La dura vida de José Fernando, hijo mayor de Rocío Jurado y Ortega Cano
José Fernando Ortega Mohedano es el más desconocido de los hijos de Rocío Jurado y José Ortega Cano, ya que el joven no ha llevado una vida poco idílica
Pese a ser hijo de Rocío Jurado y José Ortega Cano, José Fernando Ortega Mohedano no ha llevado la vida cómoda y tranquila que se le presupone a quien es famoso desde la cuna. Nacido en Colombia en 1993 y adoptado por la cantante y su entonces marido, José Fernando y su hermana Gloria Camila se vinieron a vivir a España en 1999. El matrimonio los presentó entonces a la prensa, muy orgullosos de la familia que habían formado.
Gloria Camila y José Fernando se criaron entre algodones, y todo fue felicidad hasta el fallecimiento de 'la más grande', en el año 2006. El joven tenía solamente 13 años.
Con la mayoría de edad empiezan sus problemas
José Fernando vivió una adolescencia más o menos tranquila hasta que, en 2011, cumple 18 años. Según estaba estipulado por la ley, tanto a él como a su hermana les fue entregados un millón de euros de la herencia de su madre... y aquí empezaron los problemas para él.
Las malas compañías y un precoz tonteo con las drogas sentaron las bases de la vida que le vendría después. Solo dos años después, en 2013, fue detenido por primera vez. A sus 20 años, se le acusaba de robo con violencia y pertenencia a una banda criminal. El hijo de José Ortega Cano entró en prisión preventiva sin fianza a la espera de juicio... que no se celebraría hasta el año siguiente.
A principios de 2014 tuvo lugar su primer encuentro con un juez: José Fernando se enfrentaba a una pena de ocho años de cárcel. Gracias al arrepentimiento que mostró en los Tribunales y a su voluntad para acabar con sus adicciones, pudo quedar en libertad tras pasar solo cuatro meses entre rejas.
Aquí, José Fernando comenzaría una dura etapa que lo llevó por varias clínicas de rehabilitación. La primera fue el Instituto Hipócrates de Barcelona, del que fue expulsado a los 20 días. La segunda fue la López Ibor, en Madrid, donde permaneció unos meses hasta que se trasladó al Centro Betania, en Albacete.
José Fernando siempre ha contado con el apoyo incondicional de su familia
Pese a los numerosos problemas con la justicia a los que ha tenido que enfrentarse y la dificultad para librarse de sus adicciones, tanto su padre, José Ortega Cano, como su hermana, Gloria Camila, se han volcado siempre en él. Y precisamente ha sido este apoyo familiar el que le ha mantenido a flote, incluso en sus peores épocas. Ellos nunca han dejado de visitarle, ni de acompañarle durante los permisos de los que ha podido disfrutar en estos años.
Su larga estancia en una clínica de salud mental
En el 2017, José Fernando tuvo que hacer frente a un nuevo proceso judicial: en esta ocasión, por quebrantar repetidas veces una orden de alejamiento interpuesta por Michu, su pareja. Este caso se recrudeció cuando, además, el 22 de abril de ese año fue detenido por agredir a un policía en Alcobendas (Madrid).
Al ver que su situación podía complicarse, José Ortega Cano movió ficha a través de sus abogados: solicitó para su hijo un estudio psiquiátrico para poder incapacitarle y que eludiera la prisión, ya que sus antecedentes lo complicaban todo.
Dicho y hecho: desde entonces, José Fernando permanece ingresado en el Centro San Juan de Dios, un famoso hospital especializado en salud mental situado en Ciempozuelos (Madrid). En estos cuatro años, exceptuando los meses más duros de la pandemia, el hijo de Rocío Jurado ha recibido puntualmente las visitas semanales alternas de su padre y de su hermana, y ha podido disfrutar de algún que otro permiso.
Todo apuntaba a que este verano iba a recibir su alta definitiva, pero un juez dictaminó hace algunas semanas que José Fernando permanecerá ingresado hasta verano de 2022.
José Fernando y Michu, una relación estable (contra todo pronóstico)
En 2013, el hermano de Gloria Camila y una entonces desconocida joven llamada María Jesús, Michu para los amigos, comenzaron una relación. Esta estuvo en un principio llena de altibajos, con denuncia incluída por parte de ella. Pero en el juicio de 2017 todo se esclareció, y Michu alegó que sus problemas eran cosa del pasado.
Ese año incluso fueron padres de una niña, María del Rocío. De hecho, uno de los permisos de los que ha podido disfrutar José Fernando desde que está ingresado en Ciempozuelos fue para asistir al bautizo de la pequeña.
A día de hoy, la pareja sigue junta y feliz.