Andrés de Inglaterra, el mayor dolor de cabeza de Carlos: su mala relación de hermanos
Justo antes de la coronación, Andrés, el que fue hijo predilecto de Isabel II, ha anunciado que quiere publicar sus memorias
No soplan buenos vientos para las monarquías europeas. Mientras que en la española, Felipe VI y Letizia se sienten desairados ante el regreso del exilio de Abu Dabi y sin informar del rey Juan Carlos, en el Reino Unido, Carlos III se enfrenta a una desagradable noticia, que puede amargarle la coronación.
¿El culpable? Esta vez no es su hijo Harry, que sigue siendo para él una gran preocupación, sino su hermano, Andrés, que antes de la muerte de su madre ya protagonizó uno de los mayores escándalos de la monarquía británica. Su implicación en el caso Epstein y la acusación de abusos sexuales de Virginia Giuffre obligaron a la reina a privarle de sus títulos militares y deberes públicos reales.
Y recientemente, su hermano, el rey Carlos III, ha hurgado más en la herida al expulsarle de la mansión Royal Lodge, su casa desde el 2004, en la que convivía con su exesposa, Sarah Ferguson, y le ha hecho mudarse a Frogmore Cottage (hasta ahora residencia de los duques de Sussex), lo que para el duque de York ha sido "una pérdida de estatus".
El rey también le ha echado de Buckingham, donde tenía asignada una suite, que utilizaba como piso de soltero desde su divorcio.
Sigue los pasos de su sobrino el príncipe Harry
Sin embargo, Andrés no va a desaparecer y, ahora, el anuncio de la futura publicación de sus memorias, cuando se están preparando los fastos de la coronación, preocupa a Carlos III. Con ellas, el duque, que sigue los pasos de su sobrino Harry, que escandalizó a la familia con el lanzamiento de ‘En la sombra’, pretende "aclarar las cosas y explicar su relación con Jeffrey Epstein", el pedófilo que se suicidó en la cárcel.
Según el ‘Daily Mail’, el duque de York tiene una historia mucho más profunda de la que sacar provecho que la de su sobrino, ya que llegó a pagar 14 millones de euros como acuerdo extrajudicial para que la joven de la que presuntamente había abusado retirara su demanda y guardase silencio.
Dicen que, asesorado por su exmujer, Fergie, Andrés podría haber contactado ya con alguna editorial de Nueva York e incluso habría elegido al autor de este libro, en este caso una mujer, Daphne Barak, amiga de Sarah, y responsable de la biografía de Amy Winehouse, entre otras.
Los expertos en la Casa Real británica aseguran que el duque de York es "narcisista y malcriado", que puede ser muy desagradable si no consigue lo que desea y que siempre ha llevado muy mal ser el segundo, por detrás de su hermano Carlos, con quien la relación se ha ido deteriorando con los años.
Angela Levin, especialista en los Windsor, reveló que Andrés quiso evitar que su hermano mayor se convirtiera en rey y conspiró para que la corona pasara directamente a su sobrino Guillermo, y que también presionó a su madre para impedir el matrimonio de Carlos y Camilla.
El malestar de Andrés respecto a Carlos ha crecido. No sólo por tener que dejar el Royal Lodge y Buckingham, sino por el reparto de la herencia materna, ya que el rey se ha convertido en el beneficiario del dinero de la soberana, dejando a su hermano, al menos de momento, "a dos velas". En opinión de la prensa inglesa esta suma de circunstancias adversas explicaría la vengativa decisión de Andrés de escribir sus memorias.
El ojito derecho de Isabel II
Andrés siempre fue el hijo preferido de la reina. Y el que más quebraderos de cabeza le dio por sus escándalos, entre ellos su relación con la norteamericana Koo Stark, junto a la que fue fotografiado desnudo, bañándose en Canadá, y las numerosas visitas femeninas a sus aposentos palaciegos, que le hicieron ganarse el apodo de ‘Andy, el cachondo’, como ya he explicado en estas páginas en otra ocasión. "Siempre eran mujeres jóvenes y atractivas, que se paseaban medio desnudas por las cocinas, dando órdenes al servicio", explicó un antiguo criado.
Esos devaneos de su hijo pusieron a Su Majestad "histérica" más de una vez, según su secretario de prensa, que era quien llamaba a diarios, productoras (como la del programa 'Spitting image', que presentó una caricatura de Andrés desnudo, con una copa de champán en la mano y una ristra de salchichas sobre el muslo) y a editoriales para tratar de impedir la publicación de imágenes comprometedoras para su hijo y para la corona.