Harry confiesa que su familia alimentó el ataque de la prensa a Meghan Markle
Los duques de Sussex han sacado la artillería pesada contra la Familia Real revelando que no sólo no les defendieron del ataque de la prensa sensacionalista británica, sino que lo alimentaron
Los tres últimos capítulos del documental 'Enrique y Meghan', estrenados el 15 de diciembre en Netflix, han debido de caer como una auténtica bomba de neutrones en Buckingham.
, porque los duques de Sussex han dejado para el final la artillería pesada.
La pareja relató el doloroso infierno que vivieron por culpa de la prensa sensacionalista británica y su campaña de destrucción, dirigida especialmente contra Meghan, del que la Corona no les defendió.
Y todo, según dicen, porque la exactriz fue usada de "chivo expiatorio" para desviar la atención de otros miembros de los Windsor. "Mentían para proteger a mi hermano, pero nunca dijeron la verdad para protegernos a nosotros", se lamenta el duque.
Según cuentan Harry y Meghan desde su casa de California, todo se torció cuando la duquesa de Sussex empezó a ganarse el cariño del pueblo. Tras una boda de ensueño, la pareja comenzó una vida feliz en Nottingham Cottage, una casita en los jardines del palacio de Kensington, y Meghan se ganó el amor del público apoyando causas populares y participando en actos oficiales junto a la reina en los que lograba hacerla reír como pocos.
Meghan confiesa que "alimentaban a los lobos conmigo"
Esperando a su primer hijo, el matrimonio hizo una gira por Australia donde se demostró su gran popularidad, algo que removió los recuerdos del viaje a ese país en el que fue tan evidente que Diana era mucho más popular que Carlos.
Y entonces, según los Sussex, los demás se empezaron a sentir amenazados. "Cuando viene alguien de fuera, que debería ser una segundona y te roba los focos o hace el trabajo mejor que la persona que ha nacido para hacerlo, molesta", relatan. Incluso en apariciones públicas de toda la Familia Real, las portadas se centraban en Meghan, y a partir de entonces, según el príncipe, comenzó una campaña con críticas a gestos y acciones de su mujer que, por el contrario, se alababan en Kate.
El hijo menor de Carlos III afirma que la oficina de prensa que compartían los dos matrimonios –luego cada uno tuvo la suya– respaldaba ese sucio juego de los agresivos tabloides. Y Meghan se hundió hasta el punto de plantearse el suicidio. "Pensaba que todo acabaría si yo desaparecía y lo que más miedo me daba era que lo tenía muy claro", dice, algo que, destrozada, corrobora su madre, Doria Ragland.
La duquesa quiso buscar ayuda, pero según su versión, "no me dejaron. Les preocupaba la imagen de la institución", y Harry estalla diciendo: "Pero nadie habló con los editores para decirles 'basta'", y confiesa que le "partió el corazón" ver cómo la oficina de prensa de Guillermo hacía lo que, tras ver la lucha encarnizada entre los gabinetes de sus padres, los hermanos prometieron no hacerse nunca.
"No sólo me lanzaban a los lobos, sino que los alimentaban conmigo".
La presión siguió cuando nació Archie, pues no hicieron, el típico posado en la escalinata de la clínica, simplemente, porque el bebé había nacido en otro hospital y allí, al parecer, era imposible. "La cantidad de insultos que recibimos por no servirles a nuestro hijo en una bandeja de plata fue increíble –se lamenta Harry–. Y en Palacio nadie protegía a Meghan", a lo que ella añade: "Supe que no sólo me lanzaban a los lobos, sino que los alimentaban conmigo".
Pero lo peor llegó cuando 'The Daily Mail' publicó la carta que Meghan le había escrito a su padre por recomendación de Carlos y de la reina. Los Sussex decidieron poner una demanda al diario que, afirman, "fue el detonante de toda la crisis". Entonces, se marcharon a vivir a Canadá y él le mandó un e-mail a su padre diciendo que estaban dispuestos a renunciar a su título. Eso se filtró y la reina convocó una reunión urgente, la llamada "cumbre de Sandringham".
"Me dieron cinco opciones. La primera era 'dentro, sin cambios', y la quinta, 'fuera'. Escogí la tercera, que era 'mitad dentro, mitad fuera'. Tener nuestro trabajo, pero también apoyar a la reina. Pero eso no se contemplaba. Fue desgarrador ver a mi hermano gritándome y a mi padre diciendo cosas que no eran verdad... Y mi abuela, callada, asimilándolo todo. Necesitaban creer que éramos nosotros los que teníamos problemas y no que los medios y la relación que tenían con ellos eran los causantes de tanto dolor", cuenta Harry, que añade: "Lo más triste fue la distancia que se creó entre mi hermano y yo".
Después de aquello, la única solución era marcharse. Pero la presión siguió y Meghan sufrió un aborto que achacan a la situación.
Harry se sincera: "Echo de menos a mi familia"
Ahora, tras el nacimiento de su hija Lili Diana en el 2021 y refugiados en California, Harry reconoce con dolor: "Echo de menos las reuniones familiares en las que nos juntábamos todos; echo de menos el Reino Unido y estar con mis amigos. Pero estoy en uno de los sitios donde mi madre hubiese acabado viviendo, creo". Y remata diciendo: "He estado enfadado, pero no puedo seguir así, porque, en este momento, estamos donde queremos estar. Hemos llegado al otro lado".