra a una alimentación cruda podría tener consecuencias poco positivas.
Los nutricionistas optar por recomendar combinar esta dieta con otros menús, por ejemplo cocinados al vapor, para complementarla. Consumir frutas y verduras crudas ayuda al sistema digestivo, ya que puede degradar con mayor facilidad la comida, pero debe estar siempre supervisada por un especialista en nutrición.