Mario Vaquerizo: “No soy bisexual, si lo fuera no estaría con mi mujer”
El cantante de Nancys Rubias lleva 22 años con Alaska y sigue enamoradísimo de ella. ¿La clave? Respetarse y dejarse espacios de libertad
El polifacético cantante, de 48 años, está muy satisfecho con su vida.
A sus 48 años, Mario Vaquerizo está feliz, por quién es y por lo que hace. Pero sobre todo, explica, por estar al lado de Alaska. “Llevamos juntos 22 años, nuestra relación sigue muy viva, igual que el amor y el deseo”, nos cuenta.
Mario basa el éxito de su matrimonio en que, aunque los dos son muy diferentes, han llegado a “un equilibrio surgido de forma natural" por sus personalidades. "Nos respetamos y nos dejamos nuestros espacios de libertad”, comenta.
PRONTO: ¿Concibes una pareja abierta?
MARIO VAQUERIZO: No. Tenemos un universo común, pero también nuestros propios mundos, en los que no necesariamente participa el otro. Lo que no significa que seamos lo que imagino que calificas como pareja abierta.
En este enlace te lo contamos todo sobre la historia de amor entre Mario Vaquerizo y Alaska.
Mario reconoce que la gran responsable de su felicidad es su mujer, Alaska, o, como él la llama, Olvi.
“Soy una mariquita inquieta”
P.: No paras de trabajar, eres incansable.
M. V.: Soy una mariquita inquieta, a la que le gusta todo lo que le proponen. Estoy en los debates de "Secret Story", en los "40 principales", preparando el nuevo disco de las Nancys Rubias, hago publicidad… Mis aficiones se han convertido en mi medio de vida.
P.: ¿Qué sentido debo darle a lo de mariquita inquieta?
M. V.: Pues que soy alguien que no para. La palabra mariquita no es un insulto, me la aplico a mí y a mis amigos.
P.: Pues algunos creen que eres bisexual.
M. V.: No soy bisexual, si lo fuera no estaría con mi mujer. Y no me ofende que piensen que lo soy, lo que me molesta es que estén infravalorando a mi mujer. Olvi no va a estar muerta de inanición después de 22 años juntos…
P.: ¿Alguien a quien le gusta la cerveza cómo consigue no tener barriga?
M. V.: Hombre, la dosifico bastante, no me paso el día bebiendo. Además, hago mucho ejercicio. Como decía Aristóteles, la virtud está en la justa medida de todo. Por eso tengo este cuerpazo, ¡ja, ja, ja! A mis casi 48, la madurez la veo como una virtud. Me siento mejor ahora que cuando cumplí 25. Estoy mejor, más guapo, más maduro y centrado, tengo las cosas más claras en mi vida y soy más profesional.
P.: ¿Y disfrutas mejor de la vida loca?
M. V.: Por mi imagen y mi lado alocado la gente se hace la idea de que soy muy juerguista, pero en realidad soy muy ordenado y muy germánico. Hago todo lo que me hace sentirme bien. Mi cara es el reflejo de mi alma. Y mi alma está serena y autorreafirmándose de manera constante. Y muy enamorado de mi Olvi, la mujer de mi vida.
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