Bolitas de atún y queso
¡Anímate a probar estas bolitas de atún y queso, un bocado crujiente por fuera y suave por dentro! Perfectas para picar algo rápido o para una fiesta donde quieras impresionar.
Hoy tenemos en el menú unas bolitas de atún y queso que son la definición perfecta de un snack delicioso y fácil de hacer. Esta combinación no es muy común, pero el atún y el queso hacen un dúo dinámico.
El atún trae su textura y sabor único que, mezclado con el queso derretido y suavidad en cada bocado, crea una experiencia realmente tentadora.
Además, estas bolitas son una manera divertida de incorporar más pescado en tu dieta, lo que siempre es un plus saludable.
- Ingredientes
- • 3 latas de atún en aceite
• 200 g de queso crema
• 1 huevo
• pan rallado
• un trocito de pimiento rojo
• hojas de espinaca
• aceitunas negras
• tomatitos cherry
• aceite
Tiempo Total15 minutos
Coste € € €
Dificultad
Cumpleaños Tipo de ocasión
Acompañamiento Tipo de plato
La receta paso a paso de bolitas de atún y queso
Pasos
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01
Escurre el atún de su aceite y colócalo en un bol. Añade el queso, 2 cucharadas de pan rallado y mezcla todos los ingredientes hasta que quede una masa uniforme.
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02
Calienta una sartén con abundante aceite y fríe las bolas hasta que estén doradas. Retíralas con una espumadera y déjalas escurrir sobre papel absorbente de cocina.
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03
Coloca las bolitas una detrás de otra, dándoles forma de gusanito. Simula los ojos con pimiento rojo y la boca con un trocito de aceituna. Pon el gusanito sobre un lecho de espinacas y reparte algunos tomatitos cortados en cuartos.
El truco de cocina de Pronto
Para que tus bolitas de atún y queso queden aún más sabrosas y crujientes, aquí te paso un consejo: cuando las estés preparando, añade un poco de cebolla finamente picada y un toque de perejil o cilantro a la mezcla.
Esto les dará un frescor increíble. Y para el empanarlo, usa pan rallado mezclado con un poco de parmesano rallado. Esto no solo las hará más crujientes, sino que también les dará un sabor extra a queso que es una maravilla.
Fríelas hasta que estén doraditas y sírvelas con tu salsa favorita, ¡y verás cómo vuelan del plato!