15 años en la cárcel por una violación que no cometió
El Tribunal Supremo anula la condena a este ciudadano marroquí, acusado por error de este delito
Ahmed vive con su hermano Omar en Martorell (Barcelona) y espera que nadie más tenga que pasar por su situación.
¿Te imaginas levantarte un día y verte entre rejas por un delito que no has cometido? Esta injusta y cruel situación es la que ha vivido Ahmed Tommouhi, un ciudadano marroquí condenado por una violación que nunca perpetró.
Su gran parecido físico con el auténtico violador y una cadena de errores judiciales llevaron a Tommouhi a pasar 15 años en la cárcel. La sentencia absolutoria le llega ahora, a los 72 años, más de tres décadas después de que empezara su terrible historia.
Más de 30 años de calvario
Su historia comienza en 1991, cuando una sentencia de la Audiencia de Barcelona lo condenó a prisión por diversas violaciones cometidas a lo largo de ese año. Tommouhi fue detenido por azar en una pensión catalana en la que se había producido una agresión sexual. La víctima, que en aquel momento tenía 14 años, señaló por error al marroquí, en una rueda de reconocimiento.
Los jueces tuvieron en cuenta esa prueba para considerarle culpable, en lugar de condenar al verdadero autor de la agresión, Antonio García Carbonell, un hombre de etnia gitana con quien Tommouhi guardaba un gran parecido físico. No se tomó en consideración un análisis de semen que le excluía de los delitos sexuales de los que fue acusado.
Cuando entró en la cárcel tenía 40 años, mujer y cuatro hijos, que siguen viviendo en su Nador natal. A partir de entonces empezó un largo periplo para este albañil, que fue obligado a pasar los mejores años de su vida entre rejas. No quiso solicitar el indulto “porque es para los culpables”, ha declarado en su única entrevista, concedida a 'El País'. Y él no lo era.
"Yo tenía razón. Lo dije siempre y ahora se demuestra", declara Tommouhi. “Este reconocimiento judicial no me hace feliz, porque nadie me va a devolver 32 años”, lamenta.
Descubre más sobre este terrible testimonio en las páginas de tu Revista Pronto.
