Desde que la compró a mediados de los años 90 a la heredera de Encarna Sánchez, ‘La gaviota’ le ha dado muchos quebraderos de cabeza a Antonio Banderas y, tras años de negociaciones y pleitos judiciales perdidos, el actor malagueño ha tenido que echar abajo la impresionante mansión y solicitar una nueva licencia de obras para, en un futuro, edificar una nueva con todas las garantías legales.