Gran preocupación por Iñaki Urdangarin: al límite, roto y sin trabajo
Tras divorciarse de la infanta Cristina y cumplir su condena, parece que a Iñaki Urdangarin le cuesta adaptarse a su nueva vida...

Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo.
Con su vida estabilizada tras firmar su divorcio de la infanta Cristina y cumplir con su condena, parece que Iñaki Urdangarin está dándose un baño de realidad y las cosas no le están saliendo como pensaba.
Al menos en lo que a lo laboral se refiere: el exduque de Palma dedicó su tiempo en la cárcel de Brieva a formarse como coach deportivo, pero parece que sus horas de estudio entre rejas no dan los frutos con los que Iñaki contaba, y ahora el vasco no pasa por su mejor época.

Parece que empezar una nueva vida le está costando mucho a Iñaki Urdangarin, cuya situación laboral comienza a ser límite. Al menos así lo apuntan a Vanitatis fuentes cercanas a él.
Iñaki Urdangarin está "roto". "Los nervios le comen por dentro"

"Tenía la certeza de que con su experiencia como campeón olímpico, con sus contactos y con su pena cumplida encontraría su lugar", apunta el citado portal, revelando que Urdangarin está devastado por su actual situación laboral, un vacío que no sabría cómo afrontar.

Su futuro laboral como hombre libre pasaba, cómo no, por el Barça, el equipo en el que el actual novio de Ainhoa Armentia desarrolló gran parte de su vida como deportista en activo, pero el club le ha dado la espalda.
"Lo máximo que logró fueron unas prácticas, y encima casi todas a distancia, con algún jugador de segunda a quienes mostró algunas herramientas para afrontar la dureza de la competición", explican en Vanitatis.

"Cómo iban a mojarse contratando a Urdangarin, cualquiera que sepa de imagen de empresa sabrá que darle un trabajo es ponerse en el punto de mira y no por algo positivo, precisamente", confiesa al citado portal una persona del entorno directo de Iñaki.
Muy nervioso ante la aparición de la prensa

Pese a la gran exposición mediática que tuvo durante los años que fue miembro activo de la familia real, ahora parece que el padre de Irene Urdangarin no quiere tener nada que ver con la prensa, y no se siente cómodo cuando nota que lo rodean paparazzis.
"Habla tan nervioso que saliva y casi escupe, se le entrecortan las palabras, respira fuerte y se pone hasta rojo", confiesan a Vanitatis personas de su entorno.
En definitiva, es su nueva vida marcada por el declive laboral lo que está pudiendo con su ánimo: "La falta de trabajo le está dejando huella, se ha roto", sentencian.