Tamara Falcó e Íñigo Onieva visitan una de las mejores clínicas de fertilidad
El matrimonio habría visitado una de las clínicas de fertilidad más avanzadas de toda España

Tamara e Íñigo posando en un ascensor.
Hace ya más de un año de la boda entre la marquesa de Griñón e Íñigo Onieva. Desde entonces, la pareja ha manifestado abiertamente su deseo de ser papás, algo que, por el momento, parece no haber dado su fruto. Ahora este deseo podría empezar a ser una realidad.
El pasado 25 de julio fueron vistos en Barcelona en uno de los centros de fertilidad y reproducción asistida más punteros de toda España. Esta clínica "ayuda a que mujeres y futuros padres puedan tener hijos". Así lo ha manifestado en exclusiva la colaboradora Lorena Vázquez en 'Y ahora Sonsoles', revelando que, a pesar de que intentaron que el viaje fuese de lo más discreto posible, "al final en una clínica entrando y saliendo, les ve mucha gente".

Tamara y su marido de viaje, celebrando su primer año de marido y mujer.
La periodista desconoce en qué etapa se podría encontrar el plan del matrimonio, aunque ha reconocido que ambos han depositado toda su confianza en esta prestigiosa clínica, ya que, según las expectativas de la pareja, se cree "que todo podría ir más rápido" de lo que ha ido hasta el momento. Ante esta revelación, las opiniones no han tardado en llegar.

La pareja lleva meses intentando ser papás a través de la naprotecnología. Ahora, acuden a la ciencia.
No es secreto ninguno la fe que la pareja tiene en Dios y la manera en que deciden entregarse a él. Hasta ahora, habían asistido a Fertilitas, clínica de la cual es director y fundador Álvaro Ortega, íntimo amigo de Duarte Falcó, hermano pequeño de Tamara.
De la fe en la naprotecnología, a la fe en la reproducción asistida

Un sueño, cada vez menos lejano. Ante su deseo de ser mamá, Tamara se ha mostrado siempre muy tierna en redes con los niños. En la imagen, posando con su sobrino Martín en brazos.
Este centro es especialmente conocido por aplicar la naprotecnología, es decir, una medicina reproductiva no invasiva que intenta lograr un embarazo de manera natural respetando siempre los principios religiosos de los pacientes. La noticia supuso varias críticas hacia el matrimonio, ya que, por lo visto, este centro acepta únicamente como clientes a parejas heterosexuales que hayan sido casadas por lo civil o por la Iglesia.

Tamara con su sobrina Philippa en brazos.
Tras haber estado unos meses intentándolo por esta vía natural y, después de no ver exitosos resultados en ella, la pareja parece haber cambiado de opinión y ha decidido depositar su confianza en la ciencia. Es más, Tamara reconoció hace tiempo que no iba a congelar sus óvulos por respeto a dichas creencias y que, a pesar de ansiar ser madre, sólo lo acabaría siendo "si Dios lo quisiese".

Tamara posando.
Cansados de intentarlo de la manera tradicional, la marquesa y su esposo habrían decidido echarle una mano a Dios en esta recta final, a ver si con un poco de medicina convencional, finalmente cumplen su sueño de traer a un recién nacido al mundo.