La vida de Francisco Rodríguez Iglesias, conocido artísticamente como Arévalo, atraviesa momentos complicados. A la escasez de ofertas de trabajo (afortunadamente, en enero hará un nuevo espectáculo de humor con Bertín Osborne), se le une la depresión que arrastra desde que falleció su esposa, Elena, en el 2015.
Pero no es verdad, tal y como dijeron en el programa de Telecinco «Sálvame», que el humorista, de 71 años, esté completamente arruinado y que se alimente de las sobras de los puestos de un mercado valenciano. Su disgusto por todo lo que se ha dicho es tan grande que lo ha puesto todo en manos de su abogado. «Yo destino cada mes 2.000 euros a la cesta de la compra. Nunca he pedido las sobras de nada», nos ha contado Arévalo, que, estos días, ha recibido el cariño y apoyo de su amiga Terelu.
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