Trucos para hacer albóndigas jugosas e irresistibles
Prepara las mejores albóndigas que has hecho nunca, tiernas y deliciosas, con la ayuda de estos consejos de cocina que no te puedes perder. ¡Entra a verlos!
Las albóndigas son un plato tradicional riquísimo que nos recuerda a nuestras abuelas. Su popularidad es tal que también es muy normal encontrarlas en muchos bares como tapa. Seguro que las has comido muchas veces, pero ¿conoces todos los trucos para preparar unas albóndigas jugosas perfectas? Si quieres conocerlos de una vez por todas, ¡sigue leyendo!
Un poco de historia de las albóndigas
Aunque no lo creamos, estas pelotitas de carne no tienen su origen en España, sino que se trata de una receta milenaria. El término "albóndiga" viene del árabe "al-búnduqa" (la bola), pero para conocer de dónde viene tenemos que remontarnos a muchos años atrás, a la época del imperio romano.
Las primeras recetas de albóndigas datan, efectivamente, de hace más de 20 siglos. El tipo de carne que se utilizaba, al igual que hoy en día, no era solo uno, sino que se empleaban distintos tipos, tanto de vacuno como de ave o incluso de conejo. Además, la receta era algo más simple que ahora, y solo empleaba la carne con pan humedecido y especias.
Ya en la época andalusí, este plato se popularizó gracias a los mercados, donde las clases más humildes compraban la comida ya preparada. Hacer albóndigas en casa era un lujo que solo unos pocos podían permitirse, ya que no todo el mundo disponía de cocina entonces, solo los más acomodados.
En esta época, sobre el siglo XIII, ya se añade el huevo, e incluso empiezan a surgir recetas más parecidas a la que ha llegado a nosotros, con ajo y cambiando la técnica de hervirlas en agua por el proceso de freírlas. La manera de cocinarlas más popular siguió siendo el hervido y algunos países orientales siguen haciéndolas en sopa.
La receta de las albóndigas es popular en todo el mundo, y podemos encontrarla en muchos países de Sudamérica, Centroamérica y Estados Unidos, así como en el continente asiático como China, Filipinas o Japón, y en otros países europeos como Alemania, Suecia, Grecia o Italia.
Ahora que ya conoces un poco más de su origen, vamos con los 6 trucos para hacer albóndigas jugosas y riquísimas.
Elige buenos ingredientes
Debemos prestar atención al ingrediente principal de las albóndigas, y es que comprar una carne u otra marcará la diferencia a la hora de conseguir un plato de diez. Si vas a ir a comprar tus ingredientes para hacer tu receta de albóndigas, elige una buena carne (o pescado), sea del tipo que sea.
Si vas a hacer esta receta porque quieres aprovechar unas sobras de carne picada o de pescado que te han sobrado, ¡genial también! Para esto están las recetas de aprovechamiento. En cuanto al tipo de carne, dependerá de tus gustos. La carne de vacuno 100% le dará un sabor más intenso, mientras que la mixta (mezclada con cerdo) le aportará un sabor más suave a la receta.
Remoja bien el pan en la leche
Al igual que pasa con la carne, utilizar un buen pan es genial si quieres elaborar unas albóndigas top en cuanto a ingredientes de calidad se refiere. Pero como ya sabes, en Pronto somos muy de no tirar nada, así que te animamos a que utilices cualquier tipo de pan que tenga una buena miga, ya sea de una barra del día anterior, de hogaza o incluso los bollitos del pan de perrito caliente o hamburguesa, si no los vas a utilizar para otra cosa.
Por su parte, la leche es un agente importante en las albóndigas, ya que ayudará a que la carne se ablande y consigamos esa textura jugosa que esperamos. En cuanto a las cantidades de pan y leche, se suele hacer a ojo, pero para que te hagas una idea, por medio kilo de carne, pondríamos unos 50 gramos de pan y la misma cantidad de leche, e iremos añadiendo más líquido si nuestro pan lo requiere.
Pon la cantidad de huevo perfecta para que queden jugosas
El huevo es un ingrediente maravilloso que ayudará a que nuestras bolitas se compacten perfectamente al poco tiempo de cocción. Por contra, puede restar jugosidad en comparación de otras albóndigas hechas sin huevo, aunque éstas tienen el riesgo de desmoronarse. ¡Nosotros preferimos no correr ese riesgo!
Un huevo entero por medio kilo de carne picada o, lo que es lo mismo, 2 huevos por 1kg de carne es la medida perfecta. ¡Pruébalo! Para los alérgicos al huevo, puedes eliminarlo de la receta o sustituirlo por alguna mezcla hecha con 1 cucharada de harina de garbanzo, lino molido o harina de maíz por 2 cucharadas de agua, o hasta que logres una textura similar a la del huevo.
Los condimentos que no pueden faltar
Para dar sabor a nuestra carne para hacer albóndigas, nosotros recomendamos no prescindir de las dos estrellas de los sofritos, el ajo y la cebolla. El sabor y aroma que ambas aportan es increíble, aunque si no eres amante de una de las dos, por supuesto que puedes prescindir de alguna de ellas.
Por contra, estos ingredientes repiten a mucha gente. Si es tu caso y te gusta su sabor, te recomendamos sustituir el ajo y cebolla frescos por sus formatos en polvo, que han sido secados previamente. Darán sabor a la receta y verás que esa sensación desagradable mientras haces la digestión desaparece.
Otros condimentos básicos son la pimienta y el perejil fresco picado. Corta el perejil muy finito a cuchillo para que desprenda todos sus aromas, y si puedes moler la pimienta justo antes de echarla, mucho mejor. ¡Quien lo ha probado, nota la diferencia!
No te olvides del tiempo de reposo de la carne antes de freír
Cuando tengamos todos nuestros ingredientes mezclados, aplanaremos la mezcla de la carne, taparemos con un papel film y la llevaremos a la nevera. La carne debe reposar así durante un mínimo de 2 horas para que absorba todos los sabores y coja consistencia. Pasado este tiempo, sacaremos el bol y empezaremos a formar nuestras bolitas.
Además de las horas de nevera, nuestra carne tendrá que guardar un segundo reposo, aunque más breve. Este se hará cuando tengamos las albóndigas formadas, y después del proceso de enharinado, que consiste en cubrirlas con una fina capa de harina antes de freír. Para este proceso solo necesitas tus manos y, si lo requieres, una cuchara.
En cuanto al tamaño de las albóndigas, hay para todos los gustos, aunque has de tener en cuenta que si las haces grandes, necesitarán más tiempo de cocción que unas más pequeñitas. En nuestras recetas de albóndigas verás que nosotros las hacemos del tamaño de un bocado, ideales para disfrutar de su sabor al máximo.
Una vez tengamos nuestras bolitas cubiertas de harina, queda el segundo reposo, y éste será muy rápido, ya que simplemente esperaremos a que las albóndigas crudas hayan absorbido la harina y ya no tengan un aspecto blanquecino. Este pequeño reposo se puede hacer mientras se calienta el aceite para freírlas.
Los tiempos de cocción ideales para que queden en su punto
Para que unas albóndigas del tamaño de un bocado queden bien hechas, freiremos nuestras piezas de carne a fuego medio vigilando que no se quemen. No tardaremos más de 3-5 minutos, ya que solo queremos que se sellen por todas sus caras, y se terminarán de cocer cuando hayamos elaborado nuestra salsa.
Una vez fritas, retiraremos las albóndigas a un plato y reservaremos. Una vez tengamos lista la salsa en la misma sartén, volveremos a poner las albóndigas y dejaremos que los sabores se fusionen a fuego medio-bajo durante 20 minutos. En este tiempo, la salsa habrá reducido un poco y nuestras albóndigas estarás perfectamente hechas.
¿Qué guarnición le va bien a las albóndigas?
Las patatas fritas pegan con casi cualquier cosa, y aquí no iba a ser diferente. ¡Son una compañeras ideales de tus albóndigas! Si prefieres restarle un poco de grasa, puedes preparar un puré de patatas, una ensalada o arroz hervido. Y, por supuesto, que no falte un poquito de pan para rebañar la salsa que hayas preparado. ¡Delicioso!
¿Qué te han parecido estos trucos para hacer albóndigas? Si te has quedado con ganas de más o no sabes con qué salsa acompañarlas, te dejamos unas recetas de albóndigas que esperamos que te gusten mucho. ¿Cuál es tu favorita?
Albóndigas de secreto ibérico y jamón