Jaime Peñafiel cuenta cómo Tita Cervera se convirtió en la señora baronesa
Ahora que ha hecho las paces con su hijo, Borja, recuerdo que a Carmen la conocí en 1961 y que, gracias a su madre, pasó de ser "Miss España" a aristócrata del arte
Leo estos días en prensa que la baronesa Thyssen y su hijo, Borja, están más unidos que nunca. Y eso que su relación ha estado llena de altibajos desde que, en 1998, el primogénito de Tita conoció y se enamoró de Blanca Cuesta, que no era la nuera que ella habría deseado. La que fue "Miss España 1961" estaba convencida de que esa joven, siete años mayor que Borja, sólo iba detrás de su dinero.
La pareja contrajo matrimonio en el 2007 y, a pesar de que la baronesa creía que ese amor no duraría y que tarde o temprano Blanca abandonaría a su hijo y éste vería la luz, llevan más de 20 años juntos y tienen cinco hijos. Pero tan mala era la relación familiar, que Tita estuvo una década sin ver a sus nietos.
En el 2011, Blanca rompió su silencio al decir en una entrevista que sufrió y lloró mucho por el distanciamiento con la madre de Borja y por las cosas que se dijeron de ella. "Si yo fuera mala y tuvieran motivos para decir algo sobre mí, no hubiera llorado ni un poco", se defendió. Y añadió que sentía mucho respeto por ella. "Trato de vivir al margen de todo lo que se dice. Soy feliz con mi marido y mis hijos y no soy rencorosa", concluyó.
El acercamiento comenzó en el 2014. Primero fue entre Tita y su hijo, y, después, con Blanca. Ahora, nos ha llegado la prueba definitiva de que han limado asperezas y forman lo que viene a ser una familia feliz.
Vacaciones familiares para Tita, su hijo y su nuera
El hijo que Heini Thyssen Bornemisza adoptó en 1984 vive hoy centrado en dar continuidad al legado artístico de su padre y es patrono y propietario del 35% de la colección Thyssen. Por ello, la baronesa le ha dado más responsabilidad pública y no faltó, el 19 de junio, a la inauguración de una exposición con su madre. Dicen que su relación es ahora tan buena, que es posible que este verano coincidan navegando por el Mediterráneo. Y ya se sabe: la familia que navega unida, permanece unida.
Esta grata noticia acerca del entendimiento entre Tita y su hijo me trae a la memoria que Carmen Cervera es una mujer que siempre ha estado ligada a mi vida profesional. Recuerdo que a la baronesa la conocí, en 1961. Tenía 18 años y se había presentado al concurso de "Miss España", cuyo jurado quedó tan impresionado por su belleza que la proclamó vencedora indiscutible.
Además de por su físico, Carmen, cuyos padres se separaron cuando ella tenía 5 años, destacaba por ser una joven culta. Su madre, María del Carmen Fernández de la Guerra, la primera "madre de artista" que yo conocí, tan guapa como su hija y con dotes para el canto, se ocupó de su formación muy bien y la matriculó en los mejores colegios privados, como el Liceo Francés y en centros de Londres y Suiza. De alguna manera, fue María del Carmen quien moldeó a la futura baronesa.
Un autógrafo, una viuda rica, madre y, por fin, baronesa
Y también fue quien, mientras volaban en un avión, al percatarse de la presencia del actor Lex Barker, alias Tarzán, la animó para que le pidiera un autógrafo. En los pocos minutos que compartieron surgió un auténtico flechazo. Catorce meses después, Carmen Cervera y él se dieron el "sí, quiero" en Ginebra. Corría el año 1965. Ella no había cumplido los 22 y Lex era 24 años mayor.
Después de aquel primer matrimonio, que la convirtió en viuda y rica recién estrenados los 30, fue sonado su romance con Espartaco Santoni. La suya fue una historia complicada, llena de problemas que llevaron al conquistador venezolano a la cárcel por estafa y falsedad documental. Carmen, que seguía colada por él, pagó la fianza para sacarle de prisión. Cuando Espartaco se vio libre, se fugó.
Corría el año 1980 cuando Tita dio a luz a su primer hijo, Borja, nacido de su historia de amor con el publicista Manolo Segura, una presencia constante en su vida y una fuente de apoyo para Borja en los peores momentos de su relación con su madre.
Y después, llegaría su enlace matrimonial con el barón Heini Thyssen, que se celebró el 16 de agosto de 1985 en el juzgado inglés de Daylesford. A la fiesta acudieron gran cantidad de "vips" entre ellos los condes Spencer, padres de Lady Di, los Hannover, Gunilla von Bismark y el periodista que esto escribe, con Carmen, su mujer.
Aquella noche, en la fiesta, la nueva baronesa deslumbró con un traje estilo túnica griega y sus impresionantes joyas. Llevaba del brazo a su barón, que vestía de rigurosa etiqueta. Un broche feliz para aquella boda de cuento de hadas. Feliz estaba también la madre de la novia, refiriéndose a su hija, en todo momento, como "la señora baronesa". Comprensible. Era su obra. Una obra que hoy, según "Forbes", tiene una fortuna de 1.300 millones de euros.