Crema de garbanzos
Aprende a preparar una deliciosa crema de garbanzos, una receta sencilla y nutritiva perfecta para cualquier ocasión que salvará muchos de tus platos
La crema de garbanzos es un plato sumamente versátil y delicioso que encanta a paladares de todo el mundo. Su textura suave y su sabor rico y reconfortante la convierten en una excelente opción para una comida nutritiva, un entrante elegante o incluso como un dip para picar entre horas. Si te preguntas por qué te va a gustar, la respuesta es simple: combina salud, sabor y sencillez en un solo plato.
Los garbanzos son una fuente excelente de proteínas vegetales, fibra, vitaminas y minerales, lo que los hace perfectos para dietas vegetarianas, veganas o simplemente para quienes desean reducir el consumo de carne. Además, esta crema ofrece un perfil de sabor rico y terroso, con la posibilidad de ajustarla a tu gusto con hierbas y especias.
Es también una opción excelente para personas con restricciones alimenticias, ya que es naturalmente libre de gluten y se puede adaptar fácilmente para ser libre de lácteos.
- Ingredientes
- •400 g de garbanzos cocidos
•1 cebolla
•1 diente de ajo
•1 patata
•1 cucharadita de pimentón dulce
•1 l de caldo de verduras
•100 g de taquitos de jamón curado • aceite
•sal
•pimienta
Tiempo Total25 minutos
Coste € € €
Dificultad
Primer plato Tipo de plato
4 Porciones
Pasos
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01
Pela y pica la cebolla y el diente de ajo. Calienta un poco de aceite en una cazuela, agrega la cebolla y deja que se rehogue. Cuando esté tierna, añade el ajo picado y remueve un poco hasta que se dore.
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02
Agrega los garbanzos y el pimentón, mezcla y vierte enseguida el caldo. Añade la patata pelada y troceada, salpimienta y cuece tapado durante unos 15 minutos.
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03
Cuando las patatas estén tiernas, tritúralo todo hasta obtener una crema lisa y repártela en los platos
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04
Calienta unas gotas de aceite en una sartén, añade los taquitos de jamón y dóralos hasta que estén crujientes. Sírvelos para decorar la crema de garbanzos.
El truco de cocina de Pronto
Guarda el caldo en el que hayas hervido verduras (lo puedes congelar) y utilízalo para darle sabor a cremas y guisos o para preparar deliciosas sopas, que tanto apetecen en invierno.
El proceso es sencillo: una vez que hayas cocido tus verduras y retirado estas del agua, deja enfriar el caldo a temperatura ambiente. Luego, puedes proceder a congelarlo.
Una manera práctica de hacerlo es utilizando bandejas de cubitos de hielo o recipientes herméticos, de modo que puedas congelar porciones individuales del caldo. Esto te permitirá descongelar exactamente la cantidad que necesites para tus próximas recetas, sin desperdiciar nada.
Al utilizarlo en lugar de agua o caldos comerciales, no solo estás enriqueciendo tus comidas con los sabores naturales de las verduras, sino que también estás aprovechando al máximo los nutrientes que de otro modo se perderían. Además, ¡es una opción más saludable y natural en comparación con los caldos procesados que a menudo contienen conservantes y exceso de sodio!