Encarna Sánchez: la desconocida vida de la gran dama de la radio
Esta almeriense llegó a ser una de las grandes voces de la radiodifusión española, a la que se quería tanto como se temía
Un oscuro asunto que la llevó a irse a México
Encarna Sánchez, de niña, en su Carbonillas natal.
Acabados los estudios primarios, en 1953 entró en la radio gracias a un novio que trabajaba en Radio Almería. Hizo unas pruebas de locución, su voz gustó y empezó a hacer colaboraciones en la emisora. No tardó en ser fichada por Radio Juventud, en Madrid, y ya afincada en la capital española, se pasó a Radio España, donde permanecería toda una década con algunos paréntesis en Radio Popular de San Sebastián y La Voz de Madrid.
Eran los años 60 y la férrea censura que había en los medios de comunicación le trajo más de un problema por su espontaneidad y sus improvisaciones, rasgos que la llevarían a ganar su primer Premio Ondas en 1968. Encarna empezaba a ser una celebridad.
Encarna Sánchez, de jovencita.
Ambiciosa como pocas, deseaba seguir escalando, pero entonces se produjo un oscuro episodio. En 1970, organizó un festival benéfico junto con Carmen Polo, la esposa del general Franco, y, al acabar, había desaparecido buena parte de la recaudación. Encarna quedó bajo sospecha y, por consejo de la propia mujer del dictador, optó por salir pitando de España.
Aceptó un contrato en México y consiguió hacerse con la audiencia. Después, estuvo en Santo Domingo y en la cadena ABC de Estados Unidos. Hizo, además, televisión e incluso protagonizó alguna obra de teatro.
Su orientación sexual no estaba bien vista en su época
Encarna Sánchez de joven, en sus inicios profesionales.
En esa época conoció a un empresario de Los Ángeles del que se enamoró y con el que, según ella aseguró, se casó, si bien se divorciaron poco después.
Lo cierto es que aquella boda es un misterio porque no hay datos de este empresario ni constancia de que el enlace llegara a realizarse. La auténtica orientación sexual de Encarna, que ella nunca desveló, no estaba bien vista por aquella época y probablemente hizo correr aquel rumor para acallar bocas y que la dejaran trabajar en paz.
En realidad, estaba muy unida a su inseparable secretaria, Nuria Abad, y a la locutora de Radio Nacional y actriz Pilar Cebrián, conocida como Clara Suñer, su gran amiga de toda la vida, a la que encargó que cuidara de su madre cuando estuvo en América y que sería su heredera universal.
Encarna Sánchez
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Agresiva, visceral y dada a la polémica
Los periodistas José María García, Encarna Sánchez y Luis del Olmo.
En 1976, decidió regresar a España. Franco había muerto, empezaba la Transición y aquello era un caramelo para una especialista en polémicas como ella. En 1978, le ofrecieron dirigir un programa nocturno en Radio Miramar de Barcelona, que ella bautizó como 'Encarna de noche'. Fue un bombazo.
Estaría en antena por muchos años y le reportaría otros dos Premios Ondas, en 1981 y 1983. Este último año, se fue a la cadena COPE y, aunque siguió un año con su 'Encarna de noche', se pasó a las tardes radiofónicas, rebautizando su nuevo programa como 'Directamente Encarna', que llegaría a permanecer en antena con un éxito incontestable, convirtiéndose en la gran dama de la radio.
Polémica y controvertida, era tan querida como odiada, según los intereses de cada cual. Su estilo fue calificado de agresivo y demagógico, con un tono mesiánico arropado por su inconfundible y áspera voz. Los políticos, de derechas o de izquierdas, querían ser entrevistados en su programa y, al igual que otros conocidos personajes de la cultura y el famoseo, era una más en la jet-set de Marbella.
Imperio inmobiliario y cuentas en Suiza
Sánchez con Carmen Jara (izquierda), Marujita Díaz, Mari Carmen Yepes y Paquita Rico en 'La mesa camilla', sección que fue la primera tertulia del corazón.
Su sección 'La mesa camilla' fue predecesora de las tertulias de cotilleo que tanto triunfan ahora. En ella se juntaba con Paquita Rico, Marujita Díaz y Carmen Jara para criticar a todo bicho viviente. Sus audiencias fueron tan millonarias como lo fue su cuenta bancaria. Encarna no solo cobraba muchísimo por contrato, sino que se embolsaba grandes cantidades con la publicidad que ella misma insertaba en plena conversación.
Así se convirtió en una de las mujeres más ricas de España. Tenía una casa en La Moraleja, un piso en la cara calle O'Donnell de Madrid, un chalet en Marbella, restaurantes, un par de apartamentos y locales en la Costa del Sol, coches de lujo y cuentas millonarias en Suiza.
Su influencia hacía temblar a todos los poderes. Sus ataques, prácticamente insultos, dirigidos a todo aquel que decidiera llevarle la contraria eran tremendos. Recordadas son sus peleas con Mercedes Milá, a la que acusaba de "hacerse la tonta" o con la periodista Concha García Campoy, de la que se jactaba de haber convertido "en una tercerona" al haberle quitado la audiencia.
Tampoco se cortaba a la hora de calificar a Isabel Preysler como "boba y aburrida, con menos sesos que un mosquito"; afirmaba que Miguel Bosé tenía "la enfermedad de moda"; decía de Rocío Jurado que "parecía un travestí" o la "vergüenza ajena" que sintió cuando Ortega Cano salió cantando su "estamos tan a gustito".
Encarna se había convertido en muy popular, tanto que el dúo cómico Martes y Trece hizo una de sus mejores parodias sobre ella: "Encarna y las famosas empanadas de Móstoles" para el programa especial de Nochevieja '¡Viva 86!, según se dice, la propia Encarna lloró de risa al verlo.
Amores no reconocidos y muy polémicos
Encarna Sánchez junto a Mila Ximénez e Isabel Pantoja.
No tan bien le sentó, en 1991, un sketch en el que Martes y Trece parodiaron a Encarna e Isabel Pantoja compartiendo habitación en un hotel. La locutora intentó parar, sin conseguirlo, esa emisión en TVE. Tras la caída en desgracia de su secretaria, Nuria Abad, corrieron rumores sobre una presunta relación entre la radiofonista y la tonadillera.
Ninguna de las dos lo reconoció y, según la prensa, el amorío acabó cuando Isabel la dejó por Maria del Monte. Otra relación impactante fue la que se dijo que había tenido, previamente, con Mila Ximénez, pero la ex de Manolo Santana siempre dijo que no pasó de ser una gran amistad, aunque acabaron como enemigas.
A principios de 1993, se sometió a quimioterapia y radioterapia en España, Houston y París por un cáncer de pulmón, y tuvo que dejar el programa, radiando sus últimas palabras desde su casa: "Pronto podré decir con toda la valentía del mundo: ¡Temblad, pedazo de sinvergüenzas!"
No fue así y el 5 de abril de 1996 murió. Tenía 60 años. El destino final de su multimillonaria herencia también fue polémico, ya que se habló de un último testamento manuscrito, que nunca apareció, donde legaba sus bienes a su ahijado, Alejandro "Sacha" Gordillo Jara, hijo de los mejores amigos de Encarna.
Según la heredera oficial, Clara Suñer, ella sólo recibió sus inmuebles; las joyas y los millones de pesetas de las cuentas suizas desaparecieron misteriosamente.