Los mejores trucos naturales para ganar energía vital
La alimentación es una fuente de energía y buen humor
Estas recetas acuden al rescate para que no te dejes vencer por la debilidad, la fatiga y la falta de concentración o de ilusión.
Prepara este batido de cacao, plátano y maca
Si estás atravesando una etapa exigente –alto nivel de trabajo, menopausia, etc.–, haz un hueco en tu despensa a la maca. Esta raíz andina, que puedes comprar en polvo, aumenta nuestra capacidad para adaptarnos a situaciones de estrés y actúa como un buen reconstituyente anímico y físico. Prueba sus efectos añadiendo una cucharada al yogur o a batidos revitalizantes, como el de plátano, cacao puro y chía.
Riega las fresas con zumo de naranja
¿Te sientes algo alicaída y apática? Empieza la temporada de las fresas, así que no desaproveches la oportunidad de comerlas a diario. Son una fuente de nutrientes de alto poder estimulante: vitamina C, ácido fólico, hierro, etc. Para aumentar tu energía vital al máximo, riégalas con zumo de naranja o de limón. No caigas en la tentación de agregar azúcar. En exceso, este endulzante sobrecarga el hígado y el páncreas y, al malgastar nuestras reservas de vitaminas B, favorece el agotamiento físico y mental.
Saltea los garbanzos con espinacas y bacalao
Cualquier plato que incluya legumbres constituye un concentrado de energía de primerísima calidad. No en vano, las habas, las lentejas, las judías blancas, etc. son una fuente extraordinaria de nutrientes antifatiga –hidratos, proteínas, zinc, hierro, vitaminas B– y nos ayudan a gestionar mejor el estrés –magnesio, fibra, etc.–. Los garbanzos cocidos salteados con espinacas y bacalao son un magnífico ejemplo. ¡Tendrás mecha para largo!
Improvisa un tartar de salmón, aguacate y huevo
El huevo, la mejor fuente de proteínas de calidad, es un alimento redondo. Cuida nuestras neuronas con la misma eficacia con la que alimenta nuestros músculos y previene apagones energéticos. Por si no bastara, da mucho juego en la cocina. ¿Has probado el tartar de aguacate y salmón con huevo duro? Juntos, estos tres ingredientes recargan nuestras pilas al instante. Esta receta también aporta ácido oleico y Omega 3, las grasas buenaS que necesita nuestro cerebro para trabajar y sentirse bien: ganar agilidad, concentrarse, tener pensamientos positivos y estar de buen humor.
Alegra tus platos con estos "toppings"
Decoran y ¡te dan una inyección de energía!
Recetas dulces. No dudes en espolvorear sobre los cereales del desayuno o el yogur nibs de cacao, coco rallado o fruta seca.
Recetas saladas. Corona tus platos con germinados, sésamo, pipas, almendras... Si dejas en remojo las semillas y los frutos secos (crudos y sin sal), serán más digestivos y nutritivos.
Cansancio, el compañero infatigable de otros males
La sensación de agotamiento puede ser un síntoma de otros trastornos o bien ir asociada a algún malestar. Con estas propuestas, te sentirás mejor.
Infecciones recurrentes. Herpes, orzuelos, cistitis... El cansancio extremo originado por estrés debilita las defensas. Además de tomar equinácea, ingiere más cítricos, verduras de hojas verdes, coles, nueces, ajo y cebolla.
Dolor. Las tisanas de jengibre y cúrcuma alivian el dolor de cabeza, de espalda, de barriga, etc. Trata, además, de aumentar la toma de vitamina D –huevo, setas, lácteos enteros, etc.– y de Omega 3 –pescado azul, nueces, semillas chía, etc.–
Inapetencia. Da prioridad a entrantes que lleven vegetales amargos: endibia, berenjena, escarola o rúcula. También puedes confiar en la jalea real o las cápsulas de fenogreco.
Falta de concentración. Además de comer más frutas y verduras –¡que no falten arándanos!–, toma té verde, té matcha o romero.
Detecta tus ladrones de energía
Pocas horas de sueño. Dormir unas ocho horas te ayudará a elegir mejor los alimentos que incluyes en tu dieta diaria, a frenar el picoteo y a disponer de más energía. Para hacer las paces con Morfeo, cena suave y toma antes de irte a dormir una infusión de pasiflora o de tila.
Estrés. La fatiga es una respuesta normal a los sobresfuerzos físicos y al estrés emocional. Para reducir los efectos del cortisol, la hormona del estrés, refuerza tu dieta en vitamina C (kiwi, cítricos, pimiento, tomate, etc.), vitaminas B (cereales integrales, legumbres y frutos secos) y magnesio (semillas, verduras de hojas verdes, plátano, avena, etc.).
Sobrepeso. El exceso de calorías, azúcares, harinas refinadas, sal y grasas "malas" sobrecarga los órganos y nos roba energía. Aparte de basar tu dieta en alimentos frescos –¡adiós ultraprocesados!– no dejes pasar más de 3-4 horas sin llevarte algo sano a la boca –fruta, yogur, etc.–.