Pilar Soto: ¿Qué fue de la presentadora del 'Grand Prix' que encontró en la religión la solución a sus problemas?
Allá por 1998, Pilar Soto debutaba como co-presentadora del 'Grand Prix' junto a Ramón García, pero su vida hoy es muy distinta...

Pilar Soto fue presentadora del 'Grand Prix'.
A finales de los años 90, Pilar Soto era una de esas presentadoras prometedoras de la TV.
Junto a Ramón García, Pilar conducía cada semana el 'Grand Prix', uno de los programas de (entonces) máxima audiencia que el pasado verano volvió a la parrilla, fue actriz en 'Al salir de clase', además de estar al frente de otros famosos programas como 'Mamma mía', con Víctor Sandoval.

Víctor Sandoval y Pilar Soto en 'Mamma mía'.
La fama de esta madrileña ascendió como la espuma pero, como a estas alturas todos sabemos, esa popularidad tan pronto sube como baja y, en el caso de Pilar Soto, la caída fue estrepitosa.
Pilar Soto sufrió bulimia y llegó a pesar 37 kilos

Pilar Soto en el 'Grand Prix'.
"La presión hizo que cayera en la bulimia, poco después en la anorexia, se volvió adicta a la medicación, se refugió en el alcohol y cayó en las drogas. Llegó a pesar 37 kilos e ingresó en hospitales ochenta y tantas veces", explica el diario El Mundo sobre la caída en desgracia de Pilar Soto.

Ramón García y Pilar Soto en el 'Grand Prix' (1998).
"Siempre estaba sola, siempre estaba vacía, no tenía amigos, no tenía a nadie", confesaba años después Pilar Soto a una entrevista en el portal web Camino Católico.
Su peor momento, como ella misma contó, fue tras participar en 'La isla de los famosos' en 2004. "Estaba muy medicada y las dejé de golpe, de un día para otro, cosa que no se puede hacer", confesó en 'Sábado Deluxe' en 2014, la que fue su última aparición televisiva.
Pilar Soto encontró en la religión su refugio

Pilar Soto en 'Sábado Deluxe'.
En lo más bajo de su vida, la presentadora madrileña encontró su refugio en la religión: "La fe me salvó la vida", confesó, también ante Jorge Javier en el 'Deluxe'.

Pilar Soto en 'Sábado Deluxe'.
Tan enferma que los médicos llegaron a decirle que no podían hacer nada por su vida, en el hospital vio a un sacerdote, como última opción: "Por primera vez, desde la infancia, recé. Ahí empezó muy poco a poco el cambio (...) Con los ojos de mi alma vi a Cristo inerte en la cruz, y le pedí que me permitiese vivir", confesó.
Desde entonces, la presentadora se refugió en la religión para solucionar sus problemas, y consiguió salir adelante. Hoy, una década después, Pilar Soto lleva una vida tan discreta y alejada de los focos que nada se sabe de su vida personal, e incluso se desconoce en qué trabaja.