Limpieza facial: las mejores rutinas según tu edad
Descubre cómo mantener una piel radiante y saludable ajustando tu rutina de belleza a tus verdaderas necesidades. ¡Tu piel te lo agradecerá!

Joven lavándose la cara con jabón
Cuando se trata del cuidado de la piel, no hay una "talla única" que se aplique a todas las edades. No tenemos el mismo cutis a los 20 años que a los 45, por lo que adaptar nuestras rutinas al paso del tiempo es esencial para tener una piel radiante y poner solución a los problemas que aparecerán en cada nueva etapa de nuestras vidas.
Darle la importancia que se merece a limpiar el rostro es una de las claves, pero no nos vale cualquier producto y técnica. A medida que envejecemos, nuestra piel cambia, así que apúntate los siguientes consejos para conseguir esa piel radiante con la que siempre has soñado, ¡desde el primer paso!
Descubre la rutina de limpieza facial perfecta para tu edad

Crema facial en un frasco de cristal abierto con tapa dorada junto a cogollos de crisantemo fresco y una toalla de felpa blanca sobre una superficie de espejo
La limpieza facial es un ritual imprescindible en nuestra rutina, tanto como el resto de los pasos o incluso más. A lo largo del día, nuestra piel se expone a elementos como contaminantes, polvo, suciedad y maquillaje, que pueden obstruir los poros, causar la formación de acné y otros problemas cutáneos.
Sin una base limpia, el resto de productos no podrán ser tan efectivos como prometen, incluso pueden tener un efecto negativo. Esto hace que sea uno de los pasos más importantes, ya que no solo nos ayuda a eliminar estas impurezas; también promueve la eliminación de las células muertas de la superficie de la piel, lo cual fomenta la renovación celular y mejora la textura y el tono, y la prepara para absorber de manera más efectiva los productos que se aplican a continuación, como tónicos, sueros y humectantes.
Además, una limpieza adecuada ayuda a mantener el equilibrio del pH de la piel, lo cual es esencial para preservar una barrera cutánea saludable y prevenir problemas como la sequedad o la producción excesiva de sebo.
A los 20 años, combate las imperfecciones con una limpieza profunda

Mujer joven que aplica espuma limpiadora para cuidado de la piel
A los 20, las hormonas hacen de las suyas y el acné puede convertirse en una verdadera pesadilla para muchos. Tu mejor arma será la limpieza profunda, la cual te ayudará a controlar la producción de sebo, prevenir la acumulación de bacterias y promover la renovación celular.
• ¿Exceso de grasa? Las glándulas sebáceas están muy activas, sobre todo por la noche. Opta por limpiadores libres de aceites y siliconas con activos astringentes, como el ácido salicílico o el zinc.
• Jabones, geles y espumas. Son los limpiadores más indicados por su textura fluida. Se aplican sobre la cara mojada con agua templada. Extiende el jabón, el gel o la «mousse» realizando movimientos circulares y haciendo particular hincapié en la zona «T», donde más grasa se genera. Después, aclara con agua tibia.
• Una vez a la semana. Añade a tu rutina de limpieza un cepillo facial para favorecer la eliminación de células muertas y recurre a una mascarilla de arcilla verde purificante a fin de eliminar brillos y aportar frescor.
A los 30, combate las primeras líneas de expresión con productos hidratantes

Mujer usa un disco de algodón para limpieza facial
A partir de los 30 años, es común que aparezcan las primeras líneas de expresión, ya que empieza a reducirse la producción de ácido hialurónico y de fibras tensoras de la piel.
• Leche limpiadora. Este formato, más cremoso e hidratante, compensa esa pérdida gradual de hidratación y firmeza. Usa una adaptada a tu tipo de piel, mañana y noche. Si retiras el producto con una toalla de algodón humedecida, eliminarás los restos de maquillaje y suciedad al tiempo que favorecerás la regeneración celular y la absorción de activos.
• Tónico facial. Después, con una torunda de algodón impregnada en este cosmético, da unos toques sobre todo el rostro para cerrar los poros
A partir de los 45, recupera la luminosidad de tu piel con la esponja konjac y la doble limpieza

Mujer de mediana edad usando tónico facial, mirándose al espejo
Cuanto más nos acercamos a los 50, los signos de la edad se acentúan y la renovación celular se enlentece de forma drástica, con lo que el cutis se afina y pierde brillo. ¡Pero hay formas de ponerle remedio!
• Esponja Konjac. Incorpora esta herramienta a tu rutina de limpieza para aumentar el riego sanguíneo y realzar la luminosidad de la piel. Mójala en agua y aplica con ella la leche limpiadora.
• Doble limpieza. Al menos una vez a la semana, limpia la piel, primero, con un producto de base oleosa masajeando el rostro, el cuello y el escote. A continuación, utiliza un limpiador de base acuosa para acabar de retirar las impurezas. Termina con un tónico que cierre el poro. El "double-cleansing" mejora la textura, atenúa los signos de fatiga y aporta luz.
• Marca la diferencia. Hazte con un tónico con agentes exfoliantes. Eliminar las células muertas despierta la juventud de tu piel.
A los 60 años, recupera la juventud de tu piel con mimos extra

En esta etapa, la piel tiende a estar cada vez más seca y desprotegida. Esto se debe a una combinación de factores, incluida la disminución de la producción de aceite natural de la piel, la pérdida de humedad y la disminución de la función de barrera cutánea... ¡necesitamos mimos extra!
• Fórmulas en aceite. Si no te va bien hacer la doble limpieza cada noche –¡sería lo ideal!–, utiliza exclusivamente limpiadores de base oleosa. Eliminan la suciedad sin resecar y proporcionan gran confort a la piel.
• Sí al tónico. No te saltes este producto, ya que reequilibra el Ph de la piel y recupera el manto hidrolipídico cutáneo, un escudo de protección que se debilita con el paso del tiempo. Utiliza, eso sí, un tónico de efecto hidratante y calmante, con caléndula, ácido hialurónico, etc.
• Un plus. Una vez cada quince días, anímate a realizar la triple limpieza facial. No es otra cosa que añadir una exfoliación suave al final de la doble limpieza. Lucirás una piel radiante con un resultado similar al de un centro de belleza. Por cierto, éste es el mejor momento para aplicar una mascarilla antiedad o un sérum de efecto «lifting»
Cuídate por dentro y notarás los resultados

Desde la adolescencia hasta la madurez, nuestra piel atraviesa cambios que requieren una atención especial y una rutina adaptada a las necesidades específicas de cada momento, ya sea a través de la limpieza profunda para combatir el acné en la juventud o a través de los cuidados hidratantes y protectores para la piel madura.
Recuerda que una rutina de cuidado de la piel constante y bien ejecutada puede marcar una gran diferencia, y no subestimes el poder de una buena rutina de cuidado de la piel. Invierte en productos de calidad, protégete del sol, mantén una dieta equilibrada y saludable, y no olvides hidratarte adecuadamente.
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