Cáncer de pulmón: síntomas a los que estar atentos
En España, esta enfermedad constituye la primera causa de mortalidad por cáncer en hombres y la segunda en mujeres tras el de mama
El cáncer de pulmón se produce en el tejido pulmonar por la proliferación de células malignas. Se suele dividir en dos tipos: el de células no pequeñas (85% de los casos) y el de células pequeñas (15% de los casos).
El perfil de paciente que más lo sufre es un varón, fumador, con una media de edad de 67 años. Y es que el tabaco es el principal responsable de esta patología que, no obstante, en los últimos años es cada vez más frecuente en las mujeres.
Los principales factores de riesgo
El tabaco está detrás del 80% de los casos diagnosticados de cáncer de pulmón. Además de los fumadores activos, los pasivos también tienen más probabilidades de sufrir esta enfermedad.
La exposición al radón
Este gas, que procede de la descomposición del uranio 238, se encuentra en subsuelos muy graníticos y a veces puede filtrarse en el aire que inhalamos dentro de los edificios. Se puede detectar mediante aparatos específicos que lo miden.
La exposición a asbesto
Las personas que han trabajado en construcciones en las que se había utilizado este material como aislante (molinos, minas, fábricas textiles, etc.) pueden tener más riesgo.
La contaminación
Alrededor de un 5% de las muertes por esta enfermedad en el mundo están relacionadas con la contaminación del aire. Según un estudio publicado por "The Lancet Oncology", respirar partículas contaminantes aumenta las probabilidades de desarrollarla incluso si éstas se sitúan por debajo de los valores límite establecidos por la Unión Europea.
Lograr un diagnóstico precoz
Signos de alarma
Una tos persistente que no mejora o se acompaña de expectoraciones sanguinolentas, un dolor torácico, la pérdida de apetito, adelgazar sin motivo y sufrir sensaciones de ahogo son síntomas que podrían deberse a esta enfermedad. Si aparecen, deben consultarse.
Programas de prevención
Un diagnóstico precoz es determinante en la curación del cáncer de pulmón y aumenta en un 80% el porcentaje de sanación. Esta patología puede crecer de manera silenciosa, por eso, sobre todo a las personas de entre 50 y 55 años con el hábito de fumar un paquete diario durante 25-30 años, es recomendable someterlas a pruebas que permitan detectarlo en sus fases iniciales.
Estos programas de prevención suelen incluir un TAC a dosis bajas de radiación (para obtener imágenes del interior del cuerpo) y/o una espirometría (mide la cantidad de aire que pueden retener los pulmones), además de seguimientos anuales posteriores.
Conoce las nuevas terapias
Aunque cada caso tiene su particularidad, éstos son los tratamientos más habituales para luchar contra esta enfermedad.
Cirugía
En función de la diseminación y de la localización se extrae el tejido enfermo. Es la principal vía curativa en estadios iniciales.
Quimioterapia
Consiste en matar las células malignas mediante fármacos administrados por vía oral o intravenosa. Pero a veces esto conlleva también la eliminación de células sanas.
Radioterapia
Se dirige una radiación de alta intensidad a una zona con el fin de destruir células tumorales. Puede unirse a la quimioterapia y a la cirugía.
Terapias dirigidas
Tras distintos análisis se administran fármacos que en cada caso pueden bloquear el crecimiento de las células cancerígenas al interferir en sus receptores o vasos que les suministran oxígeno. Es una terapia que puede ser muy eficaz y con mínimos efectos secundarios.
Inmunoterapia
Se trata de una terapia personalizada que está cambiando la forma de abordar esta enfermedad. Consiste en recuperar la capacidad del sistema inmunitario para encontrar y destruir las células malignas. Puede realizarse con virus modificados que se inyectan en el tumor, vacunas, anticuerpos, etc.
Junto con las terapias dirigidas ha mejorado la supervivencia de los afectados por esta enfermedad. Puede combinarse con quimioterapia y radioterapia.
Medidas contra el tabaquismo
Se puede estar convencido de la necesidad de dejar de fumar, pero sólo un pequeño porcentaje de fumadores lo logra por sí solo. Estos consejos te ayudarán a superar este hábito arraigado en casi un 25% de españoles.
1. Busca asesoramiento
Tu médico puede orientarte sobre el mejor método para ti según el grado de dependencia que tengas del tabaco. Existen chicles, inhaladores y parches cutáneos con nicotina que ayudan a combatir el síndrome de abstinencia y cuya dosis debe ajustarse en cada caso. Hay también medicamentos que disminuyen la ansiedad por fumar.
2. Los cigarrillos electrónicos no son inocuos
El hábito de vapear, el tabaco sin humo o las pipas de agua, que pueden verse como una alternativa, también contienen sustancias tóxicas que pueden afectar el tejido pulmonar.
3. Encuentra la motivación
Fija una fecha tope para dejar de fumar y ten en cuenta los grandes beneficios que abandonar este hábito comporta para tu salud desde el primer día.
4. Reduce el estrés
Recuerda que hacer ejercicio genera endorfinas que aumentan el bienestar y ayudan a reducir las ganas de fumar. También las técnicas de relajación, la hipnosis, disciplinas como el yoga o la meditación pueden ser útiles.
5 formas de cuidar tu salud pulmonar
El cáncer de pulmón causa la muerte de tres personas cada minuto en todo el mundo. Conoce buenas medidas para reducir el riesgo de esta enfermedad y velar por tus pulmones.
1. Frecuenta espacios naturales
Disfrutar de la naturaleza y realizar baños de bosque mejora la capacidad pulmonar y alivia los problemas respiratorios. Cuando pasees por una gran ciudad, procura hacerlo cerca de un parque. Las zonas verdes procesan el dióxido de carbono y otros contaminantes relacionados con problemas respiratorios.
2. Haz ejercicio protegido de la contaminación
Si corres en lugares con tráfico, ten en cuenta que a primera hora de la mañana los niveles de polución son más bajos y que alejarse al menos un metro de la calzada reduce en un 15% la exposición a contaminantes. En bicicleta, usa una mascarilla que no deje pasar partículas a los pulmones.
3. Evita el humo del tabaco
Sobre todo en lugares cerrados, el cigarrillo es especialmente peligroso, no sólo para el fumador, sino para el resto personas. Su humo desprende altas concentraciones de sustancias cancerígenas y partículas pequeñas que quedan en suspensión horas e incluso días y no se eliminan al ventilar. Éstas afectan al tejido pulmonar y aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias como el asma en los niños.
4. Bebe agua
Tomar entre 2 y 2,5 litros al día mejora la salud pulmonar. Hazlo aún sin sed.
5. Incluye antioxidantes en tu dieta
Aumentar el consumo de frutas y verduras enlentece el envejecimiento de la función pulmonar. Son particularmente interesantes alimentos como el tomate, la mandarina, las naranjas y los frutos rojos por los antioxidantes que contienen.