Jesús Quintero: la interesante vida del loco de la colina
El periodista, famoso por sus entrevistas de radio y TV y por dar a conocer a personajes como 'el Risitas', falleció a los 82 años
La radio y la tele se han quedado sin su loco de la colina y sin su perro verde (los nombres de dos de sus programas más conocidos). El creador de un estilo propio, que revolucionó el arte de las entrevistas, hizo honor a sus famosos silencios y se calló, esta vez para siempre, mientras dormía la siesta en la residencia Nuestra Señora de los Remedios, en Ubrique, Cádiz, el pasado 3 de octubre.
Llevaba varias semanas ingresado por problemas de salud (estaba convaleciente de una intervención cardíaca y sufría una afección respiratoria), tenía 82 años y, desde que estaba allí, recibía las visitas y el cariño de sus seres más queridos: su actual mujer, María, y sus dos hijas, Andrea, periodista como su padre, y Lola, que ha estudiado Políticas y Sociología en Inglaterra.
Enterrado junto a sus familiares más cercanos
En su pueblo, San Juan del Puerto, se instaló la capilla ardiente y fue enterrado en el cementerio municipal junto a sus familiares más cercanos. "Hoy es un día triste, pero también de celebración en el que recordamos su vida. Muchas gracias por todas las muestras de cariño y por el respeto hacia la profesión de mi padre. Mi padre fue una persona maravillosa, capaz de detectar y transmitir la verdad con una sola mirada y estamos muy orgullosas de él", declararon las dos hijas del comunicador.
Mantuvo su vida privada lejos de los focos
Jesús Quintero fue un personaje peculiar. Saltó a la fama con su programa 'El loco de la colina', y, después, con 'El perro verde', 'En la boca del lobo', 'El vagabundo', 'Cuerda de presos' y 'Ratones coloraos', espacio en el que conversaba con personajes de la calle como Juan Joya Borja ,'el Risitas'.
Fue representante de Paco de Lucía y por sus programas pasaron, aparte los desheredados, los necesitados, los solitarios y hasta el último hippy de Ibiza, artistas y personalidades como Rocío Jurado, Felipe González, Diego Armando Maradona, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Antonio Gala y Mario Conde, entre otros.
El presentador recibió más de 200 premios, entre los que destacan el Ondas, el premio Rey de España de Periodismo o el Premio a la Originalidad Periodística.
A pesar de este currículum, Jesús supo mantener su vida privada lejos del foco público. Sabemos que fue un seductor y que, entre las mujeres que ocuparon su corazón en algún momento de su vida, estuvieron la cantante hispanoamericana Soledad Bravo, a la que representó, y la bailarina y coreógrafa andaluza Merche Esmeralda, con la que estuvo a punto de casarse.
Después se sabe que estuvo con Ángeles Urrutia, que acabó trabajando para su productora y se convirtió en la madre de su primogénita, Andrea, de 30 años y periodista, como él.
Su esposa María, su tranquilidad y su roca en los últimos años
La relación más conocida del famoso entrevistador fue la que mantuvo con la también periodista Joana Bonet. Fruto de esa relación nació Lola, de 24 años y por quien Quintero sentía verdadera devoción.
La historia entre Joana y Jesús no acabó demasiado bien y estuvieron 17 años sin hablarse. Pero como la vida da muchas vueltas, al final lograron firmar una paz que permitió que Joana entrevistara a su ex, que reconoció haber sido un mal padre y también un mal compañero.
Su tercer amor y el último fue María, una pedagoga que le dio algo que, según sus amigos, Jesús necesitaba a toda costa, tranquilidad. La pareja se casó en agosto del 2020 y quienes conocían su historia explican que María se llevaba muy bien con las dos hijas de su esposo. Los dos vivían en Punta Umbría, Huelva, en medio de la naturaleza y lejos de los rumores acerca de la ruina de Quintero.
"Nuestro padre nos ha dejado una herencia llena de amor"
Y es que si bien triunfó como comunicador, la gestión que hizo de sus ganancias –se compraba ropa cara, tenía dos coches de lujo y no se reprimía ningún capricho por caro que fuese– fue terrible.
Intentó abrir dos emisoras de radio sin éxito, Radio Romántica y Radio América; después, montó, invirtiendo una fortuna, el restaurante Montpensier, en el parque sevillano de María Luisa, y fue un desastre total, lo mismo que un proyecto de teatro, al que bautizó con su apellido y que terminó por hundirle económicamente.
Al respecto, sus hijas aprovecharon su aparición pública estos días para desmentir que el periodista onubense tuviera serios problemas económicos. "Se han dicho muchas cosas, pero nuestro padre nos ha dejado una herencia llena de amor, que es lo que nos importa", aclaró Lola.