Isabel Preysler, rey Juan Carlos: los clubes más exclusivos de la realeza
El Oswald’s, que visitó el rey Juan Carlos en Londres, no es el único frecuentado por “royals”. Guillermo y Máxima de Holanda se conocieron en uno sevillano, el Aero, en 1999
La presencia del rey Juan Carlos, hace poco, en el exclusivo club Oswald’s de Londres, ha puesto de actualidad estos lugares de reunión, casi secretos, y a su ilustre clientela. El club Oswald’s, situado en el barrio de Mayfair, concretamente en el número 25 de Albemarle Street, es el más elitista del Reino Unido.
Su fundador fue Robin Birley, hijo de lady Annabel Goldsmith, que eligió para el club el nombre de su abuelo paterno, Oswald Birley, retratista favorito de la Familia Real, cuyos miembros, entre ellos la reina Camilla y el príncipe Guillermo, son los mejores clientes del establecimiento. Aunque también acuden a este local presidentes, primeros ministros y actores, como Boris Johnson, Joan Collins y Madonna.
Yo, que nací en el seno de una familia importante de Granada –mi abuelo materno era un gran magistrado y mi padre un magnífico ingeniero– conocí desde niño lo que era un club privado. Recuerdo que en aquellos años, me llevaban, ya con mi chaqueta y mi corbata, al Centro Artístico, fundado en 1885 y que era la institución cultural y social privada más antigua, prestigiosa y elitista de la capital granadina.
La Gran Peña, uno de los más antiguos de Madrid
Y es que existe una especie de norma no escrita que señala que cualquier ciudad que se precie debería contar con un club. Suelen ser un reducto clasista y excluyente donde las clases altas buscan la mayor privacidad y casi todos se rigen por las mismas o parecidas normas. En algunos son muy estrictas, como en La Gran Peña, el más importante y longevo de Madrid, fundado hace 154 años. José Canalejas, José Calvo Sotelo y Santiago Bernabéu, entre otros, eran asiduos de sus salones. Y eso que ingresar en él nunca ha sido fácil, pues se necesitan tres padrinos que sean socios, con más de cinco años de antigüedad.
Otro de los grandes clubes privados españoles es el Aero de Sevilla. Fue creado en 1928, su primer presidente de honor fue Alfonso XIII y en los años 50 se refundó con el nombre de Real Club de Andalucía, aunque siempre ha sido conocido como el Aero. Lo que está claro es que este club es el lugar de encuentro de todas las grandes personalidades que pasan por la capital andaluza. Se dice que aquí se conocieron, en la Feria de Abril de 1999, los actuales reyes de Holanda, Guillermo y Máxima. Desde el Aero se marcharon a la caseta que tenía en el recinto ferial donde no pararon de bailar. Hasta que se enamoraron.
Cuenta el presidente, Enrique Moreno de la Cova, que cuando en el 2013 fueron proclamados reyes, les pidió que fueran socios de honor y ellos aceptaron amablemente.
Según el diestro sevillano Pepe Luis Vázquez, 'el mundo en Sevilla se divide en dos: los que pueden entrar en el Aero y los que no osan ni intentarlo'. Entre los 700 socios se encuentran los apellidos andaluces más ilustres y, en 1966, la duquesa de Alba revolucionó a sus miembros cuando se acercó a caballo, con Jackie Kennedy, a su terraza. Ese año también pasaron por el club Grace y Rainiero de Mónaco.
Isabel Preysler y el pádel con el marqués de Griñón
No podemos olvidarnos del club Puerta de Hierro de Madrid, fundado por el bisabuelo de Cayetano Martínez de Irujo con el apoyo del rey Alfonso XIII, que solía jugar a polo en sus terrenos. Es el más exclusivo de España, con dos campos de golf de 18 hoyos y al que de vez en cuando acudo, siempre acompañado de un socio.
Este club, con 15.600 asociados, no admite nuevos miembros desde 1987 y la mayoría pertenece a la nobleza y a las élites del país. Isabel Preysler lo frecuentó para jugar a pádel tras su matrimonio con el marqués de Griñón y la Familia Real solía visitarlo cuando Felipe y sus hermanas, Elena y Cristina, eran pequeños.
Ahora, apenas se les ve, ya que se dice que Letizia acudió una vez con sus hijas y hubo un malentendido por culpa de unas fotos y los móviles.