Muere Olivia de Havilland, la “dulce Melania” de "Lo que el viento se llevó"
La actriz era la última estrella superviviente de la época dorada de Hollywood
Olivia de Havilland era la única actriz del reparto de Lo que el viento se llevó (1939) que quedaba con vida. La intérprete de la "buena" de Melania nos dejó este domingo en su casa de París donde residía desde hacía 50 años, y donde se sentía a gusto y muy feliz. Hace dos años pudimos ver una foto de la centenaria actriz en un triciclo. Y es que, a pesar de su avanzadísima edad, estaba realmente en buena forma.
Olivia de Havilland tuvo una pésima relación con su hermana
Era público y notorio que Olivia no se llevaba nada bien con su hermana, quien murió en 2013 a los 96 años. Esta mala relación se acentuó cuando nominaron a Olivia al Oscar a mejor actriz protagonista por “Si no amaneciera” (1941) y fue su hermana Joan Fontaine la que se lo se llevó por su papel en “Sospecha” de Alfred Hitchcock.
Supo forjarse una carrera como actriz
Tras actuar en pequeñas producciones teatrales, Olivia fue descubierta por el director Max Reinhardt, que la vio en una representación de “El sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare. Poco después, en 1935, debutó en el cine con una versión de la misma obra para la Warner.
En la década de los 30, Olivia no paró de trabajar y protagonizó películas como “El caballero Adverse”, “La carga de la brigada ligera”, “Robin de los bosques” y “Dodge, ciudad sin ley”. Pero su filme más importante fue la superproducción de David O. Selznick “Lo que el viento se llevó”, que le valió una nominación para el Oscar a la mejor actriz secundaria por su interpretación de la inolvidable Melanie Hamilton.
Una mujer valiente y luchadora
En 1943, De Havilland desafió a los estudios de la Warner, cansada de que le dieran siempre papeles de escasa intensidad dramática. La actriz, que heredó de su padre la pasión por las leyes, demandó a la Warner acogiéndose a la llamada ley Antipeonaje, que prohibía a los patronos reducir a los trabajadores a la servidumbre
Ganó el pleito, pero estuvo tres años sin trabajar como represalia. Gracias a su denuncia se creó la ley llamada “De Havilland”, que supuso acabar con el estricto control que los estudios ejercían sobre los actores.
La actriz ganó dos premios Oscar
Cuando volvió a los platós de cine, en 1946, no lo hizo de cualquier manera, sino por la puerta grande, ya que ganó un Oscar por su papel en “La vi da íntima de Julia Norris”. En 1949, Olivia conquistó su segundo Oscar por “La heredera” y tuvo a su primer hijo, Benjamin. Pero, su matrimonio apenas duró un par de años más y, en 1953, cuando estaba como invitada al Festival de Cannes conoció a Pierre Galante, con el que se casaría dos años más tarde. Instalada en París, al cabo de un año nació su hija Gisele. A partir de los años 60, Olivia fue apartándose del cine y vivió tranquila en la ciudad de la luz, desde donde este fin de semana nos ha dejado.