Crema de marisco
Una sinfonía de sabores marinos en cada cucharada, donde la riqueza y la suavidad se funden en una crema exquisita, destacando la frescura del mar en cada bocado
La crema de marisco es una exquisitez cremosa que captura la esencia del océano en cada cucharada. Una curiosidad interesante sobre esta sopa es que su origen se remonta a las zonas costeras, donde los pescadores aprovechaban los productos frescos del mar para crear platos reconfortantes y sabrosos.
Esta crema suele ser una combinación armoniosa de mariscos como gambas, langostinos, cangrejo o mejillones, mezclados con vegetales frescos y condimentos aromáticos. El secreto de su sabor inigualable radica en la cocción lenta de los mariscos, que libera sus jugos y aromas en el caldo, creando una base deliciosa y llena de matices.
Además de su exquisito sabor, la crema de marisco es una muestra de la versatilidad en la cocina. Puede servirse como entrada elegante en una cena especial o como plato reconfortante en cualquier comida. Su textura suave y su aroma cautivador la convierten en un clásico atemporal que invita a saborear el mar en cada sorbo.
- Ingredientes
- ● 12 gambas enteras
- ● 1/2 kg de mejillones
- ● 12 langostinos
- ● 1 kg de espinas de rape
- ● 1 cebolla
- ● 1 puerro
- ● 1 zanahoria
- ● 2 cucharadas de mantequilla
- ● 30 g de harina
- ● 1 taza de salsa de tomate
- ● 2 ramitas de eneldo
- ● 2 ramitas de perejil
- ● 2 copas de brandy
- ● sal
Preparación1 hora 20 minutos
Coste € € €
Dificultad
Primer plato Tipo de plato
Sin gluten Tipo de dieta
Invierno Temporada
4 Porciones
Pasos
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01.
Llena una cazuela con 2 litros de agua, introduce las espinas de rape, las cabezas de las gambas y de los langostinos y cuece. Limpia y pela todas las verduras y córtalas en juliana. Agrégalas a la cazuela junto con una cucharadita de sal, el perejil y una ramita de eneldo.
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02.
Cuando empiece a hervir, retira la espuma de la superficie con la ayuda de un cucharón e incorpora los mejillones limpios. Cuando se abran, retíralos, elimina las valvas y reserva la carne de los mejillones. Deja que el caldo reduzca hasta la mitad, aproximadamente.
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03.
En otra cazuela grande, derrite la mantequilla y rehoga todos los mariscos, previamente pelados y troceados, de manera que cojan un poco de color (reserva algunos para decorar). Flambea con el brandy y, cuando el alcohol se evapore, agrega la harina y mézclala bien con la mantequilla para que se liguen.
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04.
Agrega a la segunda cazuela el caldo colado de la primera y la salsa de tomate y deja cocer durante 10 minutos más, a fuego lento, removiendo a menudo. Rectifica de sazón y sirve la crema con los mariscos reservados y con alguna ramita de eneldo.
El truco de Pronto
Para lograr una crema de marisco deliciosa, hay algunos trucos clave que pueden hacer la diferencia. Al trabajar con mariscos, es fundamental no sobrecocerlos, ya que pueden volverse gomosos o perder su sabor. Añade los mariscos al final de la cocción y retira la sopa del fuego justo antes de que estén completamente cocidos, ya que continuarán cocinándose con el calor residual.
Otro truco es utilizar las cáscaras y cabezas de los mariscos para hacer un caldo concentrado lleno de sabor. Cocinar estas partes en agua con hierbas aromáticas y verduras (como cebolla, zanahoria y apio) durante un tiempo prolongado aportará profundidad a tu crema.
Para espesar la crema sin alterar el sabor, puedes optar por añadir una mezcla de maicena o harina con un poco de agua fría al final del proceso de cocción. Esto evitará grumos y dará consistencia a la crema sin alterar su gusto.
Finalmente, para un toque adicional de sabor, considera agregar un chorrito de vino blanco seco al sofrito inicial antes de incorporar los mariscos y el caldo. El vino puede realzar los sabores de los mariscos y dar una dimensión extra a la crema.
Prepara unas estrellas de hojaldre para acompañar la crema de marisco. Extiende una lámina de hojaldre, corta estrellas con ayuda de un cortapasta y colócalas sobre una placa horno cubierta de papel sulfurizado. Pinta con huevo y cuece en el horno, precalentado a 200 grados, durante 8-10 minutos hasta que los hojaldres estén dorados.
Estos trucos te ayudarán a conseguir una crema de marisco exquisita, llena de sabores concentrados y con una textura perfecta.