Así puedes preparar una quiche perfecta

Las quiches son uno de esos platos que nos encantan sea la época que sea, ya que son perfectas para hacer que los días fríos sean más reconfortantes o para acompañarnos en nuestros picnics o cuando vamos a la playa.

Aunque hacer una quiche desde cero puede parecer intimidante, se trata de una receta bastante simple, y lo mejor de todo es que es muy versátil. Es perfecta para cualquier ocasión, ya sean cenas informales o reuniones con amigos en las que puedes improvisar con tus sabores favoritos. ¡La quiche admite todo!

Este famoso plató francés se podría definir como una tarta salada con un interior cremoso y suave. Los ingredientes que incorpora la crema, como el bacon o los champiñones, suelen darle un giro a la textura y hacen que el contraste que aportan convierta cada bocado en una experiencia irresistible.

Aunque solemos relacionar este plato con su versión más conocida, que es la quiche Lorraine, en el amor y en las quiches casi todo vale. Puedes añadir las verduras que más te apetezcan, como champiñones, pimientos o puerros, y proteínas como pollo, atún o incluso tofu. ¡Deja volar tu imaginación!

Qué es la quiche: sus orígenes

Antes de ponernos manos a la obra, es importante conocer un poco más sobre esta receta. Los orígenes de este famoso plato se remontan al borde entre Francia y Alemania. De hecho, aunque se suele decir que es un plato francés, lo más correcto sería decir que nació en Alemania y que los franceses tomaron esta receta, que posteriormente sería la base de la famosa quiche Lorraine, por el nombre de la zona en la que se popularizó.

Esta receta, que te enseñaremos a hacer más tarde, es la forma más clásica de este plato y está compuesta por huevo, crema pastelera y tocino. Y no, aunque a día de hoy el queso es un elemento esencial en ella, ¡al principio no llevaba!

La quiche es un plato que se elaboraba con masa de pan, pero que más adelante se sofisticó un poco más y se comenzó a preparar con una masa de hojaldre que recuerda a la de un pastel abierto.

Preparar la masa de la quiche

Ya sabes lo que dicen: el secreto está en la masa. Por eso, aunque puedes comprar una base ya preparada en casi cualquier supermercado, nosotros queremos animarte a que te atrevas con tu propia base casera.

Para hacer tu masa quebrada, solo necesitarás harina, mantequilla y huevos. Mezcla 500 gramos de harina de trigo con una pizca de sal en un bol y añade de uno a uno tres huevos. Después de mezclarlos bien, añade la mantequilla deshecha. Una vez la masa tenga la consistencia adecuada, amásala con la mano y déjala reposar en la nevera durante media hora.

Cuando hayan pasado los 30 minutos, solo tendrás que estirar la masa con un rodillo hasta que su tamaño alcance el del molde. Después de meterla en el horno, que ya habremos precalentado a 220º durante unos minutos, solo tendrás que añadir la crema. Hay formas y formas de que quede perfecta, ¡nosotros te contamos algunos de sus secretos!

Las claves para hacer la quiche perfecta

Aunque hacer nuestra propia quiche desde cero puede sonar a palabras mayores, la realidad es que esta famosa tarta salada francesa tiene sus trucos.

Para hacer una quiche deliciosa que se derretirá en tu boca, es esencial que la proporción entre huevos y leche sea la adecuada. Si utilizas demasiados huevos a la hora de crear la crema pastelera, notarás que la textura quedará correosa y que cuando la cocines, se quedará demasiado dura. Por otro lado, si no utilizas suficientes huevos, la crema no terminará de cuajar y quedará demasiado líquida.

Por esto, es importante que recuerdes la proporción que te ayudará a saber cuántos huevos tienes que utilizar: por cada huevo grande, añade media taza de lácteos. ¡Así no fallarás!

Otro truco que te ayudará a que la masa no se hunda cuando la hornees (se suele añadir peso con legumbres) es precalentar el horno a 220º y pinchar la base de la masa con un tenedor.

Una vez hayas colocado la quiche dentro del horno, deja que pasen entre 8 y 10 minutos y baja la temperatura hasta llegar a los 190º. Así, ya la tendrás lista para llenar con los ingredientes que has escogido y podrás terminar de cocinarla, de vuelta en el horno, durante 20 minutos. 

Como ya te hemos dicho, hay muchas recetas y formas de hacer una quiche deliciosa. Las posibilidades son infinitas con este plato, pero nosotros te vamos a proponer algunas ideas que seguro que te encantan, ¡y con opciones para vegetarianos también! ¿Te animas?

Quiche de espinacas, cebolleta y queso de cabra

Empezamos nuestras propuestas con un ejemplo de ello, una quiche de espinacas, cebolleta y queso de cabra que está de rechupete. El queso de cabra es un ingrediente que queda muy bien en este plato y que casa muy bien con el resto. ¡Te encantará!

Quiche lorraine

La quiche lorraine no solo es una versión clásica de este famoso plato, también es el aperitivo perfecto para cualquier tipo de ocasión. 

Para hacer esta receta, solo necesitarás nata líquida para montar y huevos para elaborar la base de la crema. A partir de ahí, solo tendrás que añadir bacon, queso gruyère rallado y un poco de sal y pimienta. ¿A qué estás esperando para prepararla?

Quiche de salmón ahumado y brócoli

¿Has pensado en añadir pescado a tu quiche? Aunque esta versión de la quiche es menos conocida, rápidamente te darás cuenta del sabor único que aporta, ¡sobre todo en verano!

Te animamos a probar nuestra quiche de salmón ahumado y brócoli, una opción deliciosa que podrás servir templada o fría y que seguro que te conquista.

Quiche de mozzarella, calabaza y puerro

Otro ingrediente que te enamorará en el relleno de la quiche es la calabaza. Este ingrediente sabe a otoño y convierte al plato en una opción muy saludable que también puede incorporar un sinfín de verduras o proteínas, a tu gusto.

La quiche de mozzarella, calabaza y puerro se convertirá en tu plato favorito en cuanto comiencen a bajar las temperaturas, ¡así que no dudes en probarla!

Las quiches son un mundo, pero en el buen sentido de la palabra. Abre la nevera, visualiza los ingredientes que mejor quedarán en la tuya y atrévete a probar nuevos sabores. Todo (o casi todo) vale con este plato y lo mejor es que podrás servirlo recién horneado o después de haber pasado unas horas en la nevera.

¿Con cuál te atreverás primero?