Emociones y enfermedad, lo que dice la ciencia
¿Lo que sentimos puede determinar nuestra salud? Distintas investigaciones confirman la importancia de cuidar el estado de ánimo y reducir el estrés a la hora de prevenir trastornos
La psiconeuroinmunología es la especialidad médica que estudia cómo los sistema inmunológico, endocrino y nervioso se ven influidos por nuestro estado emocional. Las emociones producen distintas reacciones fisiológicas como una frecuencia cardíaca más o menos acelerada, la producción de ciertas hormonas, etc. El cuerpo responde de manera distinta a la alegría, el amor y la gratitud que ante el miedo, la tristeza o la ira. Así, los estudios científicos muestran que puede haber una estrecha relación entre la salud mental y la física.
¿En qué afectan las emociones a la salud?
Mayor riesgo de enfermedad coronaria
Según una investigación publicada en el "Journal of the American Heart Association", en la que se analizaron datos de más de medio millón de personas de entre 18 y 49 años, los jóvenes que se sienten deprimidos tienen más riesgo de sufrir ataques cardíacos que sus compañeros que están bien psicológicamente. Otro estudio publicado en la revista "Psychosomatic Medicine" precisa que la depresión podría aumentar en un 60% las probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas, hasta el punto de que la "American Heart Association" recomienda que se reconozca como un factor de riesgo.
Determinados hábitos, como el deporte, y una alimentación sana son la clave para evitar dolencias cardiovasculares.
Por otra parte, una revisión realizada por investigadores del "Duke University Medical Center" de Durham (Estados Unidos) concluía que cuanta más ira y más depresión sentía una persona, mayor era su riesgo de sufrir una enfermedad coronaria.
En contraste, el "American Journal of Cardiology" publicó los resultados de una evaluación realizada con 1.483 personas que tenían antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Los participantes que mostraban una actitud positiva registraban un 33% menos de probabilidades de padecer un accidente cardiovascular entre los 5 y 25 años siguientes que los más pesimistas.
El impacto sobre las defensas
Ciertas emociones como el miedo y el estrés –sobre todo cuando son mantenidos en el tiempo– aumentan la producción de hormonas como el cortisol, que alteran el funcionamiento del sistema endocrino e inmunitario. En estos estados emocionales el cuerpo produce un menor número de células defensivas como las llamadas "Natural Killer", que tienen la misión de protegernos frente a virus, bacterias y tumores. El virus del herpes simple, por ejemplo, que puede estar latente en el organismo, será más fácil que rebrote.
Mayor probabilidad de malos hábitos
Más allá de las reacciones fisiológicas, las emociones más negativas como la ira, la tristeza o el miedo pueden conllevar cambios en la conducta de la persona que mermen su salud como comer en exceso o el desarrollo de adicciones (tabaquismo, alcoholismo, etc.).
Las actitudes más sanadoras
Pero ¿tiene el estado de ánimo positivo influencia sobre la salud? Estos estudios así lo afirman.
Optimismo. Además, de la anteriormente mencionada, una investigación publicada en el "Journal of the American Geriatrics Society" realizada con 160.000 mujeres de entre 50 y 80 años concluía que las que registraban un mayor grado de optimismo gozaban de cinco años más de vida de media que las demás.
Gratitud. La revista científica "Journal of Psychophysiology" publicó un estudio sobre el impacto de mostrarse agradecido en el sistema cardiovascular y concluyó que este hecho disminuía la presión arterial y amortiguaba los efectos del estrés. Otras investigaciones afirman que los pacientes con problemas cardíacos que agradecen en un diario las cosas positivas se muestran más animados y su tensión arterial mejora en comparación con quienes no lo llevan.
Llevar un diario en el que agradeces lo bueno mejora la salud y el ánimo de las personas con problemas cardiovasculares.
Relaciones satisfactorias. Una de las investigaciones más largas sobre la salud, el "Harvard Study"», ha confirmado que los vínculos de calidad son un factor protector hasta el punto de que las personas que a los 50 años decían estar más satisfechas en este aspecto eran las más sanas a los 80 mental y físicamente.
Prácticas que cuidan el ánimo y mejoran el estado físico
Si bien ser optimista depende en un 50% de los genes y en un 10% de las circunstancias, el 40% está en tus manos cultivar esta emoción con ciertos hábitos. Las siguientes técnicas te ayudan a ser más positivo y a frenar los efectos de estrés.
Haz deporte. La actividad física aumenta las endorfinas, las hormonas de la felicidad y reduce la ira.
Practica la técnica de coherencia cardíaca. Consiste en inspirar en cinco tiempos y en sacar aire en seis. Esta respiración se ha de realizar cinco minutos, tres veces al día para llevar el corazón a lo que se denomina un estado de coherencia, en el cual se equilibra el sistema nervioso, se favorece el descanso profundo, mejora el sistema inmunitario y, según un estudio de la Universidad de Greifswald (Alemania), la autogestión emocional y la satisfacción con la vida.
Mira películas cómicas. Disfrutar de sesiones de risa incrementa la oxigenación, la circulación, las defensas y favorece la liberación de analgésicos naturales que combaten el dolor y reducen las hormonas del estrés como el cortisol.
Pasea por la naturaleza. Los estudios muestran que esta práctica neutraliza los efectos del estrés y mejora el humor.
Cuida la postura corporal. Se ha visto que cuando pasamos mucho tiempo sentados y encorvados, acabamos teniendo una percepción más negativa de la realidad y se propician los malos recuerdos. En contraste, si nos colocamos con la cabeza y la espalda erguidas y los hombros rectos el cerebro recibe un mensaje de fuerza y optimismo.
Apúntate al mindfulness. Los efectos de esta práctica han sido ampliamente investigados. Meditar 20 minutos regularmente reduce el dolor físico, aumenta la conectividad neuronal, ayuda a soportar el estrés y disminuye el riesgo de Alzheimer.
La influencia del sistema nervioso sobre la piel
Hasta un 80% de enfermedades cutáneas pueden estar relacionadas con el estado emocional. La estrecha conexión entre piel y cerebro se explica porque comparten un mismo origen embriológico.
1 Acné. La revista "The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology" recoge que un 41% de adultos que lo padecen señalan que la aparición de este trastorno coincide con episodios de ansiedad.
2 Psoriasis. Una investigación indica que un 54,4% de pacientes con esta enfermedad había sufrido un evento estresante el año anterior al inicio o agravamiento de la psoriasis. La actividad física y la meditación, que reducen la tensión emocional, disminuyen el riesgo de brotes.
3 Dermatitis atópica. Esta enfermedad produce enrojecimiento, picor y erupciones. Se ha visto que puede mejorar con actividades que fomentan la relajación. En cambio, estar ansiosos predispone a sufrirla.
4 Alopecia areata. Este trastorno se caracteriza por zonas de calvicie circulares debidas a que el propio sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, algo que el estrés grave puede desencadenar.