Kate Middleton y el príncipe Guillermo: todos los detalles sobre su vida más íntima
Los príncipes de Gales son una pareja que, a pesar del estricto protocolo que deben seguir, se esfuerzan por llevar una vida familiar lo más normal posible, especialmente por el bien de sus hijos

Muy naturales. Con este aspecto tan relajado (sobre todo Guillermo) la pareja envió un vídeo de felicitación a los atletas olímpicos británicos.
Son los futuros reyes de Inglaterra, un país cuya monarquía es de las más populares y queridas del mundo y, por ello, se esfuerzan por mantener una imagen pública lo más natural y cercana dentro de lo que el estricto protocolo real permite. Por ello, Kate Middleton y el príncipe Guillermo participaron en un vídeo en el que agradecían la labor que el equipo olímpico de Reino Unido había hecho en los juegos ya que, debido al cáncer que padece Kate, ninguno de los dos pudo asistir a París.
"De parte de todos los que os hemos estado viendo desde casa, ¡enhorabuena equipo de Gran Bretaña! Felicidades por todo lo que habéis logrado. Sois una inspiración para todos nosotros", decía el matrimonio, que lucía un estilo muy casual y veraniego, sobre todo Guillermo, que aparecía ligeramente bronceado y con una incipiente barba.
Guillermo cocinaba para su mujer, Kate Middleton

A la princesa le gusta hacer la compra personalmente, ya que le encanta cocinar.
No es la primera vez que los príncipes de Gales hacen gala de esta cercanía y naturalidad ante el público, una actitud que, según los medios británicos, es de lo más habitual en privado, destacando que siempre han optado por llevar una vida lo más normal posible.
Ya lo hacían cuando eran novios, asistiendo a fiestas como cualquier pareja, yendo de compras al supermercado cercano al piso que compartían en Londres o disfrutando de largas jornadas en el Old Boot Inn, un cálido y bonito pub situado cerca de la casa de los padres de Kate.

Kate y Guillermo llevan y recogen a sus hijos del colegio.
Incluso Guillermo se ha atrevido en alguna ocasión a cocinar para su chica, aunque sin los resultados esperados. "Cuando quería impresionar a Kate, intentaba cocinar cenas increíbles y elegantes, y lo único que pasaba era que algo se quemaba, se derramaba o se incendiaba", explicaba el hijo de Diana de Gales en una entrevista.
Kate y Guillermo preparan tartas con sus hijos

A los príncipes de Gales les gusta compartir con sus hijos actividades al aire libre.
Cuando se convirtieron en los miembros de la realeza más populares (especialmente Kate, que siempre ha destacado por su naturalidad, belleza y gran sentido del humor) tuvieron claro que, en la medida de lo posible, querían mantener un estilo de vida tranquilo y hogareño, lejos de las miradas indiscretas y la persecución de los medios.

Kate y Guillermo disfrutan preparando dulces con sus hijos, sobre todos tartas y “cupcakes”.
Esta decisión cobró todavía más fuerza cuando fueron padres. De este modo, y aunque vivieron varios años en el palacio de Kensington, la pareja optó por trasladarse al Adelaide Cottage, situado en las inmediaciones del castillo de Windsor, un entorno más privado para criar a sus hijos, fuera del constante escrutinio mediático en la capital inglesa, que está a 30 kilómetros de su hogar.

Kate cocinando cupcakes con sus hijos.
La casa, aunque es más modesta que otras propiedades reales, les proporciona la paz y tranquilidad que buscan. Y, a pesar del equipo de seguridad que les acompaña, no ha sido extraño todos estos años verlos haciendo recados por la zona, sobre todo a Kate, a quien le gusta hacer la compra en el supermercado. Y es que una de sus pasiones es la cocina y, según ha contado ella misma, le encanta cocinar pollo al horno, el plato preferido de su marido, además de mermelada casera, que aprovecha para regalar en fechas señaladas.

El sentido del humor de la princesa es una de las cualidades que siempre destaca su entorno.
Además, también ha trascendido que dispone de una máquina para preparar salchichas. Por eso, la cocina es una de las actividades que la pareja comparte con sus hijos, que ejercen de excelentes pinches cuando hay que preparar tartas o "cupcakes", que seguro luego degustan con placer en las tardes de cine familiar en casa.

Guillermo está muy pendiente de su hijo George y, cuando lo nota nervioso en eventos públicos, le coloca tiernamente la mano en su hombro.
Teniendo en cuenta que una de las sagas favoritas de los príncipes de Gales es 'Harry Potter', seguramente la habrán visto con George, Charlotte y Louis. Por su parte, cuando están solos, les gusta ver 'Juego de tronos' y pedir comida india a domicilio.
Se tiran cojines cuando tienen broncas

Cuando visitan a los padres de Kate, al matrimonio le encanta acudir al bonito pub Old Boot Inn. En la imagen, Guillermo toma una pinta con unos amigos.
También comparten con sus hijos tiempo de calidad al aire libre paseando por el campo, yendo a la playa o haciendo picnics. Y como cualquier padre y madre, los llevan y recogen del colegio y participan en actividades de la escuela.

La princesa, como cualquier madre, ayuda a su hija a hacerse coquetos peinados.
Incluso Kate ejerce de improvisada peluquera de Charlotte, aunque no siempre con buen resultado. "Esta mañana intenté hacerle una trenza y no fue muy bien", explicó la princesa de Gales en una entrevista.

Aunque el estricto protocolo real les impide mostrarse cariñosos en público, son muchas las imágenes de la pareja regalándose afectuosos gestos.
De todos modos, y a pesar de la imagen de amor, cariño y conexión que transmiten, algunas voces mantienen que la relación de la pareja no es tan idílica como parece. Según ha escrito Tom Quinn en ‘Gilded Youth: An Intimate History of Growing Up in the Royal Family’, la pareja tiene tremendas broncas y, en alguna ocasión, como le han relatado miembros del servicio, hasta se han tirado cojines, aunque se quieren tanto y se conocen tan bien que las aguas vuelven a su cauce enseguida.

Compartiendo actividades extraescolares con sus hijos.
Especialmente gracias a Kate, que sabe cómo calmar a su marido, al que en la intimidad llama cariñosamente "baldy" ("calvito"). Por su parte, Guillermo llama a Kate "babykins" (algo así como bebecito).

A Kate le encantaba salir a pasear con su perro Lupo.
Está claro que, como cualquier matrimonio, tienen sus altibajos, pero Guillermo está demostrando el apoyo a su mujer en esta época tan dura para ella.