Mónica Randall: así está a los 80 años la famosa actriz
La catalana se convirtió en octogenaria el pasado 18 de noviembre
Conocida por títulos tan importantes como 'La escopeta nacional', 'Cría cuervos' o 'Retrato de familia', Mónica Randall ha llegado a octogenaria y, retirada desde hace años de platós y escenarios, se dedica a su actual gran pasión: los viajes. ¡Repasamos su intensa vida!
Aurora Julià Sarasa, verdadero nombre de la actriz Mónica Randall, nació el 18 de noviembre de 1942 en Barcelona. Niña mimada en su familia porque fue hija, nieta y sobrina única, estudió en un colegio de monjas franciscanas.
Hasta los 17 años, pasó todos los veranos en Gavín, un pueblecito de Huesca de donde era su madre, Dolores. Según ha contado, uno de sus recuerdos imborrables de infancia eran las excursiones a pie por el valle de Ordesa, "oliendo a naturaleza y envueltos en aquella magia inolvidable".
Acomplejada por sus dientes
Enrique, su padre, era un hombre con gran sentido del humor e ideología de izquierdas que le inculcó su sentido de justicia y solidaridad. Niña tímida, buena y acomplejada por sus dientes torcidos, cuando entró en el cole su abuelo ya le había enseñado a leer con 'La Vanguardia'.
Tras un tiempo en el que quiso ser monja, soñó con ser azafata de vuelo hasta que una tía suya que cantaba cuplés encendió en ella la chispa de la interpretación, que cuadraba a la perfección con otra afición suya: disfrazarse.
Aurora estudió en el Instituto Francés y, acabado el bachillerato, pensó estudiar Bellas Artes, pero al final se matriculó en el Institut del Teatre para hacer interpretación. Aquello supuso un drama total en su casa, donde veían la profesión de actriz como indecorosa. Pese a la negativa paterna, no se echó atrás y se pagó los estudios trabajando como secretaria y modelo de publicidad.
Mónica Randall debutó, con 19 años, en el teatro
Aquella chica tan guapa como sensata y que admiraba a actrices como Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn y Grace Kelly debutó en 1962, con 19 años, con 'Cena de matrimonios', una obra de Alfonso Paso, y sus padres iban cada noche a buscarla al teatro. "Lo que más les molestaba era el horario nocturno. Si la función hubiera sido a las 4 de la tarde, no les habría parecido tan mal", explicó la actriz en una entrevista.
Tras las buenas críticas que cosechó su trabajo, Aurora participó en otros obras como 'La alegría de vivir' y 'Las separadas'. Integrante de la compañía de teatro de Alejandro Ulloa, otras de sus interpretaciones fueron en 'Los intereses creados', 'Caminos de Damasco' y 'El alma se serena'.
En sus inicios también trabajó en programas de teatro para la televisión como 'Estudio 1', 'Novela' y 'Teatro de siempre'. En 1973 presentaría el programa de entretenimiento 'Mónica a medianoche' (por el que ganó un TP de Oro) y, dos años después, estuvo al frente de 'Tele-Revista'.
Un tipo riquísimo intentó abusar de ella
Debutó en el cine como Aurora Julià con 'La revoltosa' (1963) y, un año después, participó en 'Brillante porvenir', de Vicente Aranda. En esos primeros años participó en numerosos 'spaghetti westerns' rodados en Italia y allí adoptó su nombre artístico.
"Me puse Mónica por Mónica Vitti y me sugirieron Randall entre otros como Hamilton o Smith. Me sonó como a Sabadell, muy de aquí", ha contado.
También allí sufrió un intento de abuso, que no tuvo éxito "porque soy bastante fuerte". Años después, denunció otro asalto. "En España me pasó con un tipo riquísimo, de los que creen que las mujeres se pueden comprar, por culpa de un periodista que era como un proxeneta. Fingieron que íbamos a hablar de trabajo y, cuando nos quedamos solos, el tipo se me echó encima", ha explicado.
Costumbrismo y cine de calidad
Desde 1968, su carrera se centró en comedias costumbristas españolas, donde encarnaba el prototipo de mujer cosmopolita y sofisticada. Trabajó en 'Verano 70' (1969) y 'Abuelo Made in Spain"' (1969), de Pedro Lazaga; 'Carola de día, Carola de noche' (1969), de Jaime de Armiñán, y 'Un adulterio decente' (1969), de Rafael Gil, entre otras muchas.
Durante los años 70, interpretó papeles de mayor complejidad en películas que son ya clásicos del cine español, como son 'Mi querida señorita' (1972), de Jaime de Armiñán; 'Cría cuervos' (1976), de Carlos Saura; 'Retrato de familia' (1976), de Antonio Giménez-Rico o 'La escopeta nacional' (1978), de Luis García Berlanga.
Entre 1980 y 1981 condujo en televisión el espacio 'Cosas' con Joaquín Prat y Marisa Abad, programa al que seguiría 'Rasgos', donde haría entrevistas. En 1986, protagonizó 'Calé' con Rosario Flores y, un año después, fue la protagonista femenina de 'Mi general', que ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Montreal.
En el 2009, tras 30 años sin haber pisado los escenarios, volvió al teatro con 'Una comedia española', de Yasmina Reza.
Libre y alérgica al matrimonio
Mónica era una guapísima y desconocida veinteañera cuando, según cuentan algunas fuentes, vivió un romance con Joan Manuel Serrat, que todavía no era tampoco muy conocido. Mujer libre y alérgica al matrimonio (sólo dos veces estaría a punto de pasar por la vicaría, pero en el último momento se echó atrás), los novios no le duraban mucho y, tras algunos amoríos, se emparejó con José Sámano, productor cinematográfico y teatral con el que convivió varios años a mediados de la década de los 70, hasta que la dejó por la periodista Mercedes Milá.
También estuvo unida a José Sacristán, a Ricardo Merino, al periodista José Luis Balbín y al actor inglés Jeremy Irons, con el que estuvo un año. Retirada desde el 2003, porque asegura que se aburrió de interpretar siempre el papel de mala o de guapa, esta mujer que nunca se casó ni tuvo hijos se ha dedicado a su gran pasión: viajar.