María Patiño y Lydia Lozano, destrozadas con 'Sálvame' por una dura acusación contra ellas
Las dos colaboradoras han sido acusadas de ser "repudiadas" por las marcas de ropa
María Patiño y Lydia Lozano, muy afectadas por las palabras del estilista.
María Patiño y Lydia Lozano se quedaron destrozadas ayer en 'Sálvame' por una dura acusación contra ellas. Al parecer, varios estilistas, diseñadores y marcas señalaron a algunos colaboradores de devolver en mal estado la ropa que les prestan y María y Lydia fueron las más perjudicadas.
La presentadora de 'Socialité', que estaba en la calle, escuchó cómo un estilista decía que "es difícil trabajar con ella por sus inseguridades", y contestó a las críticas: "Cuando quiero algo, lo pago, me fastidia que jueguen con mi imagen. Esto no lo voy a aceptar ni permitir".
María Patiño se ha derrumbado defendiéndose en 'Sálvame'.
El invitado añadía que María no devuelve la ropa en buen estado "y eso es algo que se sabe en el mundo de la moda". "Jamás he tenido un problema con ningún estilista o una tienda de ropa, nunca, porque mis padres me educaron. Yo, ni soy modelo, ni pretendo serlo. Prueba de ello son los 25 años que llevo trabajando como una hija de ****", aseguró, muy enfadada y afectada por la situación.
Lydia Lozano rompe a llorar en directo
"No es que pidan ropa, es que la exigen y tienen una manera muy desagradable de tratar la ropa que no les gusta, la desprecian, la tiran por el suelo...", acusó el estilista en el programa, señalando también a Lydia, que estaba en el plató.
La colaboradora, muy molesta, aseguró que lleva "diez años trabajando con las mismas marcas" y que, después de usar las prendas, "lo llevo todo al tinte". Según cuenta, están tan contentos con ella que no le dejan enviarles la ropa, sino que es un mensajero quien la recoge en su casa.
Lydia Lozano ha roto a llorar después de negar las acusaciones.
"Cuando es verdad, es verdad y cuando no es verdad no me lo voy a comer. Lo he devuelto todo y si alguien me ha quemado un vestido lo he comprado", se quejaba Lydia, que terminó entre lágrimas.