Bernard Arnault: la interesante vida del hombre más rico del mundo, con una fortuna de 239.000 millones
Este francés de 75 años, propietario del grupo empresarial de lujo LVMH y de otras muchas empresas, acaba de aparecer en la lista Forbes como la persona con mayor fortuna del planeta, con un patrimonio estimado en 239.000 millones de dólares
Comenzó con promociones de apartamentos turísticos en la Riviera francesa
Bernard Arnault con familia
Terminados sus estudios en la Maxence Van Der Meersch, en su localidad natal, Bernard ingresó en la École Polytechnique de París para graduarse como ingeniero. Ya titulado, empezó a trabajar en Ferret-Savinel, la compañía familiar dedicada a la construcción de obra pública, como director de Desarrollo, Crecimiento y Expansión.
En 1976, convenció a su padre para dejar la división de construcción para invertir en asuntos más lucrativos. Entraron así en el negocio inmobiliario para, con el nombre de Férinel, especializarse en promociones de apartamentos turísticos en la Riviera francesa.
Tuvieron éxito y, en 1977, Bernard fue nombrado director general, sucediendo a su padre como presidente en 1979. Para entonces ya llevaba seis años casado con Anne Dewavrin.
Su boda se celebró el 7 de abril de 1973 y tuvieron dos hijos: Delphine y Antoine.
Un taxista de Nueva York cambió para siempre su vida
Bernard ArnaultLinda Evangelista
Tras la llegada al Elíseo del socialista François Mitterrand en 1981, Arnault emigró con su familia a EEUU para seguir con su negocio de pisos turísticos en Palm Beach (Florida). El proyecto fracasó, pero gracias a esa experiencia aprendió las agresivas tácticas comerciales americanas, que aplicó a su vuelta a Francia, tres años después.
A su regreso, Arnault decidió embarcarse en una operación incierta: comprar la empresa de artículos de lujo Boussac Saint-Fréres, que estaba en quiebra y poseía Christian Dior y los grandes almacenes Le Bon Marché. Pagó 80 millones de dólares, de los que 15 eran de su propia fortuna personal.
Se dice que tomó aquella arriesgada decisión –el sector textil estaba en crisis– por una vivencia personal: durante un viaje a Nueva York tomó un taxi y, charlando con el conductor, le preguntó si sabía quién era el presidente de Francia. El taxista le respondió que no, pero que sí sabía quién era Christian Dior.
Messi juega al ajedrez
Arnault acertó de lleno y, en los siguientes años, inició un ascenso económico que le llevó a invertir 1.800 millones de dólares para hacerse con el control del 24% de las acciones de LVMH, conglomerado de marcas de lujo de la categoría de Louis Vuitton, Kenzo, Bulgari, Tiffany, Givenchy o Fendi.
Federer con champan
Tras convertirse en presidente y consejero delegado, purgó a directivos de las firmas para imponer sus directrices empresariales. Desde entonces, no paró de comprar marcas de lujo, convirtiéndose en propietario de bodegas de vino y licores de alta gama –Moët & Chandon, Hennessy y Dom Pérignon, entre otras– y entró también en el sector hotelero con la adquisición del mítico hotel Cipriani de Venecia y del tren Orient Express.
De hecho, una de las frases más famosas del empresario hace mención a esta rama menos conocida de sus negocios: “¿Puedes decir que dentro de 20 años la gente seguirá usando el iPhone? Tal vez no. Tal vez tendremos un nuevo producto, algo más innovador. Lo que puedo decir es que, dentro de 20 años, estoy bastante convencido de que la gente seguirá bebiendo Dom Pérignon”.
Segunda boda con una pianista
Bernard Arnault mujer
Sin embargo, su vida familiar no iba paralela al crecimiento de sus negocios y fortuna y, en 1990, se separó de Anne Dewavrin, pero este hombre aficionado a la música clásica y al tenis no duró como soltero de oro. Un año después, se casó en segundas nupcias con la pianista canadiense Hélène Mercier, a la que sigue todavía unido y han tenido tres hijos: Alexandre, Frédéric y Jean.
Conforme iban creciendo, sus vástagos se estrenaban profesionalmente en empresas ajenas para, después, incorporarse a las del padre. La mayor, Delphine, es subdirectora de Louis Vuitton, mientras que Antoine (casado con la modelo rusa Natalia Vodianova, con la que tiene dos hijos, Maxim y Roman) ejerce como director de Berluti, preside Loro Piana y es responsable de la imagen y comunicación del grupo.
El tercero, Alexandre, es vicepresidente de Tiffany, que compraron en el 2020. Matemático y pianista, Frédéric, el cuarto, dirige la división de relojes inteligentes TAG Heuer y, el pequeño, Jean, ingeniero mecánico, es director de marketing.
En el conglomerado trabajan también Ludovic y Stéphanie Watine, hijos de su hermana Dominique, fallecida en el 2006. Hasta el momento, Bernard no ha decidido cuál de los siete será su sucesor.
Bernard Arnault hijos
Amigo personal del expresidente Nicolas Sarkozy, la primera aparición de Arnault en la lista de millonarios de Forbes fue en 1997, con una fortuna de 3.600 millones de dólares, pero en la década de los 90 e inicios del 2000, LVMH creció tanto que se vio comprometida la liquidez de la empresa, por lo que los analistas rebajaron su clasificación.
El magnate remontó y, en el 2016, su patrimonio era de 40.000 millones, aunque la clave que le ha llevado a ser este año el hombre más rico del mundo fue el contrato con Rihanna para la distribución de la línea de cosmética de la cantante, que le ha hecho coronarse como el primer multimillonario con 239.000 millones.
Condecorado como Comandante de la Legión de Honor (la mayor distinción en Francia) y gran filántropo, este hombre tímido y amante del arte posee un superyate, una docena de mansiones entre Francia y EEUU, aunque reside en Bruselas (Bélgica) por cuestiones de beneficios fiscales y vendió hace poco su jet privado para que Elon Musk (el tercero más rico) no monitorizase sus vuelos.