Genoveva Casanova: de esposa de Cayetano de Alba a amiga del príncipe de Noruega
Llegó a España en el 2000 siendo una desconocida, pero se casó con el hijo de la duquesa de Alba y todo cambió para ella
Genoveva Casanova.
La publicación de unas fotografías de Genoveva Casanova con todo un heredero real, Federico de Dinamarca, puso en boca de todos el nombre de la mexicana y ha despertado gran curiosidad por saber más acerca de esta mujer, ex de Cayetano Martínez de Irujo, que aterrizó en España hace más de 20 años.
Genoveva, que nació el 8 de noviembre de 1976, en México D.F., es hija de Larry Casanova, una figura muy conocida en su país, como adiestrador de animales, desde perros y gatos hasta jirafas y elefantes. Su trabajo le llevó a formar parte de un equipo de personas que entrenaban a perros durante la guerra de Vietnam, para que localizasen las minas antipersona, así como a colaborar en varias películas con sus animales, como ‘Amores perros’.
Antes de venir a España, Genoveva estudió Filosofía y también otras disciplinas como Religión Comparada, Guión Cinematográfico y Literatura, y en el 2000, la Universidad Iberoamericana la seleccionó para un intercambio con la de Sevilla. Ese viaje a la capital andaluza supuso un giro inesperado en su vida.
Un enlace que le abrió las puertas de la alta sociedad
A pesar de estar separada desde el 2008 de Cayetano, con quien tiene a los gemelos Luis y Amina, se sigue llevando bien con él.
Tenía 23 años cuando conoció a Cayetano Martínez de Irujo, en Jerez de la Frontera (Cádiz), durante un concurso hípico y, desde entonces, se volvieron inseparables. Es más, apenas había pasado un año y se convirtieron en padres de los gemelos Luis y Amina. La relación de Genoveva con el conde de Salvatierra acabó en matrimonio en el 2005 y, aunque fue una unión breve –llegó a su fin en el 2008–, la expareja siempre se ha llevado muy bien y, por otro lado, la mexicana supo rentabilizar su fallido matrimonio convirtiéndose en modelo e imagen de grandes marcas como Christian Dior.
Con su exsuegra, la duquesa de Alba.
Durante su historia de amor con Cayetano, Casanova, lógicamente, conoció a la duquesa de Alba, su suegra, y consiguió que se le abrieran las puertas de algunos de los círculos más exclusivos de la sociedad y, como he dicho, de la moda.
Dicen que, a Cayetana, Genoveva le caía muy bien y que era su nuera preferida. Prueba de ello es que, en el 2012, la duquesa, la nombró directora de proyectos de la Fundación Casa de Alba, cargo que la mexicana ocupó hasta el fallecimiento de Cayetana en el 2014.
Precisamente estos días, coincidiendo con el noveno aniversario del luctuoso suceso, Genoveva publicó en sus redes un mensaje dedicado a la figura de la duquesa, mostrando el aprecio que le tenía. "Te echo tanto, tanto de menos. Tu cariño, tu sentido del humor, tu forma tan maternal de preocuparte y de cuidarnos", escribió, rompiendo su silencio tras el escándalo de su supuesto idilio con Federico de Dinamarca.
Los romances más sonados de Genoveva Casanova
Con Gonzalo Vargas-Llosa, con quien estuvo tres años.
Después de la ruptura con Cayetano y su desvinculación con la Casa de Alba, Genoveva se volcó en tareas solidarias. "Lo mío es ayudar a los demás", aseguró entonces, antes de marcharse seis meses a la India para colaborar con las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Gracias a sus compromisos solidarios, dio con su siguiente pareja, Gonzalo Vargas-Llosa, hijo del Nobel de Literatura, después de que se la relacionara con el cantante Luis Miguel. Gonzalo y ella coincidieron cuando los dos trabajaban para ACNUR, en el 2010. Sin embargo, aquella historia tampoco llegó a buen puerto.
Con José María Michavila, exministro de Justicia.
En el 2014, Genoveva se enamoró de nuevo, esta vez de un político, José María Michavila. Se habían conocido en la boda de Verónica Cuevas, hermana menor de Paloma Cuevas, casi un año después del fallecimiento de la mujer de Michavila, Irene Vázquez, al dar a luz a su quinto hijo. Aunque al principio lo negaron, según la compañera María Eugenia Yagüe: "La amistad pasó a ser un romance serio, hasta el extremo de que los hijos mayores del expolítico aceptaron la nueva relación de su padre sin entusiasmo, pero con corrección". Esa historia tampoco cuajó y, en el 2016, se confirmó que su noviazgo se había terminado.
En fin, que fue otra relación sin final feliz para Casanova, como la que, supuestamente, habría tenido con el príncipe danés.