Con su uniforme de gala sin una sola arruga, su sable, su gorra de plato y un perfecto moño del que no escapaba ni un cabello, la cadete Leonor Borbón y Ortiz esperaba en formación con sus compañeros la llegada de los Reyes de España en el patio de la Academia General Militar de Zaragoza el pasado miércoles 3 de julio.