Hipertensión arterial: la mejor manera de regular la tensión alta

Si tienes más de 40 años y hace tiempo que no te tomas la presión, no esperes más para hacerlo. Debes tener en cuenta que, a partir de esta edad, el riesgo de sufrir hipertensión empieza a aumentar (según datos de la Sociedad Española de Cardiología), y su incidencia es progresiva: 60% a los 60 años, 70% a los 70, y así sucesivamente.

Además, no hay que olvidar que se trata de una enfermedad que, en la gran mayoría de ocasiones, no presenta ningún síntoma y que, cuando lo hace, es porque ya ha empezado a causar daños en el organismo. Controlar tus valores arteriales estables y mantener unos hábitos saludables te ayudará a prevenir muchas enfermedades y aumentar tu esperanza de vida.

Por qué es tan importante controlarla

La presión arterial es la fuerza que ejerce el corazón para llevar la sangre a todos los órganos del cuerpo. Si esta fuerza es excesiva, tanto el corazón como los demás órganos pueden verse afectados. Esto se traduce en un riesgo mayor de sufrir diversas enfermedades.

Problemas en el cerebro y en el corazón. La hipertensión no controlada aumenta las posibilidades de sufrir trastornos cardíacos como la insuficiencia coronaria, la angina de pecho y el infarto de miocardio; multiplica por cinco el riesgo de tener un ictus (sobre todo en personas mayores de 60 años) y nos hace más susceptibles de padecer insuficiencia renal, alteraciones en la retina y disfunción eréctil en los hombres.

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Valores saludables de tensión arterial

Por todo ello, es muy importante tomarse la tensión una vez al año como mínimo o con más frecuencia si el médico lo considera necesario. Los parámetros ideales de tensión arterial están en torno a 120/80 mmHg. Cuando se sitúan por encima de 140/90 se considera hipertensión. Por prevención, en personas con factores de riesgo cardiovascular, el límite siempre será más bajo que en una persona sana.

Así puedes prevenir su aparición

Aunque tiene cierto componente genético (si uno de tus progenitores o los dos son hipertensos, tienes un riesgo mayor de sufrirla), es una enfermedad que está muy ligada al estilo de vida. Cambiar algunas de tus costumbres te ayudará a evitarla o a mejorar tu pronóstico si ya la sufres.

Lleva un estilo de vida activo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el ejercicio físico una de las medidas no farmacológicas más efectivas para disminuir los valores de tensión arterial. Según un reciente estudio realizado en los Estados Unidos, con tan sólo caminar a buen paso durante un mínimo de media hora al día se reduce en un 7,2% las posibilidades de sufrir esta dolencia.

Deja de fumar. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo que resulta uno de los factores de riesgo más importantes. Según la Sociedad Española de Cardiología, dejar de fumar tiene unos efectos positivos superiores al de cualquier fármaco contra la hipertensión.

Reduce el consumo de alcohol. Beber en exceso también resulta perjudicial, por lo que se aconseja no tomar más de 40 gramos de alcohol en hombres (dos copas de vino o cerveza o una de licor) y 20 en mujeres al día (una copa de vino o cerveza o media de licor).

Cerebro y corazón: buenos hábitos que protegen su salud

Mantén un peso saludable. Por cada 10 kilos de peso que se pierden (en el caso de que haya sobrepeso u obesidad), la presión puede bajar hasta dos puntos.

Una buena alimentación. Es uno de los aspectos más importantes a la hora de prevenir este trastorno. Comer de forma sana resulta imprescindible para estabilizar nuestros valores.

Elimina la sal. Uno de cada tres casos de hipertensión está provocado por un consumo excesivo de sal. Acostumbrarse a cocinar sin sal y no llevar el salero a la mesa son, por lo tanto, medidas imprescindibles para combatir esta dolencia. También es importante reducir el consumo de alimentos ultraprocesados (precocinados, bollería industrial, pizzas, etc.).

Apuesta por la dieta mediterránea. Es la mejor opción dietética para prevenir esta enfermedad. Rica en frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva y baja en grasas saturadas (embutidos, precocinados, carne roja...), reduce la tensión arterial y protege el corazón.

Las 5 reglas para tomarse la tensión

1. Hazlo siempre a la misma hora. Los valores pueden cambiar a lo largo del día. Si te medicas, lo ideal es hacerlo a primera hora de la mañana, antes de tomarte la pastilla.

2. Procura estar tranquilo y descansado. No comas, bebas, fumes ni hagas ejercicio media hora antes de la medición.

3. Adopta una posición cómoda. Siéntate con la espalda recta y bien apoyada en el respaldo de la silla. Es muy importante que no cruces las piernas y que retires todas aquellas prendas que puedan oprimirte el brazo.

4. No hables. Es muy necesario estar en silencio durante todo el proceso. Hablar puede alterar los valores.

5. Repite la medición. Se aconseja tomarse la tensión dos veces, con una diferencia de dos minutos como mínimo entre ellas. El resultado final es la media entre las dos medidas.

Verdades y mentiras sobre la hipertensión

Como en la mayoría de trastornos frecuentes, existen muchos mitos alrededor de la hipertensión, gran parte de ellos fruto del desconocimiento o de informaciones que, con el tiempo, ya se han quedado obsoletas.

El estrés puede provocar su aparición: Verdadero.

Cuando estamos nerviosos, nuestro organismo segrega adrenalina, una hormona que, en personas predispuestas, puede aumentar la tensión arterial. Si el estrés es permanente, el aumento de la presión arterial también lo será, provocando la aparición de hipertensión. Por esta razón, en estos casos se recomienda realizar técnicas de relajación y mantener una buena higiene del sueño.

Si la tensión está compensada, no importa si está alta: Falso.

Se trata de una creencia muy extendida, pero que no tiene ninguna base científica. No importa si hay equivalencia entre la máxima y la mínima, si una de ellas está elevada, hay hipertensión.

Las mujeres tienen la tensión más baja: Verdadero/falso.

Durante la edad fértil, las mujeres suelen presentar valores inferiores a los hombres, pero a partir de los 50 años, y sobre todo con la llegada de la menopausia, la tendencia cambia. Sin la protección de los estrógenos, la tensión se dispara y las mujeres pueden tener cifras superiores incluso que las de los hombres. Los tratamientos hormonales como la píldora anticonceptiva también aumentan la tensión en algunos casos.

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Los niños y los jóvenes no la sufren: Falso.

Aunque la hipertensión suele aparecer en la edad adulta, cada vez hay más jóvenes (incluso niños) que la padecen, ya sea por sufrir alguna enfermedad que la produzca (cardiopatías, trastornos renales, etc.) como por tener sobrepeso, una de las causas más frecuentes últimamente.