Mal aliento: causas y tratamiento
Se estima que un 30% de la población sufre halitosis, una afección que conviene tratar, porque puede dificultar nuestras relaciones sociales y ser el
síntoma de distintas enfermedades
Cuando comemos alimentos como el ajo o la cebolla (ricos en azufre), comidas picantes o bebemos alcohol es normal sufrir esta afección de forma puntual.
Sin embargo, cuando la halitosis se convierte en algo crónico y habitual, merece toda nuestra atención y conviene detenerse a determinar la causa de la misma.
Los desencadenantes más frecuentes del mal aliento
En un 80% de los casos, el mal aliento se deriva de una acumulación bacterias en la cavidad bucal, que transforman ciertos sustratos como los compuestos sulfurados de los alimentos en malos olores. Éstas son las razones que pueden ocasionar esta proliferación bacteriana:
Higiene bucal deficiente
Cuando no seguimos una técnica de cepillado adecuada y no se eliminan por completo los restos de comida en determinadas zonas de la boca, aumenta la placa bacteriana en los dientes, en las encías y sobre todo en el dorso de la lengua, que puede adquirir un aspecto blanquecino, y es una de las causas más frecuentes del mal aliento.
Enfermedades de las encías
La halitosis es uno de los síntomas que acompañan la gingivitis, una inflamación de las encías, que también se manifiesta con un pequeño sangrado durante el cepillado. La periodontitis, otra afección gingival, es otra de las causas de halitosis al propiciar un aumento de la placa bacteriana en la lengua.
Caries
Cuando las piezas dentales están afectadas por esta infección y ésta no ha sido tratada, se acumulan más fácilmente los restos de alimentos en el interior de las cavidades dentales y las bacterias que generan olores desagradables.
Piedras en las amígdalas
En las pequeñas criptas de estas glándulas pueden crearse unas bolitas blancas que resultan de los restos de los alimentos y desprenden mal olor.
Boca seca
Con los años disminuye la producción de saliva, que facilita la limpieza natural de la cavidad bucal, y con ello aumenta el número de bacterias. Esta afección, también llamada xerostomía, afecta a un 40% de la población de más de 50 años (sobre todo en las mujeres después de la menopausia) y a personas que sufren una enfermedad autoinmune conocida como el síndrome de Sjögren.
También la menor producción de saliva mientras dormimos propicia el crecimiento bacteriano y explica que sea frecuente el mal aliento al despertar.
Tabaco
El hábito de fumar altera la flora bacteriana bucal, aumenta la presencia de los microorganismos que favorecen la placa bacteriana y la aparición de enfermedades como la periodontitis, todos ellos factores relacionados con la halitosis.
Otras causas que provocan el mal aliento
Aunque con menos frecuencia, el mal aliento también puede ser el síntoma de una enfermedad sistémica.
Problemas gástricos
La infección por el "Helicobacter pylori", la hernia de hiato, el síndrome del intestino irritable y la celiaquía son algunas patologías del sistema digestivo que pueden causar halitosis.
Infecciones del tracto respiratorio
Afecciones como la sinusitis, la bronquitis y la neumonía también pueden originar mal aliento.
Diabetes
La halitosis puede revelar una descompensación de esta enfermedad que, además, reduce el flujo de saliva.
Enfermedades hepáticas
Estos trastornos también pueden tener como síntoma la emisión por la boca de olores que recuerdan al de una manzana en descomposición.
Trastornos renales
Por ejemplo, en caso de insuficiencia renal crónica, el mal aliento resulta de unos altos niveles de ácido úrico en la sangre.
Medicamentos
Tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia y ciertos fármacos que reducen la producción de saliva como los antihistamínicos pueden causar mal aliento.
¿Cómo combatir la halitosis?
Visita el dentista
Este especialista podrá determinar la causa del mal aliento y tratarla cuando su origen sea la cavidad bucal.
Cepilla los dientes
Es fundamental hacerlo durante dos minutos después de cada comida para eliminar los restos de comida y reducir la cantidad de bacterias bucales. Se debe cepillar desde la encía hasta el diente y se han de abarcar todas las piezas dentales.
Usa la seda dental
Recurre a ella al menos una vez al día (mejor por la noche) para eliminar los restos de comida que quedan entre los dientes. También hay cepillos interdentales que pueden facilitar esta tarea.
Cepillar la lengua ayuda a combatir el mal aliento
Limpia la lengua
Cepíllala suavemente con un raspador lingual dos veces al día para eliminar los microorganismos que se acumulan en el dorso de ésta.
Colutorios
Enjuágate la boca y haz gárgaras con estos líquidos cuyos componentes ayudan a reducir la placa bacteriana en la boca y en el inicio de la garganta y aumentan la sensación de frescor.
Disfruta de un aliento más fresco
Incorporar estos hábitos ayudará no sólo a prevenir la halitosis, sino a mantener una buena salud bucal.
Acude al dentista una vez al año
Resulta fundamental para prevenir trastornos bucales, ya que este especialista realizará una limpieza en profundidad. En algunos casos ésta puede estar indicada cada seis meses.
Bebe agua al levantarte
Según la Sociedad Británica de Higiene Dental y Terapia Dental, tomar un vaso por la mañana es un buen método para eliminar las bacterias y prevenir el mal aliento.
Llena tus menús de frutas y vegetales
Estos alimentos favorecen la producción de saliva y, en concreto, las verduras de hoja verde (rúcula, espinacas, perejil, etc.) son ricas en clorofila, una sustancia que combate la halitosis. También las manzanas, las zanahorias y el apio ayudan a mantener la boca más limpia, así como los alimentos ricos en vitamina C (kiwi, pimientos rojos, tomates, fresas, etc.).
Toma zinc y magnesio
Estos minerales están presentes en las espinacas, las semillas de calabaza y de lino y su falta puede propiciar el mal aliento.
Evita los alimentos azucarados
La bollería, las chucherías, los caramelos y los refrescos carbonatados, que son ricos en azúcar, estimulan el crecimiento de microorganismos en la boca que interactúan con los compuestos de los alimentos y causan mal aliento.
Reduce el consumo de café
Esta bebida disminuye la producción de saliva, por lo que tomarla en exceso puede favorecer la proliferación de bacterias causantes de halitosis.
No fumes
Tanto el tabaco como el alcohol irritan y resecan la boca favoreciendo el mal aliento y las enfermedades orales.
Combate el estrés
Disminuye la saliva y nos hace más vulnerables a sufrir halitosis.