La vida de Antonio Orozco (capítulo 6): un espíritu solidario y un gran éxito internacional
Según iba aumentando la fama de Antonio Orozco, éste estaba cada vez más involucrado en causas sociales. Se codeaba con los más grandes, pero estaba a punto de sufrir otro duro golpe...
La música marcaba el ritmo de su vida porque era parte de su esencia, igual que lo ha sido su compromiso con las causas sociales. Si algo ha caracterizado la carrera de Antonio, es que, en cuanto el éxito empezó a sonreírle, se puso manos a la obra para ayudar a construir un mundo mejor.
En el 2003, consiguió el Ondas al mejor artista en directo y, en el 2005, se hizo famoso en América, al actuar de telonero de la gira de Ricky Martin. Y, poco después, tras un viaje a Colombia en el que se topó cara a cara con la dura realidad en la que viven los niños sin hogar, puso en marcha el proyecto Devuélveles la Vida, dirigido a colectivos de escasos recursos, principalmente a la infancia, en países en desarrollo.
Crea su propia oenegé y vive una traición muy cercana...
Aquel viaje le marcó tanto, que decidió que su carrera discográfica iba a estar siempre ligada a la cooperación y a la solidaridad. Por eso, aparte de dar conciertos contra la violencia machista y otras causas sociales que siempre le han preocupado, en el 2007, creó, con la artista La Mari, del grupo Chambao, la oenegé Voces. "Hay que devolver algo de todo lo que te da la vida", ha repetido más de una vez el cantante de Hospitalet.
Fiel a esta consigna, es lo que viene haciendo desde entonces, a pesar de los baches y los obstáculos a los que ha tenido que enfrentarse a lo largo de los años. Sin ir más lejos, en el 2007, el mismo año que vivió la alegría de convertirse en padre, tuvo que sobreponerse a una experiencia que le obligó a empezar de cero, ya que su mejor amigo se la jugó, traicionándole y dejándole prácticamente arruinado.
El cantante, que siempre ha sido una persona tímida, muy discreta y que protege a cal y canto su vida privada, nunca ha confesado ni quién fue ni cómo ocurrió; se ha limitado a decir que, de aquel mal trago, salió algo muy positivo. Acuciado por la necesidad, creó el espectáculo «Único», mezcla de teatro y música, que se convirtió en uno de sus mayores éxitos. Basta decir que pensaba representarlo sólo 10 veces, y que, al final, dio con él más de 700 funciones.
Después de años de esfuerzo y trabajo, Antonio había consolidado de forma excepcional su carrera con discos como «Cadizfornia», del 2006, y en el que hizo dúos con Marc Anthony, Jennifer López y Natalie Imbruglia; y «Renovatio», en el 2009, y se preparaba para celebrar sus 10 años en la música teniendo muy claro que el secreto de su éxito no era otro que trabajar en equipo con los productores y los músicos que llevaban con él desde el principio. "Y espero que hasta el final", suele decir.
Antonio Orozco tuvo que volver a mirar a la muerte a los ojos
Pero, en el 2011, la vida se empeñó en ensombrecer su gran momento recordándole otra vez que nada es eterno. Marina Parrilla, una novia que tuvo durante un período de tiempo en el que estuvo separado de Susana, falleció a causa de un cáncer linfático fulminante. A pesar de haberlo dejado con Orozco, que volvió con la madre de su hijo, la joven fue una de sus mejores amigas y llegó a entablar amistad también con Susana.
Su pérdida le dejó muy tocado, pero sacando fuerzas de flaqueza volvió a vencer a la desesperación a golpe de canciones, en las que trataba de encontrar respuestas a lo que no alcanzaba a comprender. Lo que Antonio no sabía ni podía imaginar era que no faltaba mucho para que la vida le pusiera de nuevo ante el abismo…
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