Jaime Peñafiel nos cuenta los secretos del enfrentamiento de los hijos de la Duquesa de Alba
El distanciamiento cada vez mayor entre Cayetano y Eugenia a causa del dinero ha vuelto a poner de actualidad la mala relación entre los hermanos

Cayetano y Eugenia.
Reicentemente, dos de los seis hijos de mi querida e inolvidable Cayetana, duquesa de Alba, han protagonizado un enfrentamiento que vuelve a poner en el foco las malas relaciones y las disputas entre algunos de los hermanos Alba.
Cayetano, de 60 años, acudió al programa de Ana Rosa para hablar del distanciamiento con su hermana Eugenia, de 54. "Hemos pasado varias etapas. Estoy esperando tener una charla con ella para empezar de cero", dijo el jinete, que siempre se llevó muy bien con la benjamina de la familia.
"Ahora ya no me necesita. Está contenta con su marido y con su hija, fruto de su relación con Fran Rivera. Desde que murió mi madre, Eugenia se ha unido a mis otros hermanos y ha prescindido de mí", dijo de la duquesa de Montoro, quien, molesta, respondió, cuando le preguntaron por esas declaraciones, que "el problema es que se aprovecha de que los demás hermanos no abrimos el pico".
Unas descalificaciones que causan sonrojo

Nietos
Confieso que casi he visto nacer a los seis hijos de Cayetana. Y por todos siento una muy especial simpatía. Cierto que por unos más que por otros. Por ello, me causa cierta tristeza verles enfrentados públicamente con descalificaciones que causan sonrojo. Y todo por un aval para la construcción de un embalse que Cayetano quiere hacer en su finca. ¡Ay, el dinero! Cierto es que tener alguno evita preocupaciones, pero tener mucho las trae.
La tensión entre ellos existe desde hace años. Como contó Paloma Barrientos, "el conflicto viene por una sociedad a nombre de Cayetano y sus hermanos Alfonso y Eugenia, donde están las tres fincas de la familia". Para construir un embalse en su finca, el conde de Salvatierra solicitó varios créditos por valor de 3 millones de euros. Entonces, los hermanos quisieron asegurarse de que esos préstamos no les iban a causar problemas en caso de que no se cumplieran los pagos. Por ello, solicitaron a Cayetano un aval por la misma cantidad. Y allí empezó la guerra.
Ahora, veo que Eugenia, de 54 años, y Alfonso, de 72, han llegado a declarar: "No queremos saber nada de él". Cayetano fue, si no el hijo preferido de la duquesa, al menos por el que más se sacrificó hasta el extremo de seguirle hasta Holanda para ayudarle a salir de la droga. También vendió su joya más preciada, la tiara rusa con brillantes. Según contó ella misma en sus memorias, ‘Yo, Cayetana’, "tuve que venderla a pesar de ser una joya muy querida y simbólica para la Casa para que Cayetano pudiera comprarse un caballo maravilloso, “Gigolo”, y pudiera dedicarse a la equitación y competir".
Días después del cruce de declaraciones, Cayetano y Eugenia se reencontraron en Sevilla, en el bautizo de la segunda hija del duque de Huéscar, Sofía, al que asistió la familia en pleno, encabezada por el duque de Alba, Carlos Fitz James Stuart.
Carlos destituyó a Cayetano de su cargo en la Fundación
El jefe de la casa ducal, que acaba de cumplir 75 años, es un hombre serio, con quien Cayetano también tiene diferencias. No hay que olvidar que tras morir la duquesa de Alba en el 2014, éste acusó públicamente a su hermano mayor de echarle del palacio de Liria –de hecho, sólo dejó que Fernando, por quien yo siento especial simpatía, se quedara en esta residencia– y destituirle de la gestión de la Fundación, cargo que los dos hermanos compartían por expreso deseo de su madre.
Pero es que, como dijo el duque, que también decidió abrir Liria al público: "Cuando yo heredé la Casa, me encontré una deuda muy grande que había que equilibrar. Yo tengo 50 nóminas al mes que hay que pagar. Así que tuve que coger el toro por los cuernos y compartir los tesoros de Liria con un público entendido e interesado". Y, de momento, los buenos resultados de su gestión demuestran que Carlos sabe lo que hace. Al menos en este terreno, porque, visto lo visto, en el de las relaciones entre hermanos, la "gestión" no va igual de bien.